La Misión Barrio Adentro atiende desde 2003 gratuitamente a millones de venezolanos de los barrios pobres, entre el 60 y el 70% de la población. En el contexto latinoamericano cuando se habla de Barrio Adentro se piensa en los barrios marginales. Es el nombre con el que se ha bautizado el programa gratuito venezolano de […]
La Misión Barrio Adentro atiende desde 2003 gratuitamente a millones de venezolanos de los barrios pobres, entre el 60 y el 70% de la población.
En el contexto latinoamericano cuando se habla de Barrio Adentro se piensa en los barrios marginales. Es el nombre con el que se ha bautizado el programa gratuito venezolano de atención a la salud. Un servicio que principalmente beneficia a los sectores más pobres de la población, desde la asistencia primaria a las operaciones cardiacas, todo ello enmarcado en una red de programas gubernamentales para combatir la pobreza, como por ejemplo la Misión Hábitat, dedicada a la construcción de viviendas protegidas y económicas, o la Misión Mercal, para garantizar los alimentos a los más necesitados. La Misión Barrio Adentro está financiada por la industria petrolera estatal y se cimienta en la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que en su artículo 84 obliga al Estado a ofrecer un sistema sanitario basado en los principios de la gratuidad, la universalidad, el tratamiento de todas las enfermedades, la igualdad, la integración social y la solidaridad, y que bajo ningún concepto puede ser privatizado.
La Misión Barrio Adentro se inició en el año 2003, coincidiendo con el 25 aniversario de la Declaración de Alma Ata, firmada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1978. El objetivo de aquella declaración: «salud para todos en el año 2000». En aquel entonces fue celebrada como un verdadero punto de inflexión para el modo de entender las políticas sanitarias públicas, sobre todo en el llamado Tercer Mundo. En la declaración, firmada por 134 países, se constató la necesidad de que el Estado ofreciera una cobertura sanitaria integral y barata, a la que tuvieran acceso todos sus ciudadanos. Pero como la sanidad y su cobertura por parte del Estado, tanto en los sistemas capitalistas más desarrollados como en los menos desarrollados, existe sólo como variable dependiente de la acumulación y el lucro. Aquel hermoso objetivo nunca se alcanzó.
Cuando el Gobierno comenzó en el año 2003 a crear los programas sociales, las llamadas misiones, entre otras cosas se instó al cuerpo médico venezolano a aliviar mediante la correspondiente cobertura sanitaria la catastrófica situación en los barrios más pobres, en los que vivía entre el 60 y el 70% de la población, que nunca había visto un médico. Los médicos venezolanos hicieron oídos sordos la llamada. De ahí que se volviera a contar con la Misión Médica Cubana, que el mismo año envió doctores a algunos de los barrios de Caracas.
La aceptación de los médicos cubanos en los barrios requería de una autoorganización de sus pobladores. Se fundaron comités de salud, para establecer las condiciones necesarias para la cobertura sanitaria. Este proceso no estuvo exento de conflictos y tensiones, pero sirvió para que los afectados se ocuparan de sus propios asuntos. Así, una voluntaria del barrio caraqueño de Catia comenta: «Mi papel cambió desde que llegaron los médicos, porque por medio de ellos he aprendido a desempeñarme mejor. Yo era muy penosa para hablar, en la comunidad éramos penosas y no sabíamos hablar [en público]. Debido a tantas reuniones a las que asistimos por medio de Barrio Adentro y a los talleres que me han dado he aprendido a superar ese miedo».
Cuando los médicos cubanos llegaron a los barrios fueron acogidos por las familias y en sus viviendas establecieron los Puntos de Consulta. Paralelamente fueron creándose Consultorios Populares, a los que fueron mudándose los puntos de consulta. Estos consultorios son pequeños módulos octogonales de dos pisos. En la planta baja hay una pequeña consulta con sala de espera. En la de arriba, hay dos dormitorios y una sala de estar para dos médicos. En principio, los médicos pueden ser requeridos las 24 horas del día, aunque su trabajo se divide en la consulta matutina en el Consultorio Popular y una serie de visitas domésticas por la tarde. El objetivo del Gobierno venezolano es repartir 5.966 Consultorios Populares por todo el país. En noviembre de 2006 se habían concluido 2.113 de estos consultorios populares, 3.853 estaban planificados o en construcción.
Papel mojado
Uno de los puntos centrales de la declaración de Alma Ata, auspiciada por la OMS y firmada por 134 países en 1978 para democratizar la atención sanitaria en todo el mundo, era que la mejora de la salud no era sólo cometido del individuo, como responsable único de su propio destino, sino que las condiciones de vida, tales como el abastecimiento de agua potable, la alimentación, las instalaciones sanitarias, o la situación habitacional y laboral también debían ser consideradas. Sin embargo, pronto el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional desbancaron a la OMS del liderazgo ideológico en lo que al discurso sanitario se refiere. Ambas organizaciones recomendaron aumentar las cuotas a pagar por los pacientes, así como disolver los seguros públicos mientras se daba paso a los privados. En 1993 se impusieron sutilmente las nuevas directrices en un documento del Banco Mundial titulado Investing in Health (Invertir en Salud).
**Wolfram Metzger es médico y coautor de un informe sobre el nuevo sistema público de salud venezolano.