Se han realizado múltiples acciones, aunque muy reducidas en cuanto a participación, en Brunswick, ciudad cercana a Sea Island, donde este año se reúne el G-8, institución representativa de los Estados más violentos del planeta. Este año, el G-8, conjunto de los siete países más industrializados (EE.UU, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania y Japón) […]
Se han realizado múltiples acciones, aunque muy reducidas en cuanto a participación, en Brunswick, ciudad cercana a Sea Island, donde este año se reúne el G-8, institución representativa de los Estados más violentos del planeta.
Este año, el G-8, conjunto de los siete países más industrializados (EE.UU, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania y Japón) más Rusia, se ha reunido en Sea Island.
Tras reunirse al lado de un lago francés en 2003 y en las montañas canadienses en 2002, el G-8 sigue huyendo de grandes aglomeraciones donde se puedan repetir manifestaciones masivas y disturbios como en Génova 2001, cuando la policía berlusconiana asesinó a un joven italiano.
En 2004 toca una isla en frente de la costa rural de Georgia, un estado yanqui no precisamente caracterizado por un gran movimiento disidente.
Sin embargo, éste existe, y ha organizado multitud de eventos contra el G-8. Por ejemplo, ha habido alguna manifestación, contra la guerra de Irak y por la justicia medioambiental. Han sido bastante animadas pero con poca participación, unos cientos de personas. Lo que por otra parte es lógico porque Brunswick (situada en la costa-Sea Island está vedada) es una ciudad pequeña. En alguna de ellas, pequeños grupos se han desgajado y han intentado atravesar las barreras de policías situadas en los puentes de acceso a Sea Island, lo que ha resultado imposible.
Por otra parte, se han realizado actividades como vigilias, charlas, etc. Grupos anarquistas del sudeste norteamericano convocaron la iniciativa G-8 Fix Shit Up, consistente en rehabilitar un edificio para establecer allí un centro juvenil. Esta iniciativa está teniendo problemas causados por el acoso policial.
El año que viene, Londres. ¿Dónde urdirán sus planes los gobernantes, en una cápsula bajo el Támesis?