Finalizado el repertorio sobre movimientos sociales organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), uno de los referentes de esa organización Atilio Borón, analizó el presente y futuro del movimiento de Foros Sociales. Podemos trazar un paralelo entre el primer FSM y este momento casi concluyendo el FSA. En que cosas se ha avanzado? […]
Finalizado el repertorio sobre movimientos sociales organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), uno de los referentes de esa organización Atilio Borón, analizó el presente y futuro del movimiento de Foros Sociales.
Podemos trazar un paralelo entre el primer FSM y este momento casi concluyendo el FSA. En que cosas se ha avanzado?
Se ha avando mucho en el terreno de la organización de los sectores populares, eso probablemente no se ha traducido en un avance muy significativo desde el punto de vista estrictamente político, pero desde el punto de vista social, la densidad organizativa que hoy hay en América Latina es realmente impresionante, cosa que cuando empezó el primer foro había mucho menos.
Ciertamente por comparación a 10 o 15 años atrás los avances son realmente notables. Y hay un avance también en el discurso ideológico. Cosas como una reelectura de Lenin, pero no para copiarlo, pero si para tomar en serio sus grandes preguntas.
Como dijo alguien del público «aunque no estaba yo de acuerdo con las respuestas, las preguntas eran fundamentales». Además ya se perfilan lo que podrían ser propuestas alternativas, le estamos perdiendo el miedo a esto de pensar alternativas y probablemente en el Foro de Porto Alegre en el 2005, vamos a poder ver cosas bien interesantes.
Borón, usted dice que todo este formidable movimiento social no se traduce en acumulación política y en un trabajo suyo de no hace mucho tiempo señalaba que hay poco margen para la esperanza de procesos como los de Lula, Kirchner, entre otros. ¿Donde está la esperanza?
Yo creo que la esperanza está en iniciativas que tiendan a enfrentar seriamente el modelo hegemónico del Conceso de Washington. Hay pocos márgenes para la esperanza en el proceso brasileño lamentablemente, aunque todavía es prematuro decir que eso ha fracasado, pero me parece que se ha internado por un camino de muy escasas posibilidades de trasnformación social.
Creo que la Argentina está titubeando demasiado en materia de políticas económicas y puede enfrentarse con el mismo problema. La esperanza está entonces, en la organización de movimientos populares que tengan la capacidad de tener una traducción política en el terreno electoral, que conformen una correlación de fuerzas nuevas que se imponga a los representantes del atraso y del sometimiento al imperialismo en América Latina y que a partir de ahí y de la permanente movilización, no es cuestión de votar un día e irse a la casa, pueda ser que estos países cambien de rumbo.
¿Pero convengamos que los ejemplos no abundan?
El caso de Venezuela es muy interesante, ellos sobrevivieron a un paro petrolero a un lock out patronal, un golpe de estado y lo pudieron hacer porque el pueblo se movilizó y se organizó de una manera heterodoxa, si vos querés un modelo caribeño de organización, un poco anarquico para nosotros los sureños, pero efectivo y les ha permitido desmontar estas tres tentativas golpistas, de manera que por allí está la esperanza.
¿Ahora en el caso de Brasil con el mayor partido de izquierda de todo el continente, la mayor acumulación social y política que se ha dado desde Paulo Freire hasta el presente, usted cree que Lula y su equipo no pueden, no quieren o no saben?
Yo creo que en el fondo Lula llega al poder en condiciones muy difíciles para experimentar un programa de cambio radical y eso se combina con una supremacía ideológica del neoliberalismo que se venía notando en el PT a través de actitudes eclécticas, supuestamente tolerantes frente a políticas que eran realmente incompatibles con su proyecto de trasnformación social, el chantaje al cual ha sido sometido Lula es muy muy fuerte.
Ha habido operaciones de intimidación, no nos olvidemos que el asesinato del alcande de Santo Andre, ese era el hombre que se suponía que iba a manejar la economía.
Luego aparecio Palocci que no figuraba en ninguno de los análisis y creo que hay una debilidad ideológica muy fuerte combinada con el chantaje del imperialismo, del capital financiero, la amenaza de la huelga de inversiones y una estrategia equivocada del PT de no convocar a una gran movilización de masas para defender el proyecto del gobierno.
Finalmente usted no cree que mientras no se produzca o no se articule una estrategia económica a nivel regional o continental es muy difícil hacer frente a las presiones y chantajes que manifestabas?
Si América del Sur estuviera unificada, si tuvieramos un Mercosur que comprendiera desde Venezuela hasta Chile y pasando por los demás países sería mas fácil.
Pero yo quiero decir a todos aquellos que esperan ese momento que Cuba ha logrado resisitir todo tipo de presiones durante 45 años en condiciones muchísmo mas difíciles que las que podría tener Argentina sola o Brasil sola hoy y sin embargo ha sabido salvar su autonomía, la dignidad de su proyecto histórico, el bienestar relativo de su pueblo que en algunos temas como salud y educación no tiene parangón en América Latina.
Mi conclusión es: si Cuba, aislada, pobrecita, sin recursos naturales, sin población suficiente, sin base económica que la pueda sustentar logró sobrevivir durante tanto tiempo, como no podrían hacerlo países como Brasil y Argentina.