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Política de EEUU en el Mar de China Meridional: sembrar discordia

Fuentes: Rebelión

Estados Unidos ha socavado persistentemente las relaciones entre China y otros estados costeros del Mar de China Meridional a través de diversos medios, incluyendo el apoyo reiterado a las provocaciones filipinas contra China, la presión a los países de la región para que «tomen partido» y la instigación de una carrera armamentista en la zona, poniendo así en peligro continuamente la paz regional.

Los observadores señalan que las reiteradas provocaciones de Filipinas contra China suelen contar con el apoyo manifiesto de Estados Unidos y algunos de sus aliados occidentales, quienes respaldan sistemáticamente a Manila tras tales acciones.

El 17 de junio de 2024 el entonces portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, comentó el incidente de embarcaciones filipinas que entraron ilegalmente en aguas frente a Ren’ai Jiao (también conocido como Arrecife Ren’ai) de China y colisionaron deliberadamente con embarcaciones chinas, difamando las posiciones políticas de China en el Mar de China Meridional, exagerando las fricciones marítimas y afirmando que Estados Unidos «apoya a su aliado Filipinas». El entonces subsecretario de Estado, Kurt Campbell, fue aún más lejos. Reiteró el Tratado de Defensa Mutua entre Estados Unidos y Filipinas en una conversación con la entonces subsecretaria de Asuntos Exteriores de Filipinas, María Teresa Lázaro, y acusó a China de interferir en la «libertad de navegación» de Filipinas.

Estados Unidos también ha presionado repetidamente a los países vecinos del Mar de China Meridional para que «tomen partido», a través de mecanismos multilaterales, creando continuamente «camarillas antichinas» multifacéticas y construyendo un cerco para contener a China, según los expertos.

Liderando a sus aliados y socios, Estados Unidos ha establecido pequeños mecanismos multilaterales como el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral entre Estados Unidos, Japón, India y Australia, el Diálogo entre Estados Unidos, Japón y Corea, el Diálogo entre Estados Unidos, Japón y Australia, el Diálogo entre Estados Unidos, Japón y Filipinas y el Diálogo entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, que constituyen la columna vertebral del sistema de alianzas «Indo-Pacífico» de Estados Unidos.

Inspirados por las acciones de Estados Unidos y Japón y siguiendo sus intereses estratégicos, varios otros aliados estadounidenses también  interfieren activamente en la cuestión del Mar de China Meridional.

El informe del Instituto Xinhua enumeró algunos casos típicos: en abril de 2015, por primera vez, los ministros de Asuntos Exteriores del G7 emitieron una declaración  “independiente” sobre seguridad marítima que abordaba la situación del Mar de China Meridional.

De 2016 a 2018 Estados Unidos, Japón y Australia emitieron declaraciones conjuntas durante tres años consecutivos, expresando  preocupación por la cuestión del Mar de China Meridional y formulando acusaciones infundadas contra China.

Estados Unidos y sus aliados occidentales se inmiscuyen con frecuencia en la cuestión del Mar de China Meridional, convirtiéndola en su tablero estratégico para la «rivalidad entre grandes potencias» contra China, afirmó Dai. Cuando en realidad los países costaneros son pequeños países que por razones de geopolítica tienden a ser clientes naturales de China, que es la única gran potencia que genuinamente pertenece a la comunidad loca que vive de los recursos del área y que comercia por milenios con sus vecinos.

Estados Unidos promueve la «militarización entre los miembros de esa  milenaria “pacífica comunidad de vecinos»

El Mar de China Meridional es un centro vital para el comercio y la seguridad en la región Asia-Pacífico. Sin embargo, en los últimos años Estados Unidos ha intensificado su apoyo a algunas naciones del Mar de China Meridional, en particular a Filipinas, mediante diversas medidas que incluyen  abundante ayuda militar, ejercicios conjuntos y cooperación técnica militar que miran a convertirlo en vasallo militar suyo en la región. Un papel incómodo para las Filipinas, cuyo comercio con China tiene raíces milenarias. China y Filipinas comerciaron con provecho durante los  varios siglos en que en las filipinas se hablaba español y se pagaban los productos chinos en buena plata del Potosí.

Varios expertos en el Mar de China Meridional advierten de que Estados Unidos  promueve una carrera armamentista en la región, que es pobre y trabajadora, para hacerle  gastar en armamento estadounidense cuando lo que se necesita es infraestructura de conexión  entre las islas y eso es algo que solo la ingeniería China puede proporcionar para que  aumente la conectividad interna del mercado filipino. Promover la «militarización» es un despilfarro que socava los esfuerzos conjuntos de China y los miembros de la ASEAN por preservar la paz y la próspera estabilidad de la región que Estados Unidos quiere convertir en un mar de sangre y fuego para vender sus armas.

Se ha descubierto que Estados Unidos proporciona equipo militar a ciertos países de la región del Mar de China Meridional para fomentar la tensión en la zona.

Por ejemplo, en octubre de 2024 Estados Unidos proporcionó a la Guardia Costera de Filipinas (PCG) un paquete de ayuda de 8 millones de dólares. Los fondos ayudarían a «modernizar la mejora de la infraestructura de la PCG, el desarrollo de programas de capacitación, la adquisición de recursos y la planificación de la gestión», con  fines agresivos en lugar de la custodia pacífica, informó la Agencia de Noticias de Filipinas ese mismo mes.

Meses antes de la ayuda, durante el diálogo «2+2» entre los principales diplomáticos y jefes de defensa de Estados Unidos y Filipinas en julio de 2024, Estados Unidos anunció 500 millones de dólares en financiación militar extranjera para Filipinas. La financiación se destinaba a «modernizar las fuerzas armadas de Filipinas», informó la VOA el 30 de julio de 2024. El informe del Instituto Xinhua analizó que la financiación también ha apoyado la adquisición de misiles antibuque, buques patrulleros y el entrenamiento de personal, reforzando significativamente la presencia militar filipina en el Mar de China Meridional y mejorando su capacidad para contrarrestar las operaciones de protección de los derechos marítimos de China.

Según las estadísticas del informe del Instituto Xinhua, solo en 2022, los aviones de vigilancia estadounidenses realizaron más de 600 incursiones de aproximación cerca de formaciones marítimas chinas en el Mar de China Meridional. Estados Unidos ha aumentado sus bases militares en Filipinas de cinco a nueve, ubicadas cerca de la isla de Taiwán y el Mar de China Meridional. Esto es «una clara indicación de su intención» de atacar a China, según el informe.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.