El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, interpuso este jueves el veto al artículo que despenaliza el aborto en una polémica ley de Salud Sexual y Reproductiva aprobada esta semana por el Congreso, que no reúne los votos para levantar la veda en la Asamblea General. «En las próximas horas llegará la notificación al Poder Legislativo, pero […]
El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, interpuso este jueves el veto al artículo que despenaliza el aborto en una polémica ley de Salud Sexual y Reproductiva aprobada esta semana por el Congreso, que no reúne los votos para levantar la veda en la Asamblea General.
«En las próximas horas llegará la notificación al Poder Legislativo, pero lo concreto es que (el veto) ya fue redactado y debidamente interpuesto. Es un hecho irreversible que traduce la coherencia del presidente», dijo a la AFP el ministro de Turismo, Héctor Lescano.
El proyecto, sancionado el martes en el Senado por 17 votos en 30, con las adhesiones de los legisladores oficialistas, habilita a la mujer a «decidir la interrupción de su embarazo durante las 12 primeras semanas de gravidez», alegando situaciones de penuria económica, familiares o de edad.
Asimismo, contempla el aborto por razones de salud, malformaciones o peligro de la vida de la madre.
Empero, el mandatario de izquierda, de profesión médico oncólogo, había anunciado en reiteradas oportunidades que no promulgaría la norma porque la misma contiene elementos «con los que filosófica y biológicamente no estoy de acuerdo».
Tras la histórica aprobación de la ley en las dos Cámaras legislativas, de una iniciativa que procura legalizar la práctica abortiva bajo determinadas circunstancias luego de 70 años de prohibición en el país, legisladores oficialistas realizaron infructuosos intentos para impedir que Vázquez interpusiera el veto y asintiera la posibilidad de convocar a un plebiscito.
«El presidente ha optado (al interponer el veto) por uno de los caminos que le confiere la Constitución, el de formalizarlo en compañía de la ministra del ramo (Salud), María Julia Muñoz», precisó Lescano.
Para levantar la observación presidencial se requiere de una mayoría especial de 3/5 de la Asamblea General, lo cual se vislumbra como muy poco probable.
El diputado oficialista Luis Gallo subrayó a la AFP que Vázquez «equivocó su decisión, porque la misma no debió ser tomada por convicciones personales y sí respetar y defender el deseo de la mayoría de la sociedad, interpretado cabalmente por el Parlamento».
El legislador, que a su vez se desempeña como médico anestesiólogo e intensivista, dijo que Vázquez «debió tomar el ejemplo del presidente francés Valéry Giscard D’Estaing, quien siendo ferviente católico, no vetó en la década del 70 la despenalización del aborto y explicó al Papa Juan Pablo II las razones por las cuales no interpuso su criterio personal».
De su lado, el ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle (1990-1995) y actual precandidato opositor, opinó que «la actitud de Vázquez es digna de ser destacada, porque no vaciló en adoptarla aún siendo contraria a un interés político».
Acérrimo contrincante de Vázquez en varias lides políticas, Lacalle expresó satisfacción de sentirse «alineado al presidente en un tema tan relevante como la vida humana, cuya existencia data desde el momento de la concepción», apuntó.
Según una encuesta de la empresa Interconsult publicada esta semana en la prensa local, el 57% de los uruguayos aprueba el aborto, 42% está en contra y 1% dice no tener posición sobre el particular.
Por su parte la Iglesia católica anunció que negará la eucaristía a los legisladores que aprobaron legalizar el aborto y que serán excomulgados quienes intervengan directamente en la interrupción del embarazo.
«Autorizar el aborto de forma indiscriminada equivale a dar permiso a cualquier ciudadano a hacer justicia por mano propia, con lo cual se estaría generalizando la pena de muerte», dijo el secretario de la Conferencia Episcopal del Uruguay, Luis del Castillo.