Desde muy joven siempre tuve la idea de que mi país, México, estaba algo así entre el sur y el norte, nunca pude ubicar nuestra geografía acertadamente. Los políticos nos decían que del norte éramos y así alcanzaríamos el progreso y el éxito; pero nuestras calles y nuestra gente reflejaba otra cosa. Así con los […]
Desde muy joven siempre tuve la idea de que mi país, México, estaba algo así entre el sur y el norte, nunca pude ubicar nuestra geografía acertadamente. Los políticos nos decían que del norte éramos y así alcanzaríamos el progreso y el éxito; pero nuestras calles y nuestra gente reflejaba otra cosa. Así con los años y conociendo personas de otros países latinoamericanos, me di cuenta que México es del sur. Las similaridades nuestras con Colombianos, Peruanos, Guatemaltecos, Brasileños, Ecuatorianos y tantos otros, son mucho mas fuertes y arraigadas que con cualquier norteamericano.
Hace poco hacia memoria y recordaba un comentario del presidente Venezolano, Hugo Chávez, en donde decía algo así, palabras más palabras menos «México por historia debería de unir fuerzas con los países del sur, y dejar de mirar tanto a los Estados Unidos». Frase acertada de Chávez, y más ahora, cuando México, por órdenes de arriba, desprecia a Latinoamérica en puntos donde antes fue aliado y amigo.
El ejemplo mas claro son las relaciones entre México y Cuba. Por años México y Cuba fueron grandes aliados. La historia entre estos dos países siempre fue de colaboración y de respeto. Desde hace algunos años, específicamente desde que llego al poder Vicente Fox, México ha dañado sus relaciones con Cuba y ha actuado de manera hipócrita en contra de la isla. El gobierno mexicano ya ha votado en contra de la Isla en varias ocasiones en lo que concierne a sus derechos humanos. Hipocresía de Vicente Fox. Ver a su gente y a sus pobladores más primeros, los indígenas, morir por enfermedades curables y sin una educación justa; y juzgar a Cuba por lo que sea y por ordenes de alguien mas. Para Vicente Fox los derechos humanos en Cuba son cuestionables, pero los derechos humanos en México son aceptables; no se si el señor Fox tomo en cuenta los cientos de casos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, capital de la impunidad desde hace años.
México, entonces, mira al norte con respeto y esperanza. Con respeto por que los de norte son avanzados, y con esperanza para llegar algún día a ser como ellos. Al sur lo voltea a ver pocas veces, como diciendo que quien necesita a los pobres, a los de abajo, cuando en el norte esta la riqueza y el progreso.
Mientras México mira al norte, el norte mira hacia otro lado. El norte construye murallas en la frontera para que los del sur no pasen al imperio; un imperio construido en gran parte por la mano barata y fuerte de los trabajadores mexicanos.
Así esta el gobierno mexicano, buscando ayuda de donde solo hemos recibido desprecio.
Entonces, el imperio, los Estados Unidos, nos voltean a ver de vez en cuando, prometiendo que somos los consentidos, que somos los primeros. Buenas limosnas para un país que manda a sus jóvenes a morir en el desierto de Arizona, tratando de llegar a las tierras que eran suyas. La limosna más grande se llamo Tratado de Libre Comercio. Cuando el TLC entro en vigor, el gobierno mexicano quiso mostrar que ya era del primer mundo. Falsedades que fueron descubiertas con levantamientos como la de los indígenas Zapatistas y otras tantas verdades. México no tiene un tratado comercial como el TLC con ningún país latinoamericano. Seguimos esperando las promesas del imperio; pero así hemos estado por décadas.
Al imperio nos consagramos, y a nuestros hermanos los desestimamos.
Países latinoamericanos ya han comenzado a unirse. Planes como una televisión que trasnmita la realidad sudamericana esta empezando. Mercosur busca mas unidad. Varios países de Latinoamérica se han unido para crear una alianza, que desemboque en pactos como una moneda única y un comercio justo. El gobierno mexicano ni se entera, pero tampoco le importa. Sigue con la fe puesta en George Bush y Arnold Schwarzenegger, este último, el más antimexicano de los gobernadores norteamericanos.
El alto, blanco, y de apellido alemán, Vicente Fox, ¿qué puesto estará buscando cuando termine su mandato?
Su antecesor, Ernesto Zedillo, tuvo suerte. Consiguió un puesto en la ONU, y es director del centro sobre la mundializacion de la prestigiosa universidad norteamericana de Yale.
Después de tanto en deshacerse en elogios hacia el norte, espero que Vicente Fox, corra con la misma suerte que Zedillo; convertirse en un yanqui.