El presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, quien toma posesión de su cargo el próximo 15 de agosto, ha denunciado en los últimos días un plan para desestabilizar su gobierno. En entrevista telefónica con BBC Mundo, Lugo dio detalles de su denuncia, habló de petróleo, Venezuela y explicó las prioridades que tendrá su gestión. DENUNCIA […]
El presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, quien toma posesión de su cargo el próximo 15 de agosto, ha denunciado en los últimos días un plan para desestabilizar su gobierno.
En entrevista telefónica con BBC Mundo, Lugo dio detalles de su denuncia, habló de petróleo, Venezuela y explicó las prioridades que tendrá su gestión.
Usted ha denunciado un plan para desestabilizar a su gobierno. ¿Quiénes están detrás de esto
Las informaciones y los indicios que tenemos es que son personas que han detentado el poder por mucho tiempo, un poder fáctico dentro del país. No desean que el cambio por el que la ciudadanía ha votado el 20 de abril se realice de forma tranquila, en forma progresiva.
Hay gentes que están en conversaciones, en reuniones donde se incita a desestabilizar, a crear un clima de protestas, de sabotaje. Inclusive aquí tenemos la información de que Petropar, que es el importador de petróleo, puede estar desabastecido, lo mismo con los insumos de salud.
Esos son ingredientes que pueden hacer reaccionar a la ciudadanía. En esos términos es que hemos denunciado que hay toda una orquestación para que el nuevo gobierno no tenga la capacidad de hacer los cambios con tranquilidad y transparencia.
¿Qué pruebas tiene?
Las tenemos. Aquí ya habido regulaciones en la distribución de petróleo. Hace dos semanas no está llegando el combustible como debiera, no se están haciendo las licitaciones para los implementos y los insumos que están faltando en los hospitales. Esto no es una simple especulación.
¿Qué haría su gobierno de materializarse el plan que Ud denuncia?
En primer lugar, estamos haciendo que esta información sea conocida, llamando a la solidaridad internacional, sobre todo de los países proveedores de petróleo.
En este momento se está tratando de diseñar un acuerdo con PDVSA de Venezuela para que este fluido energético importante no pueda faltar en nuestro país. Lo mismo con los medicamentos.
Estamos viendo las posibilidades con algunas agencias porque aquí todo pasa por una licitación y el proceso burocrático es lento. Pasan dos o tres meses para que se puedan implementar. Estamos viendo la manera de agilizar todo esto y de que la comunidad internacional nos pueda dar una mano en ese sentido.
¿Cuáles serán las prioridades de su gobierno por las cuales, según dice, exigirá resultados a sus ministros a los cien días de tomar posesión?
En primer lugar la lucha frontal contra la corrupción que es como un cáncer que corroe toda la sociedad.
Los cien días serán días de prueba donde se pueda informar a la ciudadanía de todos los programas, de reducción de la pobreza, de asistencia médica, programas de emergencia médica en diferentes regiones, sobre todo para los grupos indígenas que están viviendo en la extrema miseria, sin comunicación, sin medicamentos, sin educación, sin vestido, sin trabajo, sin alimentación.
Estamos encontrando un país devastado, sin instituciones. Lo primero que vamos a exigir es que se normalice la funcionalidad y la institucionalidad de la república.
Usted habla de corrupción. Paraguay tiene el dudoso honor de encabezar la lista de los países más corruptos del mundo. ¿Cómo piensa enfrentar un problema que parece endémico en su país?
La primera forma de luchar es con el testimonio y que la cabeza (del Estado) no esté involucrada en temas de corrupción. Vamos a exigir transparencia en todos los órganos del Estado, los ministros, el presidente de la República y un gran control ciudadano.
Una encuesta de Transparencia Internacional indica que para los paraguayos los principales retos que deberá atender su gobierno serán, además de la corrupción, el desempleo y la inseguridad. ¿Cómo enfrentará el desempleo?
Aquí hay la posibilidad de crear y apoyar la pequeña y la mediana empresa, con créditos blandos, asistencia técnica, posibilidades de mercado y también la construcción de infraestructura.
Los ministerios tienen las posibilidades de grandes y pequeñas obras en todo el país. Un pequeño dato nomás: el Ministerio de Obras Públicas ya hizo el censo de la necesidad de 1.500 puentes en todo el país. Yo creo que hay necesidad de mano de obra.
La generación de empleo estable de la ciudadanía se dará estabilizando la economía. La creación de empleo se hará de manera privada, estatal o internacional. Yo creo que la seguridad jurídica, la ética de la administración pública y la seriedad del gobierno son ingredientes indispensables que van a garantizar las inversiones.
Usted ha prometido una «reforma agraria integral», que, según afirma, no es un mero reparto de tierras. ¿Cómo y cuándo se pondrá en marcha esta reforma?
Ya hemos tenido las primeras reuniones con los diferentes estamentos de la sociedad. El sistema de catastros nacionales es un desastre. Hay terrenos con dos o tres títulos y otros que no tienen ninguno.
Hay una gran cantidad de campesinos que han adquirido las tierras pero no han tenido los créditos y asistencia técnica.
La reforma agraria integral se va a dar mediante un diálogo abierto de los diferentes estamentos de la sociedad que estén interesados en dicha reforma: los campesinos sin tierra, las instituciones estatales, los técnicos, los dueños de las grandes extensiones de tierra para hacer un modelo consensuado que convenga a la mayoría de ellos.
¿Será entonces un proceso a largo plazo?
Sin duda, nosotros siempre hemos prometido que vamos a iniciar un proceso de reforma agraria. Tenemos la experiencia de otros países, en los que ha tomado (hasta) 15 años.
No es una fórmula milagrosa de hacer cambios estructurales. Los cambios estructurales son procesuales. Hemos dicho en la campaña que vamos a iniciar con ayuda de la ciudadanía una democracia participativa de todos los estamentos de la sociedad. Eso dará garantía al proceso y a la realización de esta reforma agraria integral.
Usted ha dicho que exigirá a Brasil un precio más justo por la energía hidroeléctrica que exporta Paraguay. ¿Cuál es un precio justo para usted?
Hay un precio comparativo de los principales productos energéticos. Yo creo que los mismos técnicos no coinciden en los números.
Hemos tenido el primer acercamiento el viernes pasado. Fue la primera reunión de técnicos y asesores de política internacional del presidente Lula con el equipo (paraguayo) de la renegociación del Tratado de Itaipú y Yacyretá, aquí en Asunción. Hemos presentado seis ejes de reclamo de la comunidad paraguaya que han aceptado serenamente. Ese es el primer paso.
Si Brasil no paga el precio que usted considera justo, ¿qué pasos seguiría su gobierno?
Nosotros agotaríamos todas las instancias de diálogo con el hermano y vecino país de Brasil. En el Mercosur, el tema de integración energética nos interesa a todos. Aquí en casa, serenamente, maduramente, con racionalidad, lo podemos subsanar y recibir el mejor precio de Brasil.
La coalición de gobierno, la Alianza Patriótica para el Cambio, está formada por partidos de distinta orientación política. Ya se han dado desacuerdos por nombramientos. ¿Es esta una señal de que tendrá usted un problema de gobernabilidad?
Yo creo que hay un consenso, una matriz común. Hay seis ejes programáticos de nuestra política de los que nadie puede salir (reforma agraria, reactivación económica, recuperación de la institucionalidad de la República, justicia independiente, plan de emergencia nacional y recuperación de la soberanía). Son la prenda de unidad de la Alianza Patriótica para el Cambio.
Yo creo que la ejecución de esos seis ejes programáticos va a ser la garantía de la unidad y de la gobernabilidad al interno del gobierno.