El 19 de diciembre, la candidata del partido conservador en el gobierno, Nueva Frontera (NFP), Park Geun-hye fue elegida presidente de Corea del Sur. Park recibió el 51,6% de los votos, superando al candidato de la oposición demócrata, el Partido de la Unidad (DUP), Moon Jae-in, en más del 3% y se ha convertido en […]
El 19 de diciembre, la candidata del partido conservador en el gobierno, Nueva Frontera (NFP), Park Geun-hye fue elegida presidente de Corea del Sur. Park recibió el 51,6% de los votos, superando al candidato de la oposición demócrata, el Partido de la Unidad (DUP), Moon Jae-in, en más del 3% y se ha convertido en el primer candidato presidencial que ha ganado por una mayoría superior al 50% desde la introducción de las elecciones presidenciales directas en 1987.
Los resultados de las elecciones son un duro golpe al movimiento obrero y otras fuerzas progresistas en Corea del Sur. Dada la insatisfacción popular con la actual administración de Lee Myung-bak, es difícil para los sindicalistas y activistas dentro y fuera de Corea aceptar el hecho de que el Park, la hija del dictador Park Chung-hee de los años 60 y 70, haya ganado por un margen tan amplio. Con el objetivo de contribuir al proceso de reagrupación de la izquierda, este artículo analiza las razones de la victoria de Park y qué significan para la izquierda progresista en Corea estos resultados electorales.
Dos candidatos, una alta participación
La tasa de participación del 75,8% de estas elecciones presidencial ha sido la más alta desde el principio del siglo XXI. Muchos analistas atribuyen la alta participación a la feroz competencia previa a las elecciones. Por primera vez en la historia de las elecciones de Corea fue una auténtica competición entre dos candidatos: el NFP apoyó a Park desde el principio, mientras que el candidato liberal independiente Ahn Cheol-su y el del Partido Unificado Progresista (UPP) Lee Jung-hee se retiraron a favor del candidato del DUP Moon Jae-in para que hubiera una sola candidatura contra Park. Los analistas creen que los votantes conservadores se movilizaron más que en otras ocasiones ante el peligro de una oposición unida. Los votantes de mayor edad, en particular, votaron en gran número a Park.
Ineptitud de los liberales
Sin embargo, el éxito de Park no se debe atribuir principalmente a la edad de los votantes o al sentimiento de peligro de los conservadores. Una de las principales razones por las que ganó Park, a pesar de la considerable insatisfacción con el gobierno de Lee, es que habló de las preocupaciones más inmediatas de los votantes y al mismo tiempo se distanció de Lee Myung-bak.
A lo largo de la campaña electoral, Moon criticó al gobierno de Lee por su papel en el aumento de la polarización social y su estilo autoritario. En respuesta, Park hizo hincapié en la falta de experiencia económica y política de la administración liberal de Roh Moohyun, que precedió a la administración de Lee, y de la que Moon es un producto. Para la mayoría de los coreanos, los problemas de la creciente polarización social y el empeoramiento de las condiciones de vida no están asociados con uno u otro partido político, sino que son un hecho de la vida que ha sido constante en los últimos diez años. El mensaje electoral de Moon Jae-in hacía hincapié en la necesidad de un cambio de partido en el gobierno, pero no habló de esa experiencia. Por otro lado, Park, además de hacer hincapié en las carencias de las administraciones liberales, se refirió a la expansión de la clase media, el desarrollo del estado del bienestar y la reforma política, tocando temas cercanos a la vida cotidiana de las personas y poniendo de relieve sus diferencias con el ampliamente detestado Lee. Además, al invocar el mito del rápido desarrollo económico asociado estrechamente con su padre, Park fue capaz de recoger el deseo de muchas personas corrientes de una solución a la crisis económica actual.
Por el contrario, Moon no ha sido capaz de defender un mensaje coherente más allá de la necesidad de acabar con el gobierno del NFP. Esta ineptitud, tanto como el éxito comunicativo de la campaña de Park, es una de las principales razones del éxito de Park. En elecciones recientes, incluyendo las elecciones municipales de junio de 2010 y la segunda vuelta de las elecciones a la alcaldía de Seúl en 2011, los liberales fueron capaces de rentabilizar la insatisfacción generalizada con el gobierno de Lee. En el período previo a las elecciones presidenciales, sin embargo, las fuerzas liberales no hicieron el menor balance crítico de los errores de las anteriores administraciones liberales y propusieron un programa cuanto menos contradictorio. El DUP, por ejemplo, criticó a Lee por forzar la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) EE.UU.-Corea y pidió su renegociación, sin reconocer que fue Roh Moohyun quién inició las negociaciones del TLC. Al carecer de un plan para reformar en profundidad la estructura económica neoliberal de Corea del Sur, basada en las exportaciones y los grandes conglomerados industriales, o su relación desigual y dependiente de los Estados Unidos, el DUP simplemente amontonaba críticas contra Lee Myung-bak. La consecuencia fue que fueron incapaces de rebatir la acusación de Roh Moohyun y sus partidarios de ser unos meros aficionados como economistas y políticos, y presentarse como una verdadera alternativa potencial a Lee.
Respuestas progresistas ineficaces
Lamentablemente, en lugar de criticar por igual a ambos partidos mayoritarios, el auto-proclamado principal partido «progresista», el UPP, y muchos otros progresistas siguieron el camino de ineptitudes abierto por el DUP. Al igual que el DUP, estas fuerzas repitieron las mismas críticas huecas a Lee Myung-bak como individuo, sin ser capaces de hacer una crítica concreta y de principios de la política de la clase dominante. Los sarcasmos, como la comparación de Lee Myung-bak con una rata, y unas pocas palabras aquí y allá sobre los derechos de los trabajadores en el marco de la discusión de la clase gobernante sobre la «democratización económica» no pudieron sustituir lo que debería haber sido una crítica radical de la estructura económica y política de Corea del Sur .
Además, en vez de explicar claramente en que se diferenciaba sus programa del de Park Geun-hye, o lo que iban a hacer para reformar el gobierno, el UPP se centró en la historia familiar y la posición social de Park. Al recurrir a este tipo de demonización ambigua, alejada de las realidades cotidianas de la gente común, los dirigentes de la UPP y sus partidarios se mantuvieron confortablemente dentro de su propio espacio electoral en lugar de intentar captar la atención del público en general. El resultado fue que la campaña electoral de Lee Jung-hee ayudó poco para ampliar su base de apoyo.
Esta tendencia del principal partido progresista de seguir el patrón establecido por el bloque liberal no es nueva. Ya en 2008 el Partido Democrático del Trabajo de Corea (KDLP, el predecesor de la UPP), se unió en una plataforma común con la oposición liberal contra Lee Myung-bak. En lugar de exponer las contradicciones del liberalismo, se hicieron los medio ciegos, y se centraron en el objetivo de lograr algunos escaños en la Asamblea Nacional y ampliar su poder político. Teniendo en cuenta esta estrategia, el KDLP, y el UPP después, buscaron la movilización de los sindicatos y otras organizaciones de masas -su base de apoyo – para protestar por temas de la agenda liberal, en lugar de los que creían que debían ser los fundamentales para su base social.
Es poco conocido fuera de los círculos progresistas de Corea del Sur, pero dos candidatos de la izquierda progresista también se presentaron a las elecciones con plataformas que criticaban la alianza del UPP con los liberales: Soyeon Kim, una dirigente de las trabajadoras irregulares, y Kim Sunja, un trabajador de la limpieza y ex candidato al parlamento del Nuevo Partido Progresista, una escisión del KDLP en 2009. Estos dos candidatos, sin embargo no lograron el apoyo de otras fuerzas progresistas de izquierda y sólo obtuvieron el 0,1% y el 0,2% de los votos, respectivamente.
Los progresistas tienen que reflexionar sobre el hecho de porqué no caló el mensaje sobre los errores de Lee Myung-bak, en la mayoría de los votantes coreanos y por tanto no fue capaz de provocar un cambio en la administración. La lección a extraer es que sin un análisis claro y de principios de las circunstancias económicas y políticas de Corea, y sin una plataforma independiente a partir de ese análisis, es imposible que los progresistas aparezcan como una alternativa y ganen mayor apoyo popular .
Reagruparse para las nuevas luchas de 2013
Con el giro conservador del UPP y de otras fuerzas progresistas, las divisiones en el seno del movimiento progresista y la elección de Park, el movimiento obrero y el más amplio por la justicia social en Corea del Sur se encuentran en su punto más bajo. La desesperación que sienten muchos trabajadores y sindicalistas se ha manifestado en una cadena de suicidios tras las elecciones.
Desafortunadamente, no podemos darnos mucho tiempo para recuperarnos. Es probable que Park impulse reformas significativas durante el período de transición y al comienzo de su administración, para diferenciarse de Lee, medidas para aliviar la polarización social, apoyar a la clase media y reformas políticas. Sin una respuesta adecuada, el movimiento obrero y las fuerzas progresistas en general corren el riesgo de perder aún más terreno en esta situación.
Necesitamos reaccionar y claridad para responder.
Con el fin de prepararnos para la lucha contra el nuevo gobierno, nuestra primera tarea es reforzar los sindicatos de la KCTU. A continuación, los activistas que están de acuerdo en la necesidad de superar las divisiones ideológicas entre los trabajadores, deben priorizar la reconstrucción de nuestras bases en los lugares de trabajo y fortalecer el movimiento sindical democrático, reagrupándose a nivel territorial y en los sectores industriales. Los militantes deben responsabilizarse de analizar concretamente la estrategia del gobierno y del capital, en el contexto de la crisis económica, en cada sector y en cada uno de los lugares de trabajo, y utilizar este análisis como base para la construcción de un nuevo frente nacional de lucha. Además, es necesario evaluar de forma crítica los métodos sindicales viejos y gastados y encontrar un medio para cambiarlos.
Por último, dada la pérdida de identidad del movimiento obrero, y en general del movimiento progresista y la izquierda tradicional, tras la formación del Partido Progresista Unificado (UPP), lo que necesitamos ahora, más que nunca, es recuperar una política clasista anclada firmemente en la lucha contra el neoliberalismo y por la justicia social y económica. Sobre la base de estos principios, debemos centrarnos en la discusión y el debate a nivel local para establecer una estrategia unificada y hacer frente a la administración de Park.
Solidaridad Popular por el Progreso Social (SPPS) es una organización de izquierdas surcoreana, fundada en 1998 para impulsar los movimientos sociales contra la aplicación del programa de ajuste estructural del FMI.
Traducción de Enrique García