Los salvadoreños se alistan hoy para conmemorar el primer aniversario de la muerte del histórico líder del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) Schafik Handal. La muerte del legendario revolucionario salvadoreño, al decir del historiador ruso Kiva Maidanik, fue la tercera que más profundamente hirió a América Latina después del Che y Salvador […]
Los salvadoreños se alistan hoy para conmemorar el primer aniversario de la muerte del histórico líder del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) Schafik Handal.
La muerte del legendario revolucionario salvadoreño, al decir del historiador ruso Kiva Maidanik, fue la tercera que más profundamente hirió a América Latina después del Che y Salvador Allende.
Con su deceso, el 24 de enero de 2006, se perdía una de las más auténticas figuras de la izquierda latinoamericana.
Shafik fue Secretario General del Partido Comunista de El Salvador y en esa condición, el principal impulsor de la participación de su Partido junto a otras fuerzas revolucionarias en la formación del FMLN que desde sus orígenes se identificó con los intereses del pueblo.
Y es que Schafik supo encausar al FMLN en su enfrentamiento a los males que han agobiado por décadas a la sociedad salvadoreña, delinear su política y diseñar sus estrategias de lucha.
Un cambio urgía. La situación extrema del país desembocó en el conflicto armado que si bien no cambió mucho el estado de cosas de El Salvador, al menos puso en claro que cientos de miles de los mejores hijos de ese pueblo no admitirían el secuestro de la sociedad.
La guerra cobró más de 75 mil vidas y millares de personas huyeron del país. El ejército se encargó de sembrar el terror con el pretexto de quebrantar el empuje de las guerrillas del FMLN.
Sin embargo, los grupos de izquierda pusieron al ejército con todos sus batallones entrenados y equipados masivamente por Estados Unidos al borde del colapso, tras la violenta ofensiva en San Salvador, en 1989.
Con esas acciones el FMLN forzó las negociaciones del fin de la guerra en un proceso mediado por Naciones Unidas que culminó con la firma de los Acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla, el 16 de enero de 1992.
Shafik, que además encabezó la comisión de diálogo del FMLN, fue uno de los principales artífices de ese proceso.
Una vez lograda la «pacificación» de El Salvador, quedó demostrada la pujante decisión del Frente de derrocar al gobierno pro-estadounidense de Alfredo Cristiani y de cualquier administración con intereses semejantes.
Antes y después de la guerra, el comandante guerrillero fue acusado muchas veces de verticalista por la firmeza de sus principios.
Su férreo esfuerzo por dar a los salvadoreños su verdadera libertad, por arrebatarle a los gobernantes de turno el cetro asesino, le valió años de exilio y clandestinidad.
Pero con esa solidez revolucionaria supo dotar al FMLN del prestigio con que cuenta hoy, como ninguna otra fuerza política, entre la población salvadoreña.
Su vida no está ligada sólo a la guerrilla, a los Acuerdos de Paz, al terreno limitado de su patria.
Tuvo una gran vocación internacionalista que lo condujeron a ser uno de los más destacados actores del Foro de Sao Paulo y de los esfuerzos de coordinación de las izquierdas de América Latina.
Se entregó a todas las causas nobles de nuestros pueblos para las cuales desplegó permanentemente iniciativas de solidaridad y con ese espíritu defendió encendidamente a la Revolución cubana
Su última actividad política fue la asistencia a la toma de poder del líder indigenista boliviano, Evo Morales. Tras su regreso ocurrió el fatídico paro cardíaco.
Las palabras de su hijo Federico Jorge Handal, en el duelo de despedida del emblemático dirigente resumen su personalidad y altruismo:
«Mi padre es el hombre más extremista, más peligroso de este país, porque sus virtudes son sus extremos, apuntó.
«Schafik Handal es el hombre incorruptible, el honesto, el entregado, el comprometido, baluarte de la defensa de la revolución, solidario e internacionalista, un hombre íntegro, esos son los principios que lo marcaron desde su juventud.»
Mañana, con misas y una marcha desde el Cementerio General hasta el centro capitalino, el pueblo de San Salvador, en representación de toda la nación, conmemorará el primer aniversario de la muerte de su líder histórico Schafik Handal.