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Pakistán

Parteras comunitarias contra la mortalidad materna

Fuentes: IPS

Cuando la pakistaní Kanwal Gul, de 25 años, estaba por dar a luz a su primer hijo hace un año, se aseguró de que la comadrona tradicional supiera exactamente qué debía hacer. «Ponte los guantes», le ordenó. Gul también se preocupó porque hubiera una sábana plástica dónde ella iba a parir y de que la […]

Cuando la pakistaní Kanwal Gul, de 25 años, estaba por dar a luz a su primer hijo hace un año, se aseguró de que la comadrona tradicional supiera exactamente qué debía hacer. «Ponte los guantes», le ordenó.

Gul también se preocupó porque hubiera una sábana plástica dónde ella iba a parir y de que la comadrona tuviera el botiquín con los implementos necesarios.

Gul vive en la aldea Mahmud Taheen, en el distrito de Matiari de la sureña provincia de Sind, a unos 230 kilómetros al norte de esta meridional ciudad portuaria de Pakistán, y donde ejerce de partera comunitaria.

Adquirió el título de partera en 2004 y hace tres años se especializó en la atención comunitaria en un curso impartido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), dentro de un proyecto piloto que desarrolló en Sind entre noviembre de 2006 y diciembre de 2007.

«Todas aprendimos a asistir partos hospitalarios. Pero la capacitación comunitaria nos preparó para trabajar en aldeas donde las instalaciones son básicas e incluso no hay medicamentos», señaló Afshan Keerio, quien trabaja como partera en su poblado del distrito Sanghar, también en Sind.

En cambio, las comadronas tradicionales no tienen ninguna formación. Aprendieron el oficio, muy común en las aldeas rurales, de sus madres o sus suegras, pero no tienen nociones precisas de la anatomía femenina.

Durante su embarazo, Gul siguió trabajando como partera comunitaria y concurriendo a los controles prenatales mensuales, para asegurarse de que estaba todo bien y de que podría tener un parto en su casa. Un año después, madre e hija están muy saludables.

Gul dirige un centro de partos, que le sigue en calidad a un centro de atención de salud básico de su pobre aldea, y que pudo construir con el apoyo de Unicef y de su comunidad.

Cuenta con una camilla y un soporte para suministrar suero. En el pequeño patio hay una letrina y fuera del recinto existe una bomba manual de agua, aportada por Unicef.

El concejal de la aldea, Qadir Dino, reconoció que la mortalidad materna disminuyó gracias al trabajo de Gul. «Mueren menos madres durante el parto», aseguró sin dar cifras.

«Antes, cuando se complicaba el parto, solíamos llevar de apuro a la embarazada hasta alguno de los hospitales de las ciudades vecinas de Hala y Bhit Shah», relató.

El transporte era un gran problema porque es muy caro. «Y si llegamos al hospital no tenemos no tenemos garantías de que nos atiendan porque somos pobres y sin educación. Vamos de la ceca a la Meca e incluso después de pagar, no logramos recibir un tratamiento de calidad», explicó Dino.

«Por lo menos con el centro de parto sabemos que si hay una complicación, Gul podrá manejarla o derivarnos a un hospital, donde con una nota de ella, podemos esperar que nuestros pacientes sean atendidos», relató Shah Khatoon, madre de cuatro hijos.

El proyecto de maternidades de Unicef contribuyó a crear un sistema para que las parteras comunitarias deriven pacientes a los médicos de los hospitales.

Las parteras tituladas se fueron ganando el respeto y la confianza en las aldeas y las comadronas tradicionales debieron aceptar la leve pérdida de importancia de su papel, a menudo de mala gana.

Pero todavía hay muchas aldeas que dependen de las comadronas tradicionales y es necesario que se reconozca la importancia de las parteras tituladas.

Gul relató que las parteras tradicionales no le dicen nada «en la cara», pero le hacen sentir que «les quito su trabajo».

Unos 500 recién nacidos mueren al día en Pakistán antes del primer mes de vida, según el Estado Mundial de la Infancia 2009, elaborado por Unicef.

Cada cuatro minutos muere al menos un recién nacido. Este país se ubica en el octavo lugar entre los que tienen ese indicador más alto.

La mortalidad materna en el campo y en las ciudades para el periodo 2006-2007 alcanzó a los 276 fallecimientos cada 100.000 nacidos vivos, según la Encuesta Demográfica y de Salud de Pakistán.

El indicador varía de 175, en zonas urbanas, a 319, en zonas rurales, donde reside la mayoría de los 167 millones de habitantes de esta nación asiática.

Pakistán espera reducir el índice hasta 140 para 2015, cuando vence el plazo para cumplir los Ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, acordados en las Naciones Unidas por 189 jefes de Estado y de gobierno que participaron en la llamada Cumbre del Milenio en 2000.

Entre esas metas está el reducir a la mitad de las personas con hambre en el mundo, lograr la educación primaria universal, promover la equidad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos, entre 1990 y 2015.

Alrededor de 39 por ciento de los partos de Pakistán cuentan con atención de personal capacitado , según la Encuesta Demográfica y de Salud, y 60 por ciento son atendidos por personas sin ningún entrenamiento o por comadronas tradicionales, lo que aumenta el riesgo de muertes maternas y la mortalidad y morbilidad del recién nacido.

Sólo uno de cada tres partos se atiende en centros de salud.

«La única y más importante intervención para lograr una maternidad segura es garantizar que una persona capacitada esté presente en todos los nacimientos y que haya algún medio de transporte para los casos de emergencia», según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).

El eminente ginecólogo de Karachi, Shershah Syed, reconocido por ser un defensor de los derechos de la mujer, no tiene esperanzas de que los médicos reduzcan la mortalidad materna en Pakistán.

«Los médicos, y en especial las mujeres, nunca trabajarán en las zonas con altos índices de mortalidad materna. Sólo una partera de la zona puede trabajar allí y brindar asistencia obstétrica básica», indicó.

Farid Midhet, director de Investigaciones Médicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Qassim, en Arabia Saudita, responsabilizó a los ministros de Salud y Bienestar de Pakistán por su falta de visión y por no promover la formación de parteras como una profesión separada, en lugar de asociada a la enfermería.

En actualidad, la ley de enfermería está en discusión. Además se realizan cursos breves para formar profesores de partería, probar un nuevo programa de formación de parteras comunitarias y fortalecer los centros de salud para que sean capaces de brindarles apoyo.

El Ministerio de Salud lanzó en 2008 un plan nacional de capacitación de parteras comunitarias de cinco años, en el marco del programa de salud materna, neonatal e infantil, que está destinado a formar a unas 12.000 profesionales y distribuirlas en las zonas más pobres del país.

Los cursos cuentan con 6.263 alumnas y unas 1.230 ya lo terminaron.

El plan «nos da esperanza de que con las parteras tituladas vamos a llegar a cumplir con los objetivos 4 y 5 para 2015», señaló Nabila Zaka, especialista en atención de salud materna e infantil de Unicef, en referencia a las metas de reducción de la mortalidad materna e infantil.

Pero «es necesario hacer más, en especial en lo que respecta a los aspectos prácticos de la capacitación, que debe ser reforzada», señaló Imtiaz Kamal, presidenta de la Asociación de Obstetricia de Pakistán, que incluye parteras y obstetras.

«Hay una necesidad urgente de contar con mecanismos de regulación de la práctica obstétrica para proteger a parteras y pacientes», remarcó.

A Kamal también le preocupa que «una mayoría de parteras reciba diplomas sólo por su buen rendimiento teórico», explicó. Incluso, «Pakistán carece de un programa para formar profesores de partería. Los de enfermería capacitan a las parteras», añadió.

Pero ese problema ya se está resolviendo, señaló Zaka, la especialista de Unicef. Por ejemplo, ya fueron identificadas parteras en comunidades donde tienen posibilidades de quedarse a trabajar y están recibiendo capacitación en los centros de salud locales.

«Esas parteras comunitarias quedarán registradas y se regirán por las normas del Consejo de Enfermería de Pakistán y realizarán su trabajo bajo la supervisión de las autoridades sanitarias de su distrito», explicó.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=94640