Con una gigantesca pancarta que llevaba inscrita la leyenda «resucitaste en tu pueblo», flores, palmas y velas encendidas, varios miles de salvadoreños salieron hoy a las calles de San Salvador para conmemorar el 25 aniversario del asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, cuya beatificación estudia actualmente El Vaticano. Coincidente con la conmemoración, el historiador italiano […]
Con una gigantesca pancarta que llevaba inscrita la leyenda «resucitaste en tu pueblo», flores, palmas y velas encendidas, varios miles de salvadoreños salieron hoy a las calles de San Salvador para conmemorar el 25 aniversario del asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, cuya beatificación estudia actualmente El Vaticano.
Coincidente con la conmemoración, el historiador italiano Roberto Morozzo della Rocca denunció en una biografía del religioso salvadoreño -publicada en Italia- que su proceso de beatificación fue bloqueado por influyentes religiosos latinoamericanos que se aliaron con algunos miembros de la Curia romana para impedir que fuera llevado a los altares un sacerdote que simboliza la lucha por la justicia social en América Latina.
Para responder a las interrogantes sobre su figura, Morozzo della Rocca estudió cientos de archivos religiosos y políticos, así como homilías, mensajes públicos y otros textos escritos por el arzobispo.
La autoría del asesinato de Romero -cometido por un francotirador de los escuadrones de la muerte en la capilla de un hospital para cancerosos en 1980- quedó impune a pesar de los reclamos populares y de la jerarquía católica de la época. El actual presidente salvadoreño, Elías Antonio Saca, ha expresado en varias ocasiones su oposición a la reapertura del proceso judicial penal.
Una Comisión de la Verdad creada por la Organización de Naciones Unidas determinó en 1993 que la orden de matar al arzobispo fue dada por el entonces mayor del ejército Roberto D’Abuisson, jefe de los servicios militares de inteligencia y fundador del partido que actualmente está en el poder, Alianza Republicana Nacionalista.
Romero frecuentemente denunció desde el púlpito las atrocidades de los militares contra la población civil y sacerdotes católicos, lo que hizo que D’Abuisson acusara públicamente al religioso de ser aliado de la guerrilla izquierdista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) que combatió al régimen en los años 70 y 80.
La tumba del religioso, ubicada en el sótano de la catedral de San Salvador, fue visitada hoy por miles de católicos salvadoreños y extranjeros. Varias procesiones salieron desde distintos puntos de la ciudad para converger en el centro de la ciudad.
Una de las procesiones, de las llamadas comunidades eclesiales de base, salió del hospital de cancerosos la Divina Providencia, en el sector noroeste de San Salvador.
Los feligreses corearon algunas de las frases que Romero pronunció para tratar de impedir matanzas y asesinatos selectivos: «les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, que cese la represión… un cristiano que defiende posiciones injustas, ya no es cristiano».
Otra procesión, que salió de la basílica del Sagrado Corazón, en la zona oeste de la ciudad, se caracterizó por su fervor religioso. Los fieles vestían camisetas de diversos colores con la imagen de Romero y llevaban en sus manos claveles, rosas y velas moradas y amarillas.
Romero fue recordado también durante la llamada misa crismal en la que participaron todos los sacerdotes de la diócesis de San Salvador, que fue presidida en la catedral por el arzobispo Fernando Sáenz, su auxiliar Gregorio Rosa Chávez, y sacerdotes llegados de diferentes regiones del mundo.
La puerta de la cripta de los obispos fue abierta a los feligreses, luego que todo el clero capitalino ofició en privado una ceremonia en honor a Romero. Frente a la tumba del llamado «San Romero de América», decenas de feligreses se arrodillaron para rezar o encender velas.
El Vaticano estudia hacer una declaración de martirio en el caso del asesinato de monseñor Romero, lo que aceleraría su beatificación, según indicaron esta semana fuentes eclesiales.
Los actos alusivos al 25 aniversario del asesinato de Romero concluirán el próximo 2 de abril con la llegada de obispos y sacerdotes de diferentes países, encabezados por el cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez.
Frente a la catedral, en una céntrica plaza de San Salvador, organizaciones civiles aprovecharon la conmemoración para hacer conciencia de los hechos que denunció el arzobispo.
Centenares de personas pudieron observar una exposición de aproximadamente 900 fotos de salvadoreños desaparecidos en la guerra civil (1980-1992). El asesinato de Romero profundizó un conflicto que concluyó con un saldo de más de 75 mil muertos. La paz fue pactada el 16 de enero de 1992 con un acuerdo negociado con la mediación de la ONU.