Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Las negociaciones sobre el estatuto final de Kosovo, iniciadas en febrero de 2006 en Viena, han acabado en un bloqueo completamente previsible. Martti Ahtisaari, enviado especial de la ONU, presentó sus propuestas al Grupo de Contacto de los seis países que supervisan la situación en la provincia serbia. ¡La tensión aumenta!
Mientras que los medios occidentales destacan ampliamente la reivindicación independentista albanesa, la postura serbia es sistemáticamente presentada como una oposición de principio que descansa sobre una argumentación histórica superada. Es presentada como el último obstáculo que hay que superar para resolver definitivamente la crisis.
En diciembre de 2006 un contacto diplomático aceptó responder anónimamente a varias preguntas para comprender mejor los argumentos y propuestas de la parte serbia.
P: ¿Cuáles son las reivindicaciones y propuestas de Belgrado concernientes al futuro de Kosovo?
Fuente anónima: El enfoque de Serbia respecto al estatuto futuro de Kosovo descansa en el respeto al derecho internacional. Pero en primer lugar hay que recordar quién empezó la guerra en Kosovo. Las acciones armadas de los separatistas albaneses en 1997-98 con apoyo del extranjero ocasionaron víctimas entre los soldados, los policías y los civiles serbios y albaneses. Este desarrollo está en el origen de la reacción legítima del ejército y de la policía, que tenía el objetivo de erradicar este movimiento separatista armado en Kosovo. El dictat de Rambouillet, rechazado por el gobierno serbio, fue seguido por la intervención – llamada humanitaria – de la OTAN, que llevó a la internacionalización forzada del problema Kosovo y a la ocupación de esta parte del territorio serbio. La situación que prevalece actualmente en esta provincia es el resultado de esta operación militar de la OTAN, iniciada fuera del marco de la legalidad internacional.
Respetando sus compromisos respecto al derecho internacional, Yugoslavia se sometió a la resolución 1244 del Consejo de Seguridad. Esta resolución confirmaba la pertenencia de esta provincia a Serbia y autorizaba al entrada de la OTAN en Kosovo.
P: Pero actualmente hay que buscar soluciones concretas para el futuro de esta provincia. ¿Una postura demasiado legalista no constituye un obstáculo para la paz?
Fuente anónima: Para evaluar la situación actual de Kosovo nos basamos igualmente en el derecho internacional humanitario y constatamos que todos los informes indican que no se han respetado ninguno de los estándares en materia de seguridad, de libertad de circulación, de respeto de la propiedad y de respeto de las minorías. El informe del embajador noruego Kai Eide entregado al Secretario General de la ONU en octubre 2005 lo confirma. Hay que añadir el aumento dramático del tráfico de drogas que transita por Kosovo hacia la juventud de los países europeos: 5 toneladas al año hoy que contrasta con la tonelada y media durante la administración serbia. Las decisiones unilaterales tomadas fuera del marco de la legalidad internacional tiene siempre resultados catastróficos y llevan a situaciones inextricables. Veamos los resultados de las políticas impuestas por la fuerza en Iraq, en Líbano , en África, etc.
P: ¿La solución política impuesta no es acaso la única solución para llegar progresivamente a la instalación del estado de derecho?
Fuente anónima: El proyecto de un Kosovo independiente goza actualmente de un apoyo político muy fuerte de parte de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y de Suiza. Estas presiones políticas no dan garantía alguna para el establecimiento de un estado de derecho que necesitan los habitantes de esta provincia, tanto albaneses como serbios y las demás componentes culturales. Menos aún para las más de 250 000 personas expulsadas de Kosovo en junio de 1999. Si se hubieran ejercido las mismas presiones sobre el gobierno instalado en Kosovo, serían posibles los contactos directos con Belgrado. El gobierno de Serbia está dispuesto a aceptar una solución negociada sobre la base de una amplia autonomía para Kosovo, una solución que permitirá la creación de un estado de derecho para el conjunto de la población que ahí vive.
P: Muy concretamente, si usted se opone a un Estado independiente en Kosovo, ¿qué solución institucional propone?
Fuente anónima: Las autoridades serbias son favorables a una solución basada en una amplia autonomía de la provincia acompañada de una descentralización a nivel comunal. Se trata de dar a las administraciones locales una autonomía suficiente para que sea capaz de adaptarse a la diversidad de las poblaciones presentes en Kosovo y en toda Serbia. La nueva constitución ofrece todas las garantías y derechos iguales para todos los componentes culturales que viven en Serbia. Se inscribe en la prolongación de textos precedentes, basados desde hace más de treinta años en una concepción ciudadana de la nacionalidad serbia, independientemente de pertenencia comunitarias o religiosas. Naturalmente es necesario que los representantes de Kosovo entren en dialogo bona fide con las autoridades serbias e internacionales para definir el futuro estatuto de Kosovo. En ausencia de dicho diálogo constructivo, no se les puede reprochar a los serbios de Kosovo que permanezcan al margen del sistema parlamentario instalado en Pristina.
P: ¿Tienen las propuestas serbias peso suficiente para ser tenidas en cuenta?
Fuente anónima: El apoyo político a favor de la independencia de Kosovo es muy real por parte de varios Estados influyentes. Pero hay que relativizar la importancia de este apoyo porque estos Estados deben ser conscientes del riesgo de desestabilización que resultaría de una decisión unilateral. No hay que olvidar que la Unión Europea debe hacer frente a las mismas reivindicaciones independentistas, por ejemplo, en Irlanda del Norte, en Córcega, en el País Vasco o en Italia del Norte, en Asia central, etc. Una decisión unilateral tendría también consecuencias desastrosas para la estabilidad de los Balcanes. Una solución respetuosa del derecho internacional implica el pleno acuerdo de Serbia, un principio apoyado por numerosos Estados, entre ellos Rusia y China, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y que disponen de [derecho a] veto.
Estos argumentos abogan en favor de un cambio de actitud de la comunidad internacional sobre el estatuto futuro de la provincia serbia de Kosovo. Una rectificación de las decisiones -y de los prejuicios sufridos- y de su acomodación a los normas fundamentales del derecho internacional es crucial para crear la futura estabilidad y la justicia para todos las pueblos de la región des Balcanes y de Europa.
P: El gobierno serbio se apoya en el derecho internacional a propósito de Kosovo. ¿Cómo explicar que el Tribunal Penal Internacional para Yugoslavia (TPIY) reproche a Serbia no colaborar con la justicia internacional?
Fuente anónima: El TPIY no es una jurisdicción inscrita en el marco del derecho internacional. Es un tribunal ad hoc creado por el Consejo de Seguridad de la ONU que no dispone de poder judicial. La Asamblea general no ha ratificado la creación de este tribunal, de modo que Serbia no tiene la obligación formal de reconocer esta jurisdicción desde el punto de vista de sus compromisos internacionales. A pesar de ello, Serbia es consciente de la necesidad de colaborar con esta instancia. Para que esta colaboración sea realizable, Serbia además ha modificado su jurisdicción a fin de permitir la extradición de sus ciudadanos. Este proceso se ha realizado en el marco del proceso constitucional.
Personalidades serbias que habían ejercido responsabilidades a más alto nivel del Estado y del ejército se presentaron ante el TPIY. Entre ellas, Slobodan Milosevic y Milan Milutinovic (ambos ex-presidentes de Serbia), varios generales, los más importantes del ejército y de la policía serbia, ministros y los más altos dignatarios del Estado. Después de librar de sus responsabilidades a los dirigentes albaneses Agim Ceku, actual primer ministro de Kosovo, a Hashim Thaqi y a otros, el TPIY merece los más duros reproches en relación a su imparcialidad.
Así pues, pretender que Serbia no colabora con este tribunal es juzgarla mal. Además, las fuerzas internacionales presentes en Bosnia-Herzegovina tienen las mismas dificultades para apresar a Radovan Karadzic, sin crítica alguna por parte del TPIY.
Diciembre de 2006, entrevista realizada por Philippe Séller, Ginebra
Enlace con el original:
http://www.michelcollon.info/articles.php?dateaccess=2007-02-01%2015:29:28&log=invites