En Febrero de 1999 cuando el Sindicato Mexicano de Electricistas rechazó públicamente la propuesta privatizadora del entonces presidente de la República Ernesto Zedillo, este señor nos calificó a los electricistas de «ignorantes y dogmáticos», porque según el no entendíamos que para que el país se desarrollara había que privatizar no sólo la Industria Eléctrica, sino […]
En Febrero de 1999 cuando el Sindicato Mexicano de Electricistas rechazó públicamente la propuesta privatizadora del entonces presidente de la República Ernesto Zedillo, este señor nos calificó a los electricistas de «ignorantes y dogmáticos», porque según el no entendíamos que para que el país se desarrollara había que privatizar no sólo la Industria Eléctrica, sino todo. De la misma manera, el pasado 5 de Enero del presente año, el presidente Fox declaró en Chihuahua que: «frente a aquellos que insisten en que la inversión en energía tiene que ser monopolio del estado, son unos cuantos y habrán que pagar su precio con la historia tarde o temprano», además dijo ante empresarios (obviamente para quedar bien) que: «son urgentes las reformas estructurales, concretamente en materia de energía», concluyendo lo siguiente: «son unos cuantos necios que dicen que el país no debe tener reformas estructurales, y aseguran que la Constitución prohíbe hacer pozos para generar riqueza, como los 5 mil que se están perforando para extraer gas natural en la Cuenca de Burgos».
Ante estas declaraciones que tocan un punto neurálgico no sólo del gremio electricista, sino de toda la Nación Mexicana, queremos plantear lo siguiente: El presidente Fox no lee los periódicos de circulación nacional, ya que el 16 de Junio de 2004, el periódico La Jornada publicó un reporte realizado por el Banco Mundial, y que dicho periódico sintetizó de la siguiente manera:
• «Con base en información de empresas de demoscopía regionales, el Banco Mundial señaló que al menos tres de cada cuatro mexicanos desaprueban las privatizaciones, cifra que revela un cambio de tendencia respecto de lo que ocurría hace apenas seis años. En 1998, la incorporación del capital privado a actividades reservadas al Estado era desaprobada por 40 por ciento de la población, pero en 2000 ya era 60 por ciento y creció hasta 75 por ciento en la última muestra.»
• «El reporte Reformando la infraestructura, divulgado por el Banco Mundial el lunes pasado en Washington, establece que «la hostilidad» creciente a las privatizaciones «no está limitada a un puñado de manifestantes radicales». Encuestas de opinión pública en varios países en desarrollo o en transición (como se identifica a las naciones del ex bloque comunista) revelan «un creciente desencanto» hacia estas políticas, una desilusión alimentada por el despido de personas, el incremento de precios, el retraso (o ausencia) de los beneficios prometidos y el impacto de las privatizaciones en la distribución de la riqueza»
• Este reporte no de unos cuantos «ignorantes y dogmáticos» o de «unos cuantos necios», sino del principal promotor de las privatizaciones a nivel planetario, como es el Banco Mundial, desmiente las tontas afirmaciones del presidente Fox, mostrando una realidad inocultable: la mayoría de los mexicanos, 3 de cada 4 mexicanos que en porcentaje se expresa en el 75% de la Nación mexicana, rechazamos las privatizaciones porque encarecieron los servicios, sólo han beneficiado a unos cuantos millonarios y han generado despidos masivos de personas.
• El presidente Fox había de precisar si dentro de esos cuantos «necios» se encuentra el Secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, quien afirmo el 10 de Enero en Washington que » las reformas laborales, así como la de los sectores energéticos y telecomunicaciones quedarán probablemente pendientes para el gobierno que suceda al del presidente Vicente Fox». Al siguiente día este mismo personaje quiso recomponer sus declaraciones al respecto, pero lo que hizo es evidenciar más la torpeza del presidente al afirmar que: «las probabilidades de que se aprueben las reformas estructurales antes del 30 de Noviembre de 2006, son cercanas a cero»
• De paso también queremos aclararle al presidente Fox que el Sector Energético, en particular la Industria Eléctrica, no es monopolio del Estado como el lo afirma, sino que de acuerdo a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo 27, párrafo sexto se establece: «Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares.»
En otras palabras se establece a la electricidad no como patrimonio del estado, sino de todos los mexicanos, bajo el concepto de exclusividad. Esto lo señalamos porque queremos destacar que la ignorancia y la necedad no es de los electricistas ni del 75% de los mexicanos que nos oponemos a las privatizaciones, sino del jefe del ejecutivo.
Finalmente habría que recordar que una de las razones más fuetes también por la que nos oponemos a las privatizaciones es por los resultados económicos del banco de México y la Secretaria de Hacienda, que hicieron públicos, en donde se informa que de los 1155 organismos públicos que existían en 1982, el gobierno mexicano vendió más de 1000, obteniendo por su venta 31,538 millones de dólares, esto incluye la venta de carreteras, bancos, aerolíneas, telecomunicaciones, etc. Lo que los mexicanos hemos tenido que pagar después, para rescatar estas empresas de la quiebra, son 109 214 millones de dólares, casi 300% más de lo que había ingresado al fisco por la venta de las citadas empresas. (datos del Banco de México).
Por esa razón el Sindicato Mexicano de Electricistas va a seguir resistiendo, y estamos seguros que junto con todos los mexicanos que rechazamos las privatizaciones, no vamos a a permitir que pase lo que recientemente sucedió en Argentina, y que publico el periódico la Jornada: Las empresas privadas Edesur, Edenor y Edelap, dueñas de la energía y el agua cortaron a la población el suministro de estos servicios, en medio de una ola de calor, causando graves problemas a la población, a tal grado que las multó el Gobierno de dicho país. Los Mexicanos no queremos ese futuro ni para nosotros ni para nuestros hijos.
«Por el derecho y la Justicia del trabajador»
México,D.F.,a Enero del 2005