Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Los ataques terroristas de Mumbai fueron parte de una operación cuidadosamente planeada y coordinada en la que intervinieron varios grupos de pistoleros bien entrenados y con mucha experiencia.
La operación lleva el sello de una operación de la inteligencia paramilitar. Según un experto ruso en contraterrorismo, los terroristas de Mumbai «utilizaron las mismas tácticas que los combatientes chechenos en los ataques del Norte del Cáucaso, donde aterrorizaron a ciudades enteras, asaltando hogares y hospitales» (Russia Today, 27 de noviembre de 2008).
Los ataques de Mumbai se están describiendo como el «11/S de la India».
Los ataques se llevaron a cabo de forma simultánea en varios escenarios, con pocos minutos de diferencia entre unos y otros.
El primer objetivo fue el vestíbulo principal de la estación de ferrocarril Chatrapati Shivaji Terminus (CST) de Mumbai, donde los pistoleros dispararon indiscriminadamente contra la muchedumbre de viajeros. Los pistoleros «salieron después de la estación a toda velocidad y corrieron hacia edificios vecinos, entre ellos el Hospital Cama».
Otros grupos diferentes de pistoleros atacaron dos de los hoteles de lujo de Mumbai: el Oberoi-Trident y el Taj Mahal Palace, situados en el corazón de la zona turística, en las proximidades de la Puerta de la India.
Hotel Taj Mahal
Los pistoleros abrieron fuego también contra el Café Leopold, un elegante restaurante ubicado en la zona turística. El tercer objetivo fue Nariman House, un centro de negocios que alberga el Chabad Lubaritch, el Centro judío de Mumbai. Seis rehenes, entre ellos el rabino y su esposa, fueron asesinados.
El aeropuerto nacional en Santa Cruz; el multicine Metro Adlabs y el Mazgaon Dockyard también fueron atacados.
«Los ataques se perpetraron en los lugares más concurridos. Además de hoteles y hospitales, los terroristas atacaron estaciones de ferrocarril, el Mercado Crawford, el Wadi Bunder y el Ferrocarril Expreso del Oeste, cerca del aeropuerto. Siete lugares que fueron atacados con armas automáticas y granadas (Times of India, 26 de noviembre de 2008).
Comandos de las Fuerzas Especiales indias rodearon los dos hoteles. Los testigos presentes en los hoteles dijeron que los pistoleros iban seleccionando a las personas que tenían pasaporte estadounidense y británico.
Miembros de las fuerzas indias de seguridad tomando posiciones de combate entre los camiones de bomberos y ambulancias en los alrededores del Hotel Taj Mahal (Ruth Fremson/The New York Times)
Según las informaciones, las víctimas superan ya los 150 muertos. La mayoría de los muertos eran nacionales de la India y gran parte de ellos murieron en el ataque contra la estación terminal de Chhatrapati Shivaji Terminus.
También murieron en los asaltos al menos 22 extranjeros, así como catorce oficiales de policía, incluido el jefe del escuadrón antiterrorista.
¿Quién estaba tras los ataques?
Según se informó, un grupo virtualmente desconocido denominado «Muyahaidines Deccan», fue quien reclamó la autoría de los ataques. La Meseta Deccan es una región situada en la zona central del sur de la India, ocupando gran parte del Estado de Andhra Pradesh. Ese desconocido grupo ha sido ya clasificado, sin aportar pruebas, como perteneciente a la red Al Qaida de organizaciones terroristas.
Los informes de la policía confirman que hay arrestados nueve «supuestos atacantes» y que tres de ellos han confesado, según fuentes policiales no confirmadas, pertenecer al Lashkar-e-Taiba [Lashkar-e-Tayyiba], una organización separatista cachemira pakistaní, secretamente apoyada por la inteligencia del ejército de Pakistán (ISI). Al menos uno de los arrestados, según se informa, es un ciudadano británico de origen pakistaní.
Como si de un coro se tratase, los medios tanto occidentales como indios están señalando con el dedo a Pakistán y a su pretendido apoyo a las organizaciones terroristas islámicas:
«Los gurus estratégicos y los analistas de la seguridad en EEUU y por todo el mundo están examinando el papel de Pakistán en el terrorismo tras otro episodio de terror en la India que ha acabado con todos los dedos apuntando a su ampliamente vilipendiado vecino.
Aunque la información inicial en la India sugería que la carnicería de Mumbai era un ataque localizado de militantes indios descontentos debido al señuelo utilizado de «Muyahaidines Deccan» para asumir la teoría, las pruebas citadas por el ejército indio y los expertos en seguridad, basadas en llamadas telefónicas interceptadas, en el tipo de armamento, en el modo de entrar por mar, etc., han concentrado rápidamente la atención en Pakistán» (Times of India, 27 de noviembre de 2008).
Los medios estadounidenses centraron su atención en los vínculos entre los ataques de Mumbai y los «resurgidos grupos terroristas que tienen su refugio en las zonas tribales de Pakistán, así como en la proclamada protección o apoyo por parte de ciertos elementos de la inteligencia pakistaní». (Washington Post, 28 de noviembre de 2008).
«Choque de civilizaciones»
En Europa y Norteamérica, los ataques en Mumbai de fundamentalistas islámicos se perciben como parte del «choque de civilizaciones»: «El Islam militante está inmerso en una guerra contra la civilización».
Las pérdidas dramáticas de vidas como consecuencia de los ataques han contribuido ineluctablemente a reforzar el sentimiento anti-musulmán por todo el mundo occidental.
«Cada vez se esclarecen más los esquemas de los ataques terroristas en Mumbai, India. Los terroristas atacaron la India, EEUU, Gran Bretaña y al pueblo judío». (Market Watch, 28 de noviembre de 2008)
Según los medios, el enemigo es Al Qaida, el ilusorio «enemigo exterior» que tiene sus bases operativas en zonas tribales y en la provincia situada en la frontera noroeste de Pakistán. El autoproclamado mandato sagrado de Washington en virtud de la «Guerra Global contra el Terrorismo» persigue eliminar a bin Laden y extirpar el fundamentalismo islámico.
Así es como se permiten afianzar el derecho de EEUU a intervenir militarmente en el interior de Pakistán en violación de la soberanía pakistaní. Bombardear pueblos en las zonas tribales del noroeste de Pakistán es parte de una «conducta humanitaria» en respuesta a la pérdida de vidas fruto de los ataques de Mumbai:
«Antes de esos espantosos ataques, las noticias que venían del Sur de Asia eran alentadoras. El problema principal sigue siendo pacificar Afganistán, donde EEUU y las fuerzas de la OTAN combaten para aplastar a los talibanes y a los elementos de Al Qaida». (Washington Post, 28 de noviembre de 2008)
«Sin embargo, Washington quiere que el ejército pakistaní coopere en su lucha contra el terrorismo. En semanas recientes, los oficiales estadounidenses en Afganistán informaban de mejores resultados, reconociendo que los pakistaníes estaban asumiendo la ofensiva contra los talibanes en territorio pakistaní».
Desinformación por parte de los medios
La red estadounidense de televisión ha cubierto ampliamente los dramáticos sucesos de Mumbai. Los ataques han servido para provocar una atmósfera de miedo e intimidación en EEUU.
Se decía que los ataques de Mumbai estaban íntimamente relacionados con el 11/S. Las declaraciones oficiales estadounidenses y los informes de los medios han descrito los ataques de Mumbai como parte de un proceso más amplio, que incluía la posibilidad de un ataque terrorista patrocinado por Al Qaida en suelo estadounidense.
Durante la campaña electoral, el Vicepresidente electo Joe Biden había advertido a EEUU con el vaticinio de que «la gente que… nos atacó en el 11/S, se ha reagrupado en las montañas entre Afganistán y Pakistán y está tramando nuevos ataques». (Énfasis añadido).
Esos son los mismos que estaban detrás de los ataques terroristas en Mumbai.
Esos son los mismos que están planeando atacar Estados Unidos.
Inmediatamente después de los ataques de Mumbai, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, puso el sistema del metro neoyorquino en «máxima alerta», basándose en un «informe no contrastado sobre terrorismo potencial aquí en Nueva York. Ese informe llevó al departamento de policía de Nueva York a adoptar una serie de medidas de precaución para proteger nuestros sistemas de tránsito, y lo haremos siempre que sea necesario con tal de que nuestra ciudad esté segura», dijo Bloomberg en un comunicado. (McClatchy Tribune Business News, 28 de noviembre de 2008, énfasis añadido).
Sólo que todo eso sucede un día antes de los ataques de Mumbai. «El FBI y el Departamento de Seguridad Interior habían advertido de una ‘posible, aunque no corroborada, amenaza de Al Qaida’ contra el sistema de transportes de Nueva York». (Ibid)
«Al producirse los ataques de Mumbai, las autoridades estadounidenses lanzaron una advertencia de que Al Qaida podría haber estado discutiendo recientemente emprender ataques contra el metro de Nueva York. Seguramente, una advertencia muy vaga. ‘No tenemos detalles específicos para confirmar que este complot ha ido más allá de los deseos de planearlo, pero estamos haciendo esta advertencia porque no está fuera de lo posible que se pueda llevar a cabo un ataque de ese tipo durante las inminente fiestas’, han manifestado el FBI y el Departamento de la Seguridad Interior». (Chicago Tribune, 29 de noviembre de 2008).
El servicio de inteligencia del ejército de Pakistán es el caballo de Troya de Estados Unidos
A coro, la información de los medios señala a la implicación de la Inteligencia Militar Pakistaní, la Inteligencia Inter Servicios (ISI, por sus siglas en inglés), sin mencionar que el ISI actúa invariablemente en estrecha alianza con la CIA.
Los medios estadounidenses sirven indefectiblemente a los intereses del aparato de la inteligencia de EEUU. Lo que quieren expresar esas informaciones distorsionadas de los medios es:
- Los terroristas están vinculados a Al Qaida. Los ataques de Mumbai suponen una operación «patrocinada por un Estado» en la que está implicado el ISI de Pakistán.
- Los pistoleros de Mumbai tienen lazos con los grupos terroristas en las zonas tribales de Pakistán y en la provincia situada en la frontera noroeste.
- El continuado bombardeo de las zonas tribales por parte de la Fuerza Aérea USA en violación de la soberanía de Pakistán está, por tanto, justificado como parte de la «Guerra Global contra el Terrorismo».
El ISI es el caballo de Troya de EEUU, un apoderado de facto de la CIA, la inteligencia pakistaní ha trabajado, desde los primeros años de la década de 1980, en estrecha connivencia con sus homólogos de la inteligencia estadounidense y británica.
Si el ISI hubiera estado implicado en una operación secreta importante dirigida contra la India, la CIA habría tenido conocimiento previo sobre la naturaleza precisa y el momento de la operación. El ISI no actúa sin el consentimiento de sus homólogos de la inteligencia estadounidense.
Además, es bien sabido que la inteligencia de EEUU estuvo apoyando a Al Qaida desde el principio de la guerra afgana soviética y durante la época post-Guerra Fría. (Para más detalles, véase Michel Chossudovsky, «Al Qaida and the War on Terrorism» [*], Global Research, 20 de enero de 2008).
La CIA financió los campos de entrenamiento de la guerrilla que se establecieron en Pakistán para preparar a los muyahaidines. Históricamente, la inteligencia estadounidense ha apoyado a Al Qaida, utilizando al ISI de Pakistán como intermediario.
«Con la CIA apoyando y canalizando sumas masivas de ayuda militar estadounidense, el ISI pakistaní desarrolló «una estructura paralela que ejercía un enorme poder en todos los aspectos del gobierno». (Dipankar Banerjee, «Possible connection of ISI with drug industry», India Abroad, 2 de diciembre de 1994).
Tras el 11/S, el ISI de Pakistán jugó un papel clave en la invasión de Afganistán de octubre de 2001, en estrecha relación con el alto mando de los ejércitos de la OTAN y de EEUU. Para colmo de ironías, en octubre de 2001, tanto la información de EEUU como de la India, citando a fuentes de inteligencia y del FBI, sugerían que el ISI estaba proporcionando apoyos a los supuestos terroristas del 11/S. (Véase Michel Chossudovsky, «Cover-up or Complicity of the Bush Administration, The Role of Pakistan’s Military Intelligence (ISI) in the September 11 Attacks«, Global Research, 2 de noviembre de 2001).
El jefe de los espías de Pakistán nombrado por la CIA
Históricamente, la CIA ha jugado un papel no oficial en el nombramiento del director de los servicios de inteligencia de Pakistán (ISI).
En septiembre, Washington presionó a Pakistán, utilizando la «guerra contra el terrorismo» como pretexto para retirar al jefe del ISI, el teniente general Nadim Taj.
«Se entiende que Washington está llevando a cabo intensas presiones en Pakistán para relevar al jefe del ISI Nadim Taj y a dos de sus adjuntos debido al importante y supuesto ‘doble juego’ con los combatientes». (Daily Times, 30 de septiembre de 2008).
«El Presidente Asif Ali Zardari mantuvo reuniones en Nueva York a finales de septiembre con el Director de la CIA Michael Hayden». (The Australian, 29 de septiembre de 2008). Apenas unos cuantos días después se aprobaba el nombramiento efectuado por el jefe del ejército, el General Kanyani, en nombre de Washington, del Teniente General Ahmed Shuja Pasha como jefe del ISI.
Teniente General Ahmed Shuja Pasha
A ese respecto, las presiones ejercidas por la administración Bush contribuyeron a bloquear una iniciativa parlamentaria presentada por el gobierno del Partido Popular de Pakistán (PPP) para poner los servicios de inteligencia del país (ISI) bajo autoridad civil, es decir, bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior.
Teniente General Ahmed Shuja Pasha (derecha), junto al General Ashfaq Kayani, a bordo del buque estadounidense Abraham Lincoln con Michael Mullen, jefe de la junta de altos jefes de estado
Estados Unidos viola la soberanía territorial de Pakistán
EEUU está actualmente violando la soberanía territorial de Pakistán con los bombardeos rutinarios llevados a cabo contra los pueblos situados en las zonas tribales y en la provincia de la frontera noroeste. Esas operaciones se realizan utilizando como pretexto la «guerra contra el terrorismo». Aunque el gobierno pakistaní ha acusado «oficialmente» a EEUU de los bombardeos aéreos contra su territorio, el ejército pakistaní (incluido el ISI) ha asumido «aunque no oficialmente» los ataques aéreos.
A este respecto, el oportuno nombramiento del Teniente General Ahmed Shuja Pasha al timón del ISI tenía el objetivo de asegurar la continuidad de las operaciones «contraterroristas» estadounidenses en Pakistán. Antes de su designación como jefe del ISI, el Teniente General Ahmed Shuja Pasha era responsable, en estrecha connivencia con EEUU y la OTAN, de llevar a cabo los ataques del ejército pakistaní en las Areas Tribales Administradas Federalmente (FATA, por sus siglas en inglés) y en la Provincia de la Frontera Noroeste (NWFP, por sus siglas en inglés) supuestamente contra los talibanes y Al Qaida.
A raíz de su nombramiento, el Teniente General Ahmed Shuja Pasha llevó a cabo una importante remodelación dentro del ISI, sustituyendo a varios de los comandantes regionales (Daily Times, 30 de septiembre de 2008). A últimos de octubre, se encontraba en Washington, en la sede de la CIA, en Langley, y en el Pentágono, para reunirse con sus homólogos de la inteligencia y del ejército estadounidense:
«Pakistán está quejándose públicamente de los ataques aéreos estadounidenses. Pero el nuevo jefe de la inteligencia del país, el Teniente General Ahmed Shuja Pasha, visitó Washington la pasada semana para reunirse con los jefes de espionaje y los altos cargos militares estadounidenses, y todo el mundo aparecía sonriente en la foto» (David Ignatieff, «A Quiet Deal With Pakistan«, Washington Post, 4 de noviembre de 2008, énfasis añadido).
La oportunidad de los ataques de Mumbai
Los ataques aéreos estadounidenses sobre áreas tribales pakistaníes han provocado la muerte de innumerables civiles, lo que ha creado una oleada de sentimientos anti-estadounidenses por todo Pakistán. De igual modo, esos sentimientos han servido también, en los meses que precedieron a los ataques de Mumbai, para fomentar una atmósfera renovada de cooperación entre la India y Pakistán.
Mientras las relaciones entre EEUU y Pakistán están en horas bajas, en los últimos meses se han registrado esfuerzos significativos, por parte de los gobiernos de Islamabad y Delhi, en aras a promover sus relaciones bilaterales.
Apenas una semana antes de los ataques, el presidente de Pakistán Asif Ali Zardari «instó a someter a debate público la cuestión de Cachemira en la India y Pakistán y dejar que los pueblos decidieran su futuro».
También hizo un llamamiento para «mantener relaciones bilaterales a un nuevo nivel» y forjar una unión económica entre los dos países.
Divide y vencerás
¿A qué intereses han favorecido estos ataques?
Washington está intentando utilizar los ataques de Mumbai para:
- Fomentar las divisiones entre Pakistán y la India y trastornar el proceso de cooperación bilateral y comercial entre los dos países;
- Promover divisiones internas sociales, étnicas y sectarias tanto en la India como en Pakistán;
- Justificar las acciones del ejército estadounidense dentro de Pakistán, incluida la matanza de civiles en violación de la soberanía territorial del país;
- Proporcionar justificaciones para extender la «guerra contra el terrorismo» por el subcontinente indio y el Sureste Asiático.
En 2006, el Pentágono advirtió que «otro importante ataque terrorista similar al 11/S podría crear a la vez la justificación y la oportunidad que falta hoy para emprender represalias contra algunos objetivos conocidos» (Declaración oficial del Pentágono filtrada al Washington Post, 23 de abril de 2006). En el contexto actual, los ataques de Mumbai se consideran «una justificación» para ir tras «objetivos conocidos» en las zonas tribales del Noroeste de Pakistán.
El Primer Ministro de la India, Manmohan Singh, ha declarado que «fuerzas exteriores» llevaron a cabo los ataques, insinuando el posible papel de Pakistán. Los informes de los medios apuntan también en esa dirección, insinuando que el gobierno pakistaní está detrás de los ataques:
«Los funcionarios y legisladores estadounidenses se contuvieron de nombrar a Pakistán, pero su condena del «terrorismo islamista» deja pocas dudas de donde parten sus ansiedades.
…
Lo que ha añadido fuerza a las últimas acusaciones contra Islamabad es la propia valoración de la administración Bush -filtrada a los medios estadounidenses- de que la agencia de inteligencia ISI de Pakistán estaba vinculada a los bombardeos de la Embajada india en Kabul hace algunas semanas, en los que murieron casi 60 personas incluido un muy admirado diplomático indio y un respetado alto oficial de la defensa». (Times of India, 27 de noviembre de 2008)
Los ataques han acentuado los sentimientos anti-pakistaníes en la India
Los ataques han servido para fomentar el sentimiento anti-pakistaní en la India así como las divisiones sectarias entre hindúes y musulmanes.
Time Magazine ha señalado inequívocamente el insidioso papel de «la poderosa organización del ISI, acusada a menudo de orquestar ataques terroristas contra la India», ignorando que el nuevo jefe del ISI fue nombrado a instancias de Washington.
El informe del Time sugiere, sin pruebas, que los arquitectos más probables de los ataques son varios grupos islámicos patrocinados por Pakistán, incluido el Lashkar-e-Taiba (el ejército de los puros), «que forma parte del ‘conglomerado de Al-Qaida'», el Jaish-e-Mohammed, una organización separatista cachemira perteneciente a Al-Qaida, que proclamó su autoría en los ataques terroristas de diciembre de 2001 contra el parlamento en Delhi, y el Movimiento Islámico de Estudiantes de la India (SIMI, por sus siglas en inglés) (Ibid)
Se sabe que ambos grupos, Lashkar-e-Taiba y Jaish-e-Mohammed cuentan con el apoyo del ISI.
La diplomacia lanzadera entre Islamabad-Delhi
El presidente pakistaní Asif Ali Zardani indicó que su gobierno colaboraría en todo con las autoridades indias.
El recién elegido gobierno de Pakistán ha sido ninguneado por sus propios servicios de inteligencia, que siguen bajo la jurisdicción del alto mando militar.
El gobierno del Partido Popular de Pakistán, bajo el mando del Primer Ministro Yousaf Raza Gilani, no tiene control alguno sobre el aparato militar y de inteligencia, que continúa manteniendo estrechos lazos con sus homólogos estadounidenses. El gobierno civil pakistaní, ni siquiera controla, en muchos aspectos, su política exterior. El ejército pakistaní y su poderoso brazo de inteligencia (ISI) son quienes llevan la batuta.
En ese contexto, el presidente Asif Ali Zardari parece estar jugando con todos los bandos: colusión con el aparato de inteligencia-militar, diálogo con Washington y apoyo de boquilla al primer ministro Gilani y a la Asamblea Nacional.
El 28 de noviembre, dos días después de los ataques de Mumbai, Islamabad anunció que enviaría a Delhi al recién designado jefe del ISI, el Teniente General Ahmed Shuja Pasha, para celebrar consultas con sus homólogos indios, incluido el Asesor de Seguridad Nacional, M K Narayanan, y los jefes de la agencia de inteligencia exterior de la India, el Ala de Investigación y Análisis (RAW, por sus siglas en inglés) y el Buró de Inteligencia, responsable de la inteligencia interior. El RAW y el ISI de Pakistán son famosos por la guerra del uno contra el otro desde hace más de treinta años.
Al día siguiente (29 de noviembre), Islamabad canceló la visita del jefe del ISI, el Tte. General Shuja Pasha, a la India, tras «una conversación telefónica, después de los ataques de Mumbai, mantenida en un tono muy agresivo por parte del ministro de asuntos exteriores indio, Pranab Mujerjee, con los oficiales pakistaníes». (Press Trust of India, 29 de noviembre de 2008, citando a Geo News de Pakistán).
Tensa situación. Deterioro de las relaciones India-Pakistán
Los ataques de Mumbai han creado ya una situación extremadamente tensa, que beneficia en gran medida a los intereses geopolíticos estadounidenses en la región.
Islamabad está contemplando el traslado de alrededor de 100.000 soldados de la frontera afgano-pakistaní a la frontera india, por «si hay una escalada en la tensión con la India, que ha insinuado que hay elementos pakistaníes implicados en la carnicería de Mumbai». (Según una fuente pakistaní, citada por PTI, op.cit)
«Esas fuentes han dicho que se había advertido a la OTAN y al mando estadounidense que Pakistán no iba a poder concentrarse en la guerra contra el terror y contra los combatientes que se encuentran en los alrededores de la frontera de Afganistán, porque defender las fronteras con la India era mucho más importante», (Ibid. Geo News citando al periodista pakistaní Hamid Mir).
Las interferencias estadounidenses en la gestión de la investigación de la policía india
No hay que olvidar en absoluto la descarada interferencia de Washington en el proceso de investigación de la policía india. El Times of India señala a una «cooperación sin precedentes en el terreno de la inteligencia, que implica a las agencias de investigación y a los equipos del espionaje de la India, Estados Unidos, el Reino Unido e Israel».
Tanto el FBI como el servicio secreto británico, el MI6, tienen oficinas de enlace en Delhi. El FBI ha enviado policías, oficiales de contraterrorismo y científicos forenses a Mumbai «para investigar los ataques que ahora incluyen víctimas estadounidenses….» También han llegado a Mumbai expertos de la policía metropolitana de Londres:
«La ‘hipótesis operativa’ del gobierno estadounidense: que los grupos de combatientes pakistaníes Lashkar-e-Taiba y Jaish-e-Mohammed son sospechosos de los ataques, ha sido el supuesto del que han partido en su investigación las autoridades indias, dijo el oficial. Los dos grupos militantes cachemiros tienen lazos con Al Qaida». (Wall Street Journal, 28 de noviembre de 2008)
El objetivo de los oficiales de policía y contraterrorismo estadounidenses-británicos-
Sin embargo, no hay que olvidar que el gobierno de Delhi rechazó el ofrecimiento israelí de enviar una unidad de las fuerzas especiales de su ejército para ayudar a los comandos indios a liberar a los rehenes judíos del Centro judío Chabad en Mumbai (PTI, 28 de noviembre de 2008).
Bali 2002 versus Mumbai 2008-12-05
Los ataques terroristas de Mumbai ofrecen ciertas semejanzas con los ataques de Bali de 2002. En ambos casos, los objetivos se centraron en los turistas occidentales. El complejo turístico de Kuta, en la isla de Bali, Indonesia, fue objeto de dos ataques separados que afectaron sobre todo a turistas australianos. (Ibid)
Los presuntos terroristas de las bombas de Bali de 2002 fueron ejecutados, tras un largo proceso, apenas hace unas pocas semanas, el 9 de noviembre de 2008. (Michel Chossudovsky, «Miscarriage of Justice: Who was behind the October 2002 Bali bombings?», Global Research, 13 de noviembre de 2008). Los arquitectos políticos de los ataques de Bali de 2002 no han sido nunca juzgados.
Un informe de noviembre de 2002 proveniente de los mandamases indonesios, señalaba que estaban implicados el jefe de la inteligencia indonesia, el General A.M. Hendropriyono, y la CIA. Los vínculos de la Jemaah Islamiyah (JI) con la agencia de inteligencia indonesia (BIN) no aparecieron nunca en la investigación oficial del gobierno indonesio, que estuvo guiada desde bambalinas por la inteligencia australiana y la CIA. Además, poco después del estallido de las bombas, el Primer Ministro australiano John Howard «admitió que se había advertido a las autoridades australianas sobre posibles ataques en Bali pero que no se emitió ningún comunicado». (Christchurch Press, 22 de noviembre de 2002).
Con respecto a la bombas de Bali en 2002, se descartaron las declaraciones de dos ex presidentes de Indonesia en los procedimientos del juicio, ambos señalaban a la complicidad de la policía y el ejército indonesio. En octubre de 2005, en una entrevista con la TV SBS australiana, el ex presidente Wahid Abdurrahman afirmó que la policía y el ejército indonesio jugaron el papel de cómplices en las bombas que estallaron en Bali en 2002. (Citado en «Miscarriage of Justice: Who was behind the October 2002 Bali bombings? op.cit).
Nota:
En meses recientes, el jefe de la inteligencia exterior de la India (RAW), Ashok Chaturvedi, se ha convertido en objetivo político. El primer ministro Manmohan Singh está tratando de retirarle y nombrar a un individuo más aceptable. No está claro si Chaturvedi aparecerá implicado en la investigación policial y de inteligencia.
N. de la T.:
[*] Véase la traducción del artículo al castellano en:
http://www.rebelion.org/
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