Rusia ha conseguido sentar en una misma mesa a representantes del movimiento talibán y del Alto Consejo para la Paz de Afganistán, pero no logró avanzar hacia un dialogo directo entre los insurgentes y el Gobierno de Kabul, que no acudió a Moscú. El vicepresidente del Alto Consejo para la Paz, Haji Din Mohammad, admitió […]
Rusia ha conseguido sentar en una misma mesa a representantes del movimiento talibán y del Alto Consejo para la Paz de Afganistán, pero no logró avanzar hacia un dialogo directo entre los insurgentes y el Gobierno de Kabul, que no acudió a Moscú.
El vicepresidente del Alto Consejo para la Paz, Haji Din Mohammad, admitió al término de la segunda ronda de consultas internacionales sobre Afganistán convocada por Rusia que de momento un diálogo directo entre los talibanes y el Ejecutivo de Ashraf Gani es imposible, dado que los primeros imponen precondiciones. «Para que haya una solución pacífica, todas las tropas extranjeras tienen que abandonar Afganistán», insistió el jefe de la delegación talbián, Al Haj Muhammad Abbas Stanikzai, por lo que el movimiento mantendrá el «diálogo con EEUU» en este sentido.
El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció a comienzos de este año su intención de sacar «pronto» a las tropas de Afganistán, donde mantiene a 14.000 efectivos desde la invasión hace 17 años tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero aún no se ha concretado la retirada. La falta de avances hacia el diálogo ya se daba por descontada, dado que el movimiento talibán dejó claro en un comunicado emitido en vísperas de la consulta que no mantendría «ningún tipo de negociación» en Moscú.
La delegación talibán dijo además que «el liderazgo de la conferencia no estaba bajo control de Kabul», algo de lo que también se quejó el Gobierno de Gani, que no acudió a Moscú porque considera que es la parte que debe mantener las riendas del proceso.
El Ministerio de Asuntos Exteriores afgano recalcó el jueves que el Alto Consejo -nombrado por el Gobierno para representarle en unas posibles negociaciones con los talibanes- viajó a Rusia «en su propia capacidad como institución no gubernamental».
Kabul tendió la mano a los talibanes en febrero con una oferta de diálogo sin precondiciones y de nuevo en junio con un alto el fuego temporal, para después proponer a finales de agosto una iniciativa de alto el fuego de tres meses, a condición de que los insurgentes también la implementen. Pese a la falta de avances en Moscú, Rusia se anota con la conferencia un tanto en sus esfuerzos diplomáticos por estabilizar Afganistán, 30 años después de la salida de las tropas de la URSS de ese país.
Los talibanes han mantenido contactos en los últimos años con una serie de países, incluido EEUU, pero la mayoría de las veces sin más testigos que los propios interlocutores. De ahí que la reunión de Moscú haya sido la primera a nivel internacional mantenida en público con representantes de los insurgentes de la oficina política del movimiento talibán de Catar. En total, cinco representantes de los talibanes y cuatro del Alto Concejo para la Paz estaban sentados -solo separados por el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov-, en una gran mesa de conferencias, escenario que se repitió poco después de pie en la foto de familia junto a representantes de varios países invitados.
En la lista de delegaciones -y observadores en el caso de EEUU- figuraban representantes de China, la India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. En presencia de esos países y de los representantes del Alto Consejo para la Paz y de los talibanes, Lavrov dijo que Rusia está comprometida a «hacer todo lo posible» junto a otros países para ayudar a Afganistán a «abrir un nuevo capítulo en su historia»
«Está claro que en ese camino tendremos que superar muchos obstáculos, incluida la desconfianza acumulada y los agravios de ambas partes», admitió Lavrov, quien pidió a las dos partes a no dejarse guiar por sus intereses personales o grupales, sino por los de «toda la nación afgana».
A los países que apoyan las consultas y el proceso de paz en Afganistán advirtió a su vez contra «juegos geopolíticos» que, según dijo, pueden acarrear «consecuencias muy graves» tanto para los propios afganos como para sus países vecinos.
El Ministerio de Exteriores de Rusia indicó posteriormente que todas las partes acordaron volver a reunirse bajo el formato moscovita de nuevo.
Entretanto, la próxima cita sobre Afganistán será el 27 y 28 de noviembre en Ginebra, donde se celebrará, según Rusia, una conferencia ministerial sobre la paz en el país centroasiático.