Como cada año, el ritual se repite. La sucesión de lideres mundiales subirá al estrado para hablar sobre los grandes problemas de la tierra. Bush, a lo suyo, intenta evitar a la delegación iraní y dejar a Venezuela fuera del consejo, además de imponer a su candidato a suceder a Kofi Annan. En Nueva York […]
Como cada año, el ritual se repite. La sucesión de lideres mundiales subirá al estrado para hablar sobre los grandes problemas de la tierra. Bush, a lo suyo, intenta evitar a la delegación iraní y dejar a Venezuela fuera del consejo, además de imponer a su candidato a suceder a Kofi Annan. En Nueva York la vida sigue. Y el teatro es mucho mejor.
El presidente George W. Bush y su «agenda democrática», su homólogo Hugo Chávez y su visión bolivariana antiyanqui, la última vuelta del presidente saliente mexicano, Vicente Fox, por el escenario mundial, intensas maniobras para que estadounidenses y los iraníes no tengan contacto accidental en los pasillos o los comedores, un tránsito de pesadilla con tanta seguridad y marchas contra Bush y su guerra. Jefes de Estado de todo el mundo pronunciarán interminables discursos sobre el destino de la tierra (sin asumir responsabilidad por ningún aspecto del pobre estado del planeta). Todo esto sucederá en este rito anual de inauguración de los trabajos de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas esta semana.
La pobreza, las enfermedades, la alfabetización, las guerras, los refugiados, los inmigrantes, el desarrollo, el ambiente, los niños, los ancianos… serán temas sobre los que todos hablarán. Recomendaciones, resoluciones e invitaciones a la acción, junto con «compromisos», críticas al orden internacional, y grandes proclamas con títulos flamantes serán presentados durante los próximos 10 días.
Altos funcionarios estadounidenses adelantaron que la agenda de Bush en la ONU esta semana, «estará estructurada para demostrar que la agenda de la libertad sigue siendo central… que EEUU está comprometido en apoyar a los pueblos que desean ser libres», y que «el campo de batalla es Medio Oriente».
Dos figuras que expresarán abiertamente la oposición a la visión mundial de Bush (oposición que comparten tal vez una mayoría, pero que muchos no se atreven a decir) serán Chávez y el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad.
Será uno de los pocos dramas en este teatro, donde casi todos se portan muy diplomáticamente. Pero los noticiarios ya están gozando, y CNN, por ejemplo, informaba ayer que el líder iraní «llega a territorio estadounidense, ¿cuál será su intención? Más información a las ocho».
Por cierto, el equipo de Bush está irritado porque el presidente iraní tenía previsto hablar el mismo día que el estadounidense e intentó, sin éxito, convencer a la burocracia de la ONU de posponer al iraní para otro día. Ahora están preocupados sobre todo en cómo evitar que los dos se crucen en los pasillos del edificio. Ahmadinejad ha indicado que desea entablar un debate directo y público con Bush, y la Casa Blanca desea evitar a toda costa que esto ocurra.
El iraní no fue invitado a la cena para jefes de Estado que ofreció Bush.
Chávez no sólo se presentará ante la Asamblea hoy, sino que también ofrecerá un discurso público en Cooper Union, sede de famosas e históricas presentaciones como la del presidente Abraham Lincoln hace siglo y medio.
Delegacion cubana en Harlem
La delegación cubana, en esta ocasión encabezada por el vicepresidente Esteban Lazo Hernández, tomará su turno ante la Asamblea, pero también regresará una vez más a Harlem, donde participará hoy en un mitin de bienvenida en una iglesia donde el reverendo Lucius Walker, de Pastores por la Paz, y otros festejarán su presencia.
En medio de todo esto, habrá maniobras y negociaciones diplomáticas detrás del escenario donde, entre otras cosas, están sobre la mesa la competencia entre Venezuela y Guatemala (más bien, EEUU) por un puesto como miembro no permanente al Consejo de Seguridad. Por supuesto, Washington está haciendo todo lo posible para evitar que Venezuela ocupe un lugar en lo que es el órgano central de la organización mundial, y para evitar esta pesadilla promueve la candidatura de Guatemala.
Por otro lado, también se negocia la sucesión de Kofi Annan como secretario general de la ONU, a la que por lo menos seis candidatos se han postulado. El segundo y último periodo de cinco años de Annan concluye en diciembre.
No será el único teatro de los próximos días. La competencia por la atención mundial incluye la Iniciativa Global Clinton encabezada por el ex presidente Bill Clinton, donde unas 1.000 figuras de los mundos de la política, cultura, negocios y más se reunirán hoy para hablar sobre cómo curar los grandes problemas del mundo, mientras cada participante paga 15.000 dólares por el boleto de entrada al espectáculo (con excepciones a organizaciones sin fines de lucro). Se espera la participación de unos 30 jefes de Estado (incluidos, según rumores, Tony Blair y Vicente Fox, Hamid Karzai y Pervez Musharraf, Al Gore, Colin Powell, Rupert Murdoch, Bill Gates y Hugh Grant). La invitada de honor este año es la primera dama Laura Bush.
Además habrá actos de protesta. Mientras hablaba ayer Bush ante la Asamblea General, se realizó una marcha contra su guerra en Irak que culminó con una manifestación a una cuadra de la ONU en la cual participaron políticos, sindicalistas, religiosos y veteranos de guerra, entre otros que conforman el movimiento antiguerra.
Protestas contra el régimen iraní, manifestaciones por el fin del genocidio en Darfur, por la libertad religiosa en China y decenas más también se realizarán los próximos días.
Entre tanto, árabes, judíos, rusos, mexicanos, irlandeses. italianos, polacos, dominicanos, puertorriqueños, colombianos, chinos, tailandeses, hindúes, iraníes, de Bangladesh y de decenas de países que son la sangre de esta ciudad continuarán con sus actividades cotidianas con mil tensiones, perjuicios, envidias, celebraciones, lágrimas, gritos jubilosos, y sobre todo arduo trabajo demostrando todos los días que, por algún milagro, aquí una comunidad mundial logra convivir en una paz relativa, mientras que sus llamados «líderes» nacionales (con pocas excepciones) no pueden cumplir con los acuerdos básicos de la ONU que tanto se encargarán de elogiar en los próximos días.
Si todo esto no es suficiente teatro, siempre está el espectáculo permanente de esta ciudad en sus calles, antros, y, bueno, teatros. Las actuaciones afuera de la ONU suelen ser más talentosas y mucho más convincentes. –