El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, «es un esclavo del sistema de dominación y del complejo industrial militar», afirmó el activista y académico argentino Adolfo Pérez Esquivel, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1980. Pérez Esquivel dictó una conferencia ante más de 200 universitarios y público en general en el marco de […]
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, «es un esclavo del sistema de dominación y del complejo industrial militar», afirmó el activista y académico argentino Adolfo Pérez Esquivel, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1980.
Pérez Esquivel dictó una conferencia ante más de 200 universitarios y público en general en el marco de la Cátedra Abuelas de Plaza de Mayo, de la Universidad del Claustro de Sor Juana en Ciudad de México.
«Cuando a mí me preguntaron sobre Barack Obama, a quien también le dieron el Premio Nobel de la Paz -y no sé por qué-, le mandé una carta donde le digo: ‘Mira, me sorprendió que te hayan dado el Premio Nobel de la Paz, pero ahora que lo tienes trata de ser coherente y lucha por la paz'», refirió.
Dijo que le pidió cerrar la cárcel de la base naval estadounidense de Guantánamo, en Cuba, terminar con las torturas a sospechosos y retirar las tropas desplegadas en diversos países, como se comprometió al ser elegido presidente en 2008.
Sin embargo, el presidente estadounidense, quien obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2009 «por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos», no cumplió con lo que había ofrecido, dijo Pérez Esquivel, nacido el 26 de noviembre de 1931 en Buenos Aires.
«Pero, ¿por qué? ¿Obama es un mal hombre? No creo que sea así. Puedo decir que Obama es un esclavo del sistema de dominación, es un esclavo del complejo industrial militar. No es un hombre libre», añadió.
Durante su exposición, el activista habló de algunos de los problemas contemporáneos como la guerra, el hambre, el narcotráfico y la urgencia de crear una verdadera cultura de paz con base en la educación.
«Hoy la humanidad está en condiciones de superar el hambre, pero no lo hace porque para el sistema de dominación sobran las dos terceras partes de la humanidad. Estas dos terceras partes para los centros del poder no cuentan», sostuvo el también arquitecto y escultor.
Por ello, añadió, «los pueblos se tienen que poner de pie, tomar conciencia de que si quieren la paz deben organizarse para defender y construir la paz; no hay otro camino».
Sobre la guerra, expuso que es «la política del más poderoso contra el más débil, desde las guerras silenciosas hasta las guerras que cuentan con las más altas tecnologías».
También destacó que muchos de los conflictos armados actuales son financiados por la droga. «Cuando los pueblos se asuman como protagonistas y empiecen a reclamar cambios, esa puede ser la diferencia. También hay que generar conciencia de que la droga no es una liberación, es una esclavitud», dijo.
Indicó que en la actualidad «hay guerras silenciosas como la guerra del hambre, de la pobreza, de la exclusión social y, lógicamente, hay grandes intereses económicos para muchas potencias», y agregó que «para el complejo industrial militar la guerra es un gran negocio».
«Son los traficantes de la muerte, necesitan de los conflictos para colocar su producción de armas. Ahí tenemos, por ejemplo, el conflicto en Irán, en África, la situación del Medio Oriente, la dictadura que tuvimos en América Latina, la guerra y masacre de Ruanda y el Congo, con más de tres millones de muertos», profundizó.
Finalmente, dijo desconocer si algún día el mundo va a vivir en paz, pero manifestó que «por lo menos tenemos que lograr situaciones de convivencia, de relaciones y abrir paso de diálogo, de formar conciencia en las escuelas, en las universidades».
«Porque por más que haya leyes, decretos, protocolos, si no se aplican, si no se hace conciencia con los valores en la vida de cada uno y de las sociedades, esto no va a cambiar», acotó.
Pérez Esquivel, a quien fue concedido el Nobel por su labor de defensa de los derechos humanos, ha trabajado por esta causa en diversos países, «concentrando su labor en naciones latinoamericanas que han sido víctimas de la violencia ejercida por regímenes dictatoriales», señaló la Universidad del Claustro de Sor Juana.