La agricultura emplean menos del 2% de la fuerza de trabajo de los países industrializados y su contribución a las economías nacionales está declinando rápidamente. Sin embargo, recibe un nivel enorme de apoyo de los gobiernos, lo que causa enormes molestias a los gobiernos y pueblos de los países más pobres del mundo. Algunos consideran […]
La agricultura emplean menos del 2% de la fuerza de trabajo de los países industrializados y su contribución a las economías nacionales está declinando rápidamente. Sin embargo, recibe un nivel enorme de apoyo de los gobiernos, lo que causa enormes molestias a los gobiernos y pueblos de los países más pobres del mundo. Algunos consideran que la actitud intransigente de los países industrializados frente a sus subsidios agrícolas fue responsable del reciente colapso de las conversaciones de comercio internacional.
El apoyo de los gobiernos al sector agrícola en el llamado «club de los países ricos»– los 30 pertenecientes a la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) – totalizó en Euros 225 mil millones (US$283 mil millones) en 2005, el 29% del ingreso del sector.
Un estudio de la OCDE sobre políticas de agricultura de los estados miembros muestra que el sector agrícola más protegido en 2005 fue en Suiza, donde el 68% del ingreso a los granjeros provino del apoyo del gobierno, Noruega (64%), Korea (63%), Japón (56%) y los países de la Unión Europea (32%).
Más de la mitad del respaldo estuvo en medidas para elevar el precio de los productos agrícolas. A saber, impuesto a la importación, subsidio a la exportación y subsidios domésticos a la producción, que «distorsionan la producción, los mercados y el comercio», dice el estudio.
Y no es el pequeño agricultor del norte el mayor beneficiado: el apoyo va mayormente a aquellos con las granjas más grandes. En la Unión Europea 80% del dinero es para el 20% de las empresas, habitualmente grandes agro industrias. El día que fracasaron las conversaciones de Doha, el Ministro de Agricultura de Estados Unidos admitió que el 60% de los granjeros de Estados Unidos reciben «prácticamente nada» del gobierno.
En la Unión Europea gran parte del dinero es canalizado a través de la Política Agrícola Común (PAC). El mayor beneficiario fue la compañía británica lechera Fayrefield Foods, que recibió un apoyo de mas de 22 millones de libras esterlinas (US$40.7 millones) durante 2004 -2005, de acuerdo a la información del grupo de campañas farmsubsidy.org.
Las 10 millones de libras esterlinas recibidas por Fayrefield Foods en 2004 correspondían a casi el 10% de su capital de giro, mientras que sus ganancias fueron menos de 1 millón de libras esterlinas. La rama de exportación de Dairy Crest, otra conocida marca británica recibió un monto similar de PAC. Nestle, el gigante suizo, cuyas prácticas de promoción de los sustitutos de leche materna en los países en desarrollo han sido largamente discutidas, recibió más de 7 millones de libras.
Algunos apoyos agrícolas son desviados a otros beneficiarios como grandes bancos que atienden al sector agrícola. Gran parte del apoyo al sector agrícola en el norte alienta la sobreproducción y el «dumping» – ventas a precios por debajo del costo de producción – en el mercado mundial. Esto puede arruinar las vidas de innumerables pequeños granjeros en los países en desarrollo.
¿Porqué los gobiernos de los países del norte protegen tanto la agricultura de sus países? Y ¿porqué es tan difícil que cambien? ¿Porqué el sector, que contribuye solo con un pequeño porcentaje en los ingresos nacionales, tiene tanto peso sobre los gobiernos?
El estudio de la OCDE dice que «la reforma de una política de agricultura es difícil quizá en parte porque aquellos que temen perder algo tienen la capacidad para bloquear las iniciativas de reforma».
Grupos como Countryside Alliance y la Unión de Granjeros Nacional – granjeros a gran escala – del Reino Unido, han tenido influencia en los círculos de gobierno.
Los granjeros tienen el apoyo del público y esto a su vez influencia la política. Programas de radio populares muestran a los granjeros británicos como guardianes del ambiente. «El fuerte lobby del sector agrícola europeo ha llegado a tener el apoyo del público» dice Christopher Stevens del instituo de asesores Overseas Development Institute.
Por lo tanto mucha gente en Europa acompaña la idea que un fuerte apoyo de los gobiernos al sector agrícola es necesario.
Los beneficiados naturalmente se oponen a cualquier cambio a esta política. Cuando los gobiernos de la Unión Europea anunciaron reformas en el PAC en junio de 2003, granjeros a gran escala se opusieron fuertemente a la propuesta para un tope en los pagos.
Las reformas deslindaban un cierto porcentaje de los subsidios agrícolas de la producción, con lo cual los granjeros de la UE reciben pagos directos – deslindados de cuánto producen, o inclusive si no producen . Las reformas establecen la forma en que se pagaría a los granjeros, no bajando los niveles del apoyo total.
Las agencias de ayuda internacional y de desarrollo que han examinado las propuestas de reforma dicen que éstas no detendrán la sobre producción y el «dumping». Tres años después, algunos gobiernos de la UE por lo menos han reconocido que las reformas que anunciaban muy amplias no son tales. El gobierno británico ha planteado la necesidad de detener el escándalo y desperdicio que significa el PAC. Sin embargo una real reducción en los niveles de apoyo en la UE no se ha materializado.
Los ministros de la UE acordaron en diciembre 2005 empezar a revisar el PAC en 2008, cinco años antes de lo acordado previamente, pero Francia estableció claramente que no apoyaría ningún cambio antes de 2013.
Granjeros en países con grandes áreas rurales como Francia e Irlanda están particularmente activos en la defensa de PAC, y han forzado a sus gobiernos a no sumarse a los intentos de reforma.
Sin embargo inclusive en Francia, la agricultura emplea solamente 4% de la fuerza laboral y contribuye solamente con 3% a los ingresos nacionales.
Algunos dicen que la cultura, la historia y la tradición son obstáculos poderosos para cambiar: «fundamental a nuestra identidad» es la forma en que la Ministra de Comercio francés, Christine Lagarde, describe la agricultura.
Michael Hart de la británica Small and Family Faros Alliance, dice que mientras la agicultura en el Reino Unido contribuye solamente con el 1% al ingreso nacional, las granjas cubren casi el 80% de la tierra. «La industria turística va sobre la espalda del paisaje agrícola» dice Hart, «Si la tierra no es trabajada, volverá a ser silvestre».
El estudio de OCDE argumenta que los altos niveles de apoyo no son necesarios para asegurar la calidad del ambiente y la prosperidad en las áreas rurales.
PAC y otros programas de los gobiernos de países del norte, como la US Farm Act, Enmienda Agrícola de Estados Unidos han impedido en el progreso de las conversaciones de la OMC para terminar con los subsidios.
La ausencia de concesiones significativas sobre los apoyo agrícolas por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea fue la causa de la suspensión de la Ronda de Doha de la OMC en julio. Junto con una presión internacional, será necesario un cambio radical en la opinión pública de los países del norte para lograr que cambien su posición. (FIN)