«¡O comemos o pagamos!» es el nombre de una campaña de diferentes organizaciones comunitarias y populares que resume la disyuntiva que, según dicen, padecen muchas familias de Medellín y Antioquia respecto al pago de los servicios públicos. «¡O comemos o pagamos!», fue de nuevo la consigna en el pasado Encuentro Departamental de Servicios Públicos y […]
«¡O comemos o pagamos!» es el nombre de una campaña de diferentes organizaciones comunitarias y populares que resume la disyuntiva que, según dicen, padecen muchas familias de Medellín y Antioquia respecto al pago de los servicios públicos. «¡O comemos o pagamos!», fue de nuevo la consigna en el pasado Encuentro Departamental de Servicios Públicos y Pobreza, realizado en el municipio de El Peñol el pasado lunes , donde se trajo a colación el problema de desconectados en el Valle de Aburrá.
Más de 1.500 personas del Nordeste, el Norte, el Bajo Cauca, el Suroeste, el Oriente antioqueño y Medellín, se hicieron presentes para exigir mecanismos más equitativos de acceso a los servicios públicos domiciliaros como un derecho fundamental del ser humano.
Medellín como epicentro
«El tema de los desconectados, la vulneración de los derechos humanos de las familias y personas desconectadas de la ciudad por no tener con qué pagar. Que en Medellín existan aproximadamente 30.000 familias desconectadas del servicio de agua potable y energía eléctrica, es decir, aproximadamente 200.000 personas», esas fueron las preocupaciones expuestas para la región metropolitana en el Encuentro, de acuerdo a Carlos Velásquez, de la Red de Organizaciones Comunitarias.
Según dice, otro fenómeno que se presenta actualmente es el de desconexión por acceso, es decir, personas que habitan lugares restringidos para hábitat según el Plan de Ordenamiento Territorial (POT)y que por ello no cuentan con servicio de acueducto, alcantarillado, agua y telefonía.
«Aproximadamente 20.000 familias a las que sólo les llega el servicio de energía a través de pilas comunitarias», indica el líder comunal, quien agrega que durante el Encuentro, diferentes habitantes de estos sectores del Valle de Aburrá denunciaron irregularidades. «Se les cobra el consumo promedio de estrato 1 en Antioquia, y muchas personas que dijeron vivir solas, afirmaron que les está llegando un promedio entre 50.000 y 60.000 pesos por sólo el servicio de energía, cuando en un estrato dos o tres puede estar costando $50 mil, entonces se nos hace una injusticia del modo de facturación».
Asimismo, los líderes campesinos, populares y comunitarios, retomaron el tema de Energía Prepago, el cual catalogaron como una máscara que oculta la realidad vivenciada por las familias que deben acogerse a este sistema de pago.
«Hasta antes de implementar la Energía Prepago hablábamos de 60.000 desconectados y hoy estamos hablando de 30.000 hogares, pero para nosotros como organizaciones comunitarias y populares, consideramos que el que cuenta con energía prepago sigue estando desconectado. Así como un día vos tuviste 2.000 para comprar la tarjeta, al otro día no los tienes y estarás desconectado».
Servicios públicos en Antioquia
«De nuestras aguas surge la energía que nos niegan día a día», dijeron los ancianos y representantes del Oriente antioqueño, quienes afirmaron que uno de los problemas más grandes de esta región se refiere al acceso con el que no cuentan muchas veredas, «a pesar de que a uno o dos kilómetros de su casa están las grandes represas o que por encima de sus casas pasen los cables de transmisión de la energía eléctrica que nutre a todo el país», como dice Carlos Velásquez, quien resalta que el Oriente antioqueño produce el 35% de la energía eléctrica de Colombia.
«En el Norte se expuso el caso de Hidroituango, todos los impactos ambientales y poblacionales. Los desplazamiento que hubo para llevar a cabo este proyecto que lleva planteado cerca de 20 años», indica el líder comunitario.
Por su parte, representantes del Nordeste, en especial de municipios como Anorí y Amalfi, indicaron que hay comunidades aledañas y en las periferias que no cuentan con el servicio de energía eléctrica a pesar de que en la cuenca de su propio río se ubican las Hidroeléctricas Porce II, Porce III y Porce IV.
«En el Suroeste los problemas provienen de los megaproyectos que se van a impulsar en la zona por multinacionales mineras que afectan directamente las fuentes de agua y por ende el servicio de suministro de agua potable en los municipios de Caramanta y Támesis».
Conclusiones del Encuentro
Carlos Velásquez explica finalmente que entre los propósitos surgidos del Encuentro Departamental de Servicios Públicos y Pobreza, se encabeza una lucha contra las altas tarifas y la privatización de los servicios públicos. De igual forma, la exigencia de tarifas mínimas y unificadas para los territorios que producen los recursos naturales, negarse a pagar el alumbrado público y navideño y exigir energía eléctrica permanente para las comunas y las veredas, aboliendo el servicio de prepago, fueron otros de los propósitos trazados.
Fuente: http://www.omal.info/www/article.php3?id_article=2457»