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Resistencia y producción

Fuentes: www.frutosdeutopia.org

Podemos resistir con el silencio, o podemos resistir con el discurso, podemos resistir sentados o podemos resistir produciendo, muchas son las formas de resistencia que el hombre y los pueblos, han desarrollado como contrapoderes a las formas de poder imperantes, algunas resistencias operan por un día como algunas protestas callejeras, otras, llevan mas de quinientos […]

Podemos resistir con el silencio, o podemos resistir con el discurso, podemos resistir sentados o podemos resistir produciendo, muchas son las formas de resistencia que el hombre y los pueblos, han desarrollado como contrapoderes a las formas de poder imperantes, algunas resistencias operan por un día como algunas protestas callejeras, otras, llevan mas de quinientos años, como la resistencia Amerindia, algunas son efectivas, otras no logran nada, cabe entonces preguntarnos por las formas de resistencia, mas contundentes, para combatir la forma de poder imperante hoy, el Neoliberalismo.
El Neoliberalismo ha llevado la apropiación privada a extremos nunca antes vistos, se están apropiando ya no solo del cosmos sino del microcosmos, eso es lo que estamos viendo con las semillas, una apropiación privada a través de la manipulación genética, una apropiación privada, por parte de unas contadas multinacionales, de todos los bienes que todavía permanecían comunes como las semillas y el agua.
En estos términos una resistencia que pretenda ser contrapoder autentico tendrá que ir en la dirección contraria, en la dirección de la apropiación colectiva y comunitaria de todos los bienes, los que han sido privatizados y los que aún permanecen comunes.
La apropiación la ha hecho el hombre a partir de la imaginación productiva, es así como el hombre se ha apropiado de los dones que la madre tierra le regaló para su vivir en esta tierra, la producción es la forma de apropiación real del territorio y del mercado, esa apropiación en el caso del mercado se ha dado eminentemente de carácter privado y en eso basa su poder el capitalismo, es a partir de esta apropiación ahora colectiva, de las riquezas de la tierra, que se construye también un poder político capaz de enfrentarse al poder del capitalismo.
Entonces una resistencia que pretenda ser contundente, no necesariamente debería plantearse la toma del poder para iniciar la refundación de una sociedad, sino que puede iniciar la construcción de este anhelado nuevo mundo desde la imaginación productiva que es en si misma una potencia política más constituyente, que las mismas políticas que buscan el poder sin construir desde las bases los procesos productivos, que de verdad transforman la realidad de forma sólida, esto es, creando nuevas formas de vida y no solo cambios de poder.
Resistir y producir, construir y crear, estamos obligados los que queremos otro mundo, a ser creativos, si queremos una revolución diferente a las revoluciones que desde occidente se han planteado y que hoy están en crisis, el paradigma imperial de occidente sobre el resto del planeta se viene imponiendo a través de sus multinacionales y solo una lucha frontal en el terreno del mercado logrará pararlas.
La potencia productiva es revolucionaria cuando se mira desde la apropiación colectiva, el camino a recorrer deberá estar plagado de mucha imaginación productiva, y en nuestra consideración esta imaginación creativa deberá aplicarse en primera instancia a la producción agrícola.
La revolución no es un proyecto abstracto, sino una tarea práctica, no es una elección posible, es la única elección posible de no ver destruida la vida.
Una tarea práctica es una tarea de producción, una tarea de apropiación colectiva en base a la imaginación productiva, que siempre ha estado en el ser humano, ignorante o letrado, es la misma esencia de la existencia de seres y pueblos, la misma vida es un proceso de producción microscópica en continua transformación.
Resistencia y Producción tendrán que caminar de la mano, para podernos enfrentar efectivamente al neoliberalismo, un contrapoder efectivo que de las batallas en el terreno del mercado.
Un enjambre de pequeños productores, en la toma de los mercados populares e institucionales.
Frente a la concentración en unas pocas multinacionales, un enjambre de empresas alternativas que combaten por el mercado con las estrategias de la pequeña escala, en los mercados locales y con otras estrategias como la organización en redes de cooperación, miles de empresas autónomas que cooperan en red para la toma del mercado por parte del pueblo y contra las multinacionales.
Una resistencia que desarrolla toda su potencia productiva, se convierte en contrapoder efectivo para la construcción de una nueva sociedad, para la construcción de una nueva forma de vida, para la construcción de un nuevo ser solidario, un nuevo revolucionario capaz de crear un nuevo mundo.