En las últimas semanas el deceso de Juan Pablo II y la elección de Benedicto XVI han ocupado todas las páginas dedicadas al Vaticano en la prensa mundial. Ello es la causa de que un suelto, aparecido el pasado 4 de mayo en el diario La Reppublica haya recibido poca atención. La noticia decía así: […]
En las últimas semanas el deceso de Juan Pablo II y la elección de Benedicto XVI han ocupado todas las páginas dedicadas al Vaticano en la prensa mundial. Ello es la causa de que un suelto, aparecido el pasado 4 de mayo en el diario La Reppublica haya recibido poca atención. La noticia decía así: el excajero de la mafia Pippo Calo, el negociante Flavio Carboni y su amiga Manuela Kleinzig así como el jefe de la banda Magliana, Ernesto Diotavelli, han sido emviados a juicio para responder por el asesinato del presidente del Banco Ambrosiano Roberto Calvi, hallado el 18 de junio de 1982 colgado del puente de Blackfriars en Londres.
El cuerpo del prominente banquero italiano apareció colgando del puente y se dijo entonces que se trataba de un suicidio pero el informe policiaco reveló que su cuello no mostraba las escoriaciones típicas que se producen en tales hechos y en sus manos no aparecieron trazas de las hebras de la soga que le extinguió la vida. El misterio se mantuvo y hace tres años surgieron nuevas pruebas debido a una autopsia ordenada por unos jueces en Roma, a instancias de la familia que autorizó la exhumación de los restos.
El fallecido, Roberto Calvi, era sobrenombrado el Banquero de Dios por su dirección de la banca del Vaticano. Desde entonces se ha dicho que fue asesinado por la Mafia por no haber podido desembolsar los fondos que los gangsters napolitanos tenían depositados en los cofres de la Iglesia Católica. El fiscal Salvatore Vecchione reveló entonces que los forenses llegaron a la conclusión, por primera vez, que se trataba de un asesinato. El hijo del occiso declaró al periódico La República que su padre fue liquidado por la mafia pero esta ejecutó una encomienda ordenada por una tercera parte.
Roberto Calvi estuvo involucrado en el colapso del banco Ambrosiano que tuvo pérdidas por mil millones de dólares. El caso fue uno de los mayores escándalos de Italia. Calvi era miembro de la logia secreta P-2 a la cual pertenecía el actual Primer Ministro Berlusconi quien realizó una meteórica ascensión financiera gracias a los créditos para sus negocios provenientes de la Banca Nazionale del Lavoro y del Monte dei Paschi di Siena.
El 26 de enero de 1978 Berlusconi se inscribió en la Logia P-2 con el número de carné 1816. La P-2 era una organización secreta que comenzó, en 1963, Licio Gelli, reclutando a altos miembros del ejército italiano y de los servicios de inteligencia, así como a importantes industriales y banqueros. Gelli fue oficial de la División Herman Goering de las SS alemanas, durante la Segunda Guerra Mundial. También perteneció al Batallón de los Camisas Negras de Mussolini. Tras la guerra organizó las líneas de escape para altos oficiales nazis hacia Sudamérica, entre ellos Klaus Barbie. La P-2 llegó a constituir un estado dentro de otro estado y llegó a acariciar la idea de efectuar un golpe para llevar a los neofascistas al poder.
Gelli tenía importantes conexiones con el Papado a través del Cardenal Paolo Bertoli y el Arzobispo Paul Marcinkus, director del banco del Vaticano desde 1971. A partir del advenimiento de Wojtyla, Marcinkus fue el hombre clave que envió más de cien millones de dólares al Movimiento Solidaridad para lograr el derrocamiento del socialismo en Polonia. Esa es la organización financiera en la cual el siciliano Michael Sindona, asociado a la familia mafiosa de los Gambino en Estados Unidos, llegó a ser el principal operador de las inversiones offshore del Vaticano. Amigo íntimo del cardenal Montini se convirtió en una importante personalidad en la sede de San Pedro cuando aquél fue electo Papa con el nombre de Paulo VI.
Roberto Calvi, gerente del Banco Ambrosiano, también propiedad de la Iglesia Católica, apareció ahorcado cuando desaparecieron mil millones de dólares de las arcas de esa institución. Toda esta historia que parece materia de un filme de acción, ya fue rodada por Francis Coppola y puede verse en la tercera parte del filme El Padrino.
Miembro distinguido y favorito dentro de esta urdimbre de intereses, de hermandades secretas, de cofradías de conspiradores, de capos mafiosos, de defraudadores financieros asociados al Vaticano y de ex líderes militares del nazifascismo, Berlusconi es el nuevo Padrino, el jefe supremo de todas las familias mafiosas, el capo di tutti capi y Calvi queda solo como un sombrío recuerdo en un pasado oscuro. Ahora, veintitrés años después se ha descubierto y encausado a los perpetradores. ¡Arcanos de la Mafia y el Vaticano!