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Un invierno duro en la lucha contra la guerrilla

Pakistán desgarrado por sus áreas tribales

Fuentes: Asia Times

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Con la rápida llegada de las nieves de invierno, las fuerzas de seguridad de Pakistán enfrentan una carrera contra el tiempo sobre si retirarse o no del Valle Swat en la Provincia de la Frontera Noroeste (NWFP) donde han librado una batalla perdida contra los milicianos.

Los milicianos ocupan cerca de un 80% del área estratégicamente vital cerca de la frontera con Afganistán y han logrado estrangular la mayoría de las líneas de suministro. El Cuartel General en Rawalpindi se da cuenta de que si no saca a los más de 10.000 soldados, enfrentarán una horrenda guerra de desgaste, pero que los milicianos ganarán en fuerza si parten.

Kabal y Kanju son los únicos escenarios de la guerra que quedan en el valle con batallas continuas y con un control parcial de los militares, pero con la llegada del invierno, sus líneas de suministro serán puestas en peligro. Los milicianos pueden sustentarse solos, en parte como resultado de haber capturado numerosos camiones y contenedores de suministro del ejército.

El dilema para el ejército es que si no se retira con el pretexto de un tratado de paz, permitirá a los talibanes que fortalezcan sus bases aún más en preparación para la próxima ofensiva en Afganistán en la primavera. Se espera que los talibanes reciban un refuerzo en reclutas sin precedentes.

Como en la Agencia Bajaur, el ejército ha fracasado en el Valle Swat ya que los soldados son en su mayoría de etnia pastún, como la gente contra la cual combaten. Como resultado, se ha confiado demasiado en el poder aéreo, que sólo sirve para llevar temporalmente a los milicianos hacia las montañas o hacia Afganistán.

Una vez que los combatientes se retiran, el ejército no trata de controlar el terreno ya que con razón teme ataques de los guerrilleros, y los milicianos vuelven. Este juego de escondidas ha dado a los milicianos la ventaja en la NWFP y ha nutrido significativamente la insurgencia dirigida por los talibanes en Afganistán.

Después de su fracaso en el intento de llegar a alguna parte en Bajaur, el ejército entró en la Agencia Mohammad, en las Áreas Tribales bajo Administración Federal, desde donde nuevos combatientes y suministros ayudaban a los talibanes en Bajaur.

Esta apertura de un nuevo frente contra el poderoso comandante Abdul Wali tuvo un efecto de cascada. Gran parte de la población se fue a la capital de NWFP, Peshawar, y a otros sitios, permitiendo que los talibanes abrieran frentes en las localidades de Sabqadar y Michini, situadas en los bordes norteños de Peshawar.

En los últimos días los talibanes han infiltrado Peshawar, donde mataron a un colaborador de USAID, el brazo de desarrollo del gobierno estadounidense, y secuestraron a un diplomático iraní.

En la Agencia Khyber, aviones teledirigidos Predator de EE.UU. atacaron el Valle Tera, pero no lograron bombardear objetivos de importancia. Sin embargo, al hacerlo, llevaron a milicianos pro-gubernamentales, contrarios a al-Qaeda, pertenecientes a la organización Vicio y Virtud del asesinado Haji Namdar a sumarse a los talibanes locales para combatir contra las tropas extranjeras en Afganistán.

Los ataques con aviones sin tripulación fueron realizados la semana pasada, y desde entonces convoyes de suministro de la OTAN han sido frecuentemente saqueados. Periódicos paquistaníes han publicado fotos de milicianos viajando en transportes blindados de personal de la OTAN.

Esta nueva alianza fortalecerá los ataques de los milicianos en la provincia Nangarhar de Afganistán, que ha estado tranquila durante los últimos meses. El jueves, los talibanes atacaron un convoy de la OTAN en Nangarhar cerca de la ciudad de Jalalabad. La OTAN dice que fueron muertos varios soldados afganos, mientras los talibanes reivindicaron la muerte de cinco soldados de la OTAN.

Va a ser un invierno muy largo para el ejército paquistaní, tanto si se queda en las áreas tribales como si se retira, mientras la próxima primavera podría ser la más ardiente de todos los tiempos en Afganistán.

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Syed Saleem Shahzad es el jefe del Buró Pakistán de Asia Times Online. Para contactos escriba a: [email protected]

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http://www.atimes.com/atimes/South_Asia/JK15Df01.html