Traducido para Rebelión por Luis Montilla
El pasado lunes en Roma, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) hizo un llamamiento urgente a la comunidad internacional solicitando fondos de ayuda para Haití, el país más pobre del hemisferio occidental. Los disturbios de finales de la semana pasada, causados por las subidas de precios de los alimentos, habían costado la vida, en dos días, a cuatro personas. La directora ejecutiva del PMA, Josette Sheeran, declaró que: «En estos momentos cruciales, debemos ayudar al pueblo de Haití y de otros países que están siendo fuertemente afectados por las subidas de precios». La organización advirtió que Haití es uno más de los países en los que, debido al encarecimiento en los últimos tiempos de alimentos y combustibles, se ha llegado a enfrentamientos violentos. El PMA mencionó a Egipto, Burkina Faso, Indonesia, Costa de Marfil, Mauritania, Mozambique y Senegal. Medios locales informaron también de disturbios en Camerún, Marruecos, Guinea y Guinea Bissau. Las subidas mundiales de los precios de los alimentos básicos están extendiendo el miedo al hambre por todos los países del «Tercer Mundo».
Inadvertidas para los medios de información de Occidente, que desde hace semanas se ocupan prioritariamente de China y de las protestas contra los Juegos Olímpicos de Pekín, las revueltas han aparecido en los últimos meses, especialmente en las grandes ciudades de los países de África Occidental anteriormente nombrados, siendo disueltas con un brutal empleo de la violencia por parte de la policía y de los militares. En Burkina Faso, dónde para hoy martes (8 de marzo) está anunciada una huelga general, hubo ya en febrero protestas violentas. Cerca de la sede del Gobierno de Costa de Marfil en Abdijan murió un joven de 25 años en las manifestaciones de marzo. La policía senegalesa disolvió de manera violenta el 30 de marzo una manifestación en la capital Dakar, dónde desde noviembre se suceden las protestas contra las subidas, y se atacó a los periodistas que estaban informando. El material grabado fue confiscado por la policía. Este es el modelo de actuación que se está siguiendo en toda la región. Los medios occidentales continúan, aunque con otros medios, la censura.
Por lo visto, tampoco es manipulación ignorar durante varios días las noticias llegadas el lunes sobre los últimos sucesos en Egipto. La huelga general anunciada para el domingo y reprimida con brutales medios, desembocó en duros enfrentamientos. En Mahalla el Kobra, ciudad industrial del norte de Egipto, hubo peleas entre trabajadores textiles y fuerzas de seguridad. Alrededor de 100 personas sufrieron heridas y cerca de 200 fueron detenidas. Los huelguistas cortaron el tráfico ferroviario y lanzaron ladrillos sobre la policía, que estaba empleando gases lacrimógenos y balas de goma. Algunas informaciones hablan de cuatro muertos. En Egipto, se han doblado prácticamente los precios de los alimentos básicos en los últimos meses. Algo parecido ha ocurrido África Occidental, cuya divisa común, el CFA, está fijada al euro.
En su declaración del lunes, el PMA advirtió de que los altos precios podían provocar nuevos disturbios. Sheeran declaró: «Nos encontramos ante una nueva cara del hambre: a pesar de que hay alimentos en las tiendas, hay cada vez más personas que no se los pueden permitir». Se debería añadir a esto que, según los últimos informes, en Alemania viven cerca de 800.000 personas que sobreviven gracias a recoger la comida que desechan los grandes supermercados.