La Esperanza, Intibucá, Honduras, 3 al 6 de octubre de 2008
Durante los días 3 al 6 de octubre en La Esperanza, Intibucá, Honduras, se llevó a cabo el II Encuentro Hemisférico Frente a la Militarización donde se dieron cita más de 800 delegadas y delegados de 175 organizaciones y de 27 países (México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Cuba, Haití, República Dominicana, Argentina, Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Uruguay, Paraguay, Colombia, Venezuela, Brasil, Puerto Rico, Australia, España, Italia, Holanda, Estados Unidos y Canadá), así como hermanas y hermanos de los Pueblos Originarios de Indoamérica (Mapuche, Aymara, Mayas, Lencas, Garífunas, Chorotegas, Emberá katíos del Altosinú, entre otros).
Frente a la crisis del sistema capitalista se alza en el mundo una crisis múltiple (energética, alimentaria, ambiental, financiera, social y política). Con ello, la militarización se agudiza y sus efectos se recrudecen en el intento del sistema por controlar los espacios, los mercados y los recursos naturales. En nuestro hemisferio la militarización se hace evidente de múltiples formas. En su sentido más amplio, la violencia militar, institucional y policíaca son parte de esta continua escalada de represión, ocupaciones y saqueo de recursos naturales, que responde a la imposición del modelo económico neoliberal.
En este contexto, desde el movimiento social luchamos por nuestros derechos, tierras y territorios. Por eso, diversas redes y organizaciones del continente nos hemos vuelto a articular en un esfuerzo estratégico y urgente para retomar voluntades y definir líneas de acción que permitan avanzar de modo más coordinado y efectivo ante la amenaza continental y global que representan la militarización, las guerras y la represión.
Ante ello consideramos:
* Que la militarización es el principal factor de la violación de los derechos humanos fundamentales, como los derechos a la vivienda, la salud, la educación, etc., y en especial los derechos generales y particulares de los pueblos indígenas y negros;
* Que la militarización también se expresa con violencia, represión e intolerancia a la diversidad sexual, obstaculizando la creación de una cultura inclusiva y de paz para todas y todos sin discriminación;
* Que la militarización genera saldos de presos políticos, torturas y desapariciones forzadas y una fuerte criminalización hacia los jóvenes y maras, con consecuencias no sólo individuales sino también colectivas;
* Que la militarización es la máxima expresión del patriarcado, donde las mujeres son las principales víctimas de la violencia, sus cuerpos se convierten en el campo de batalla y son consideradas botín de guerra;
* Que la militarización se basa en prácticas de reclutamiento forzoso y engañoso que violan los derechos y rompen con el futuro de los jóvenes, lleva a la represión de movimientos antiguerra;
* Que la militarización genera un mayor número de migrantes que son criminalizados bajo las leyes antimigratorias aprobadas en los EE.UU. y la Unión Europea, y son víctimas de violaciones de sus derechos humanos; la militarización de las fronteras lleva a la muerte de miles de personas a manos de las fuerzas de seguridad o en el intento de cruzar las fronteras, siendo los más vulnerables las mujeres y los niños;
* Que la militarización constituye una amenaza a los movimientos campesinos debido a la represión de sus demandas por reformas agrarias integrales y soberanía alimentaria;
* Que la militarización es el mecanismo de control del capital sobre los recursos estratégicos y la energía, y viola los derechos de las comunidades sobre ellos y sus decisiones sobre su tierra y territorios;
* Que el capitalismo no puede existir sin su estructura militar de dominación. En nuestro hemisferio esta estructura actualmente incluye la Iniciativa Mérida, el Plan Colombia, el ASPAN, las bases militares, la Escuela de las Américas, el Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica, la Fuerza Delta, el Comando Sur, la Cuarta Flota;
* Que la militarización va acompañada de un terrorismo mediático, de una estrategia de manipulación y de miedo, de una ideología militar caracterizada por el colonialismo mediático, entre otras formas de dominio y enajenación;
* Que la militarización se alienta con la supuesta «guerra contra el narcotráfico» como la perfecta excusa para militarizar la sociedad y las estructuras del Estado;
* Que la militarización es la respuesta a la criminalización de la protesta social concebida como amenaza al sistema de dominación bajo las llamadas «Leyes antiterroristas» que siguen el modelo estadounidense de la Ley Patriota;
* Que la militarización impulsa el crecimiento del presupuesto militar, favoreciendo a su gran industria en los sectores público y privado, generando deudas externas, y desviando recursos que podrían destinarse a satisfacer los derechos económicos, sociales y culturales;
* Que la militarización es un instrumento para la implementación y la seguridad de los megaproyectos de infraestructura e inversión del gran capital transnacional, como son los casos del Plan Puebla Panamá, la Iniciativa de Infraestructura Regional para Suramérica (IIRSA), los Tratados de Libre Comercio y los Acuerdos de Asociación.
EXIGIMOS:
1) El cierre definitivo de todas las bases militares norteamericanas y de cualquier otra nación extranjera en América Latina y el Caribe, y la prohibición a los traslados o aperturas de nuevas bases en nuestro continente;
2) La cancelación inmediata de la IV Flota que vulnera la soberanía de los pueblos;
3) El retiro inmediato de la Minustah en Haití y su reemplazo por delegaciones de solidaridad, cooperación técnica, reconstrucción, así como la cancelación de la deuda externa ilegítima que lo ahoga;
4) La cancelación de proyectos de infraestructura y megaproyectos que violan el pleno derecho de la población latinoamericana, indoamericana y caribeña a sus territorios y recursos ancestrales;
5) El fin del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida que profundizan la injerencia militar norteamericana y contribuyen a la militarización de nuestros países;
6) La derogación de todas las leyes antiterroristas que atentan contra los pueblos y criminalizan la lucha social;
7) El pleno respeto de los derechos de las mujeres y el fin inmediato de la violencia sexual, la prostitución y la trata de mujeres donde están ubicadas las bases militares y las zonas de conflicto;
8) El retiro de tropas norteamericanas y todo intento de militarización de la Triple Frontera, y respeto a los territorios y soberanías de los pueblos del sur.
9) El reemplazo del modelo militarizado de «guerra contra el narcotráfico» con medidas de participación ciudadana, salud comunitaria, etcétera;
10) El pleno respeto de los derechos de los migrantes y la cancelación del «muro de la vergüenza» en la frontera EEUU-México;
11) El respeto a nuestro derecho a tener, manejar y operar nuestros propios medios de comunicación; hacemos un llamado al fortalecimiento y a la creación de redes de medios propios, indígenas, populares, comunitarios y alternativos, así como a recuperar espacios públicos para la comunicación directa;
12) Acceso a la información inmediata y precisa sobre cuánto del presupuesto nacional se dedica a financiar la militarización, para poder «desarmar» dichos presupuestos y exigir que los recursos se utilicen para el bienestar de toda la población;
13) El levantamiento del bloqueo a Cuba sobre todo en este momento en que sufre, junto a los hermanos y hermanas de Haití, las consecuencias de los huracanes Gustav e Ike;
14) El fin de la violencia secesionista y la intervención del gobierno de los Estados Unidos en Bolivia.
Los participantes del II Encuentro contra la Militarización,
– Saludamos la decisión del pueblo y el gobierno ecuatoriano de cerrar definitivamente la Base militar de Manta en 2009.
– Nos solidarizamos con el pueblo boliviano y su lucha por la integridad de su territorio y su soberanía.
– Saludamos la construcción de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) sobre la base del respeto irrestricto de los derechos humanos y de relaciones de equidad.
Considerando todo lo anterior, reafirmamos nuestro compromiso de luchar por un mundo y un continente desmilitarizado, desarmado, libre de guerra, miseria y violencia. Estos días han permitido que profundicemos en el conocimiento de la realidad común que enfrentamos, así como identificar y formular las líneas de acción estratégicas que, como movimientos populares, nos permitan enfrentar la permanente agresión y criminalización que sufren nuestros pueblos y movimientos. Esto queda reflejado en nuestro Plan de Acción continental contra la militarización, que por medio de Campañas y Acciones a nivel de base y con proyección nacional y continental, nos posibilitará alcanzar en un día no lejano el sueño de vivir libres de violencia, exclusión y guerra.
«¡Para callar las armas, hablemos los pueblos!» «¡Con la fuerza ancestral de Iselaca y Lempira, se levantan nuestras voces de vida, justicia, dignidad, libertad y paz!»