Puede ser cierto que el «levantamiento» de Ollanta Humala Locumba haya sido una cortina de humo para cubrir la fuga de Montesinos. Pueden ser ciertas las acusaciones que se hacen al «capitán Carlos» sobre atropellos a los Derechos Humanos. Es cierto que Humala no tiene ningún respeto por la democracia en el interior de su […]
Puede ser cierto que el «levantamiento» de Ollanta Humala Locumba haya sido una cortina de humo para cubrir la fuga de Montesinos.
Pueden ser ciertas las acusaciones que se hacen al «capitán Carlos» sobre atropellos a los Derechos Humanos.
Es cierto que Humala no tiene ningún respeto por la democracia en el interior de su movimiento, que él nombra a los dirigentes y que él nominó a los candidatos.
Es cierto que en su plancha presidencial lleva a un fujimorista corrupto.
Es cierto que en sus listas de candidatos hubo fujimoristas y gente cuyo mérito fue el haber dado dinero para la campaña y que en la cámara se venderá al mejor postor.
Es cierto que nunca se le ha visto participar en ninguna lucha reivindicativa.
Es cierto de que hay la posibilidad de que al igual que el ecuatoriano Gutiérrez, puede venderse a los yanquis al ser elegido e incumplir todas sus promesas.
Pueda ser cierto lo que dicen las encuestas, que de lejos ha de ganar Alan.
Sin embargo, ahora, después del debate, yo llamo a votar por el programa que Humala enarboló en el debate, lo que significa votar por él.
¿Por qué mi cambio si hasta el debate yo defendía el voto en blanco?
Porque lo que vi hasta entonces es que él acomodaba su discurso al auditorio que tenía, en cambio el debate es su manifiesto ante todo el pueblo peruano.
A cuáles aspectos me refiero:
No hablo de su promesa de analfabetismo cero o de erradicar la pobreza, que puede decirlo hasta la excandidata preferida del neoliberalismo, Lourdes Flores.
Me refiero a los puntos que significan un cambio de la actual política neoliberal que está hundiendo a los países pobres:
Recuperación de los recursos naturales como el gas y los minerales, revisión de los contratos.
Se manifiesta en contra del TLC con EEUU.
Otorgar mayores ingresos a las regiones.
Que las autoridades locales elegidas sean las responsables de la seguridad ciudadana.
Reconocer oficialmente la participación de los comités de autodefensa y rondas campesinas como parte de la seguridad ciudadana.
Supresión de prefecturas y subprefecturas nombradas a dedo y no elegidas.
Convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Acerca de su promesa de recoger las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, tenemos que exigirle que se manifieste explícitamente en contra de cualquier amnistía a los asesinos, miembros de su «familia militar».
Hace algún tiempo dije que no me tragaba promesas, continúo sin tragármelas. No tengo ninguna confianza en que las cumpla ni en que no se venda al imperio al día siguiente de ser elegido. No soy humalista, no tengo confianza en él, llamo a votar por el programa lo que es votar por él. Si no cumple continuaremos la lucha por el programa contra el gobierno de Humala.
Éste no es un voto «por el mal menor», estoy en contra de esa lógica. Es voto por un programa.
A Alan ya lo conocemos muy bien, es ladrón, farsante y asesino y, naturalmente no habla de estos temas que afectan a las grandes empresas al servicio de las cuales estará si llega a ser presidente.
Así de complicado, complejo, se presenta el panorama electoral peruano ante la ausencia de una opción clara y netamente izquierdista que responda a la conciencia antineoliberal de nuestra población.
Hugo Blanco es dirigente histórico de la izquierda revolucionaria y de la Confederación Campesina del Perú.