En enero de 2004 se anunció la construcción de un «barrio piquetero» (del Movimiento Territorial de Liberación, el MTL) en los galpones desocupados de Monteagudo al 500. El encargado de diseñarlo fue el estudio Pfeifer-Zurdo Arquitectos , quienes lo llamaron Conjunto de Viviendas Parque Patricio Le propuse al arquitecto Pfeifer una entrevista. Me contestó por […]
En enero de 2004 se anunció la construcción de un «barrio piquetero» (del Movimiento Territorial de Liberación, el MTL) en los galpones desocupados de Monteagudo al 500.
El encargado de diseñarlo fue el estudio Pfeifer-Zurdo Arquitectos , quienes lo llamaron Conjunto de Viviendas Parque Patricio
Le propuse al arquitecto Pfeifer una entrevista. Me contestó por mail y me pidió que «en lo posible, nos gustaría que las respuestas sean reproducidas en su totalidad ya que en su conjunto (y no en fragmentos) responden a nuestra opinión sobre este barrio en el que participamos como arquitectos, pero en el que puso el esfuerzo mucha gente».
Pedido concedido, cómo no, y marcha la entrevista ilustrada con imágenes tal cual pensaron al barrio en el estudio.
–Brevemente, cuénteme el proceso. Cómo llegaron a este lugar.
–En el marco de la operatoria basada en la Ley 341, el Instituto de la Vivienda ha comenzado a finales del 2002 a instrumentar políticas de acceso a vivienda para uso exclusivo y permanente de hogares de escasos recursos en situación crítica habitacional, dentro del ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A través de la misma se fomentan procesos de organización colectiva, a través de cooperativas, mutuales o asociaciones civiles sin fines de lucro, mediante subsidios o créditos con garantía hipotecaria. Para ello el I.V. ha abierto un registro a grupos interdisciplinarios de profesionales (arquitectos, asistentes sociales, contadores, abogados, etc.) a los que las futuras cooperativas habrán de contactar para llevar adelante todo el proceso de formación de la misma y la concreción posterior de la obra de viviendas. El Instituto de Estudios del Hábitat Social (Idehas) reunió a un conjunto de profesionales en un grupo interdisciplinario que luego fue contactado por el MTL (Movimiento Territorial de Liberación) para dar inicio al proceso. La búsqueda del terreno, la conformación de la cooperativa (Emetele), los estudios de factibilidad arquitectónicos, estructurales e instalaciones necesarias sobre el predio seleccionado, la compra del predio y la presentación del anteproyecto para el visado previo municipal llevaron prácticamente todo el año 2003. A finales del mismo se presentaron los planos para el registro municipal de demolición de la preexistencia y construcción del conjunto de viviendas, habiéndose programado para el mes de Marzo de 2004 el inicio de las obras.
-¿Es distinto diseñar un barrio piquetero a otro no piquetero, si es que existen los barrios piqueteros? ¿Tenían experiencia en este tipo de trabajo?
–Este es un barrio para gente humilde, de bajos recursos económicos. Su condición de piqueteros es consecuencia, y un emergente, de la situación social en nuestro país. Personas que han quedado marginadas, sin trabajo y con un horizonte desalentador de cara al futuro. Se han reunido, desde su adhesión al MTL, en una cooperativa conducida por un grupo de dirigentes en el que se destaca Carlos «Chile» Huerta, quien ha coordinado nuestra relación con todo el grupo. No veo diferencia en el diseño de un barrio de piqueteros de otro que no lo sea; no diseñamos otra cosa que no sean viviendas, áreas comunes, salones de usos múltiples, una guardería, locales comerciales y una pequeña plaza pública para ser habitadas y utilizadas por una comunidad que se ha mostrado trabajadora y muy emprendedora desde el mismo instante de comenzada la obra. Ellos la han construido con su propio esfuerzo a partir de la creación de una empresa constructora, la orientación del Instituto de la Vivienda, un crédito hipotecario de la Ciudad de Buenos Aires, la conducción de sus dirigentes, nuestro proyecto y dirección de obra y con la colaboración de mucha gente que se ha sumado a este esfuerzo. Llevamos casi 4 años ligados a este emprendimiento y esperamos que pueda terminarse en los próximos 4 o 5 meses. No teníamos experiencia en este tipo de proyectos, salvo los ejercicios alrededor de este tema que hemos hecho en la Facultad, por lo que nos pusimos a investigar intensamente, relevando antecedentes y analizando alternativas, proceso que no difiere de otras temáticas que la arquitectura y los arquitectos abordamos en nuestra tarea profesional.
–¿Cuál es la idea, el concepto detrás de ese diseño?
–Hay varias ideas detrás de este proyecto, pero una sobresale: lograr el mayor número de unidades dentro de un conjunto armonioso, concientes de que, aún las 326 viviendas proyectadas son harto insuficientes para satisfacer las necesidades de un gran sector de la población y cubrir el déficit que durante tanto tiempo venimos arrastrando. No queríamos reproducir «fuerte apache» ni monoblocks, aún sabiendo que este último formato de tiras de viviendas de poca altura es muy eficaz en términos de cantidad. Terminamos adoptando un partido arquitectónico de «tiras» por su eficacia y posibilidad de buena orientación (todas las unidades están bien soleadas durante diferentes horas del día), con la gran diferencia – a nuestro entender – de haberlas vinculado en sus extremos por grandes pórticos de ladrillo a la vista, lo que nos permitió por un lado reconstruir la línea municipal y, por el otro, generar patios internos entre tiras para ser utilizados por los futuros habitantes. El uso de ladrillos a la vista es el único «lujo» que nos permitió el presupuesto en las fachadas, pero, creemos, suficientemente justificado, ya que de esta manera logramos identidad para el conjunto y un fuerte vínculo con el edificio de ladrillo a la vista preexistente que fue reciclado para más viviendas. Con esta conservación y reciclaje también respetamos la memoria urbana del lugar: una vieja fábrica de fuerte impronta estética en el barrio. Otra característica de los edificios es que hay pocas viviendas para cada núcleo de escaleras y halles, lo que facilitará la limpieza y el mantenimiento de estas áreas comunes. Otra idea que hemos propuesto (y fue bien aceptada) fue la de unir cocina y estar/comedor en un solo ambiente, lo que permite reunir a la familia en torno al «fogón» familiar y también ahorrar en paredes y puertas innecesarias. Muchos departamentos de 1 y 2 dormitorios tienen el estar/comedor un poco más grande de lo habitual, con el objetivo de poder construir un segundo o tercer dormitorio para el caso de que la familia crezca.
–¿Hicieron algún estudio social para el diseño? ¿Consultaron a los futuros habitantes?
–Como dijimos, previo a cada encomienda de arquitectura realizamos un trabajo de investigación para saber cómo lo han hecho otros antes que nosotros con el objetivo de tener suficientes elementos para orientar nuestra búsqueda de soluciones. En este sentido hemos tratado de incorporar algunos elementos como techos inclinados, materiales y cromática general cálida (recién ahora se comienzan a ver algunos edificios con su pintura y colores) con el objetivo de acercarnos a los maravillosos ejemplos que nos dejara el Arquitecto Beretervide en el barrio Los Andes (por ejemplo). En este sentido y siguiendo su ejemplo, estamos en una buena época estacional para plantar árboles en todos los lugares que se pueda, ya que estamos convencidos de la bondad de un paisajismo abundante (las plantas y los árboles significan ganas de quedarse de construir lazos afectivos con el lugar donde se vive, además de colaborar con una vida sana), (toda contribución en este sentido será bienvenida, ya que el presupuesto no nos alcanza). También hemos sido asistidos por sociólogos que nos han ayudado a establecer un diálogo fluido con los futuros usuarios. Hemos realizado varias reuniones con amplios grupos de futuros habitantes para explicar el proyecto mediante dibujos, perspectivas, maquetas generales, maquetas de los departamentos, etc. Todo ello nos ha servido para incorporar sugerencias o confirmar el rumbo de nuestro diseño.
–En este barrio hay gente que preferiría que este emprendimiento estuviera en otra parte, digamos las cosas como son. Y lanzan opiniones que si estuvieran escritas daría lugar a juicios por discriminación. Desde el punto de vista económico, inmobiliario, ¿el barrio revaloriza a la zona o no? ¿Y qué lectura hace usted desde lo social?
–No sabemos de que manera afectará este barrio a su entorno. Sí hemos hecho propuestas para su integración armónica al entorno vecinal: habrá una guardería frente a una pequeña plaza que podrá ser utilizada por todo el vecindario; también hemos incorporado en el perímetro del emprendimiento algunos locales comerciales que serán atendidos por los habitantes del barrio (panadería, verdulería, almacén, quiosco, etc.) con el objetivo de que el comercio promueva el contacto y el intercambio social entre vecinos en este sector de Parque Patricios. Las opiniones discriminatorias, lamentablemente, siempre encontrarán «justificaciones». Hemos trabajado el año pasado en un proyecto urbano en las afueras de París, en uno de los barrios conflictivos por cuestiones de escasa integración de sus comunidades a los vecindarios preexistentes. Allí, las estrategias comunales apuntaron con mucha claridad a la mezcla de edificios con habitantes de diferentes niveles de ingreso y nacionalidad en un mismo barrio como metodología de comprobada eficacia para la integración y la convivencia pacífica. Ojala aquí ocurra lo mismo y podamos tomar a este barrio como modelo de integración y ejemplo a seguir en el futuro, ya que aislar nunca fue una receta que haya traído buenos resultados.
–Conoce la zona. Baldíos de una manzana. Fábricas muertas. ¿Qué futuro le ve al barrio? ¿Qué hacer con esa fábricas abandonadas?
–Una alternativa es hacer más viviendas. Para que esto sea posible también deberán hacerse escuelas y hospitales para atender a las nuevas poblaciones; áreas deportivas, culturales, comerciales, de servicios y plazas. Hay tantas cosas que faltan que sólo basta hacer una lista para darse cuenta del destino que podrían tener estas áreas abandonadas. Sólo hay que tener capacidad de gestión para administrar correctamente los recursos en beneficio de la gente.