La web de La Haine (www.lahaine.org) se ha convertido, desde su creación en octubre del 2000, en uno de los principales referentes de la información alternativa en Internet en el estado español. Autodefinida como «desobediencia informativa», La Haine ha ido creciendo gracias, entre otras cosas, a sus coberturas «minuto a minuto» sobre diversas protestas sociales. […]
La web de La Haine (www.lahaine.org) se ha convertido, desde su creación en octubre del 2000, en uno de los principales referentes de la información alternativa en Internet en el estado español. Autodefinida como «desobediencia informativa», La Haine ha ido creciendo gracias, entre otras cosas, a sus coberturas «minuto a minuto» sobre diversas protestas sociales. Sus integrantes han hablado con DIAGONAL a través de un cuestionario vía correo electrónico.
Diagonal. ¿Cuándo nace vuestra página web?
La Haine. Nace en octubre del año 2000, al calor de las manifestaciones antiglobalización de Praga, que se dieron en septiembre de ese año. Por aquel entonces el movimiento anticapitalista comenzaba a salir de la crisis generada tras la caída de la Unión Soviética y el campo socialista, que puso en entredicho todas aquellas ideas opuestas al capitalismo. Algunos auguraban «el fin de la historia». Mientras los grandes empresarios avanzaban triunfantes por el camino de la devastación del planeta en pos del beneficio económico, los luchadores sociales empezaban a materializar nuevas formas de protesta que atravesaban el silencio de los medios de comunicación y abrían así nuevas esperanzas para la construcción de un mundo justo y digno, tanto en el norte rico como en el sur pobre de los indígenas, los piqueteros y los sin tierra. En el plano de los medios alternativos, la llamada «Red Indymedia» surgía con fuerza en Internet y, por supuesto, fuimos influenciados por ella, ya que planteaba una nueva forma -horizontal y participativa- de informar y comunicar.
D. ¿Quiénes creasteis La Haine y por qué visteis la necesidad de hacerlo?
LH. Este medio fue creado por un grupo de periodistas y activistas sociales, con el objetivo inicial de participar y fomentar el debate entre los activistas de los movimientos sociales en el estado español. Los años de gobierno del fascista Partido Popular fueron especialmente difíciles, la izquierda independentista vasca se quedaba prácticamente sola ante la embestida de la globalización neoliberal y veíamos la necesidad de abrir un espacio de difusión que desobedeciera las temáticas impuestas por los grandes medios de comunicación empresariales. De esta forma hemos planteado discusiones alrededor de las expresiones de lucha más perseguidas por el gobierno español (anarquistas, independentistas revolucionarias, antiglobalización, etc) o incluso acerca de la violencia como herramienta de lucha de opresores y oprimidos. Además, nos esforzamos por reivindicar la valiente historia combativa de los pueblos de América Latina, así como su esperanzador presente.
D. Habéis tomado el nombre de una película de Matthieu Kassowitz. ¿Por qué os identificáis con ella?
LH. Tomamos el nombre de la película francesa «La Haine» (El Odio) porque abre el debate, con un contenido de clase, de la violencia policial en carnes de quienes la sufren: en este caso los jóvenes inmigrantes de los suburbios de París. En esta controversia convergen diversas propuestas: la violencia de respuesta, la no-violencia y el pasotismo. Nosotros interpretamos que el mensaje final de la película reclama que «hay que cambiar lo que nos rodea; si no luchas, mañana puedes ser tú la víctima del sistema». En cualquier caso sabemos que cada uno puede hacer una interpretación diferente y que ninguna de las posturas triunfa claramente. Eso es lo más valioso de la película y por eso vale la pena rescatarla; porque en realidad lo que gana es un debate sano, planteado desde el lado de los oprimidos.
D. En algunos foros se ha comentado en alguna ocasión que no se conoce quiénes sois los que dirigís la página, no se os ve en actos públicos, etc. ¿qué tenéis que responder a estas acusaciones de «secretismo»?
LH. Es erróneo hablar de «algunos foros»; quienes se han preocupado por lanzar este tipo de acusaciones son personas relacionadas con el colectivo madrileño «ACP» (acp.sindominio.net), grupo que, entre otros «aciertos», se empeñó en respaldar el 11 de marzo del 2004 la tesis-trampa sostenida por el Partido Popular de que los atentados en los trenes de Madrid eran obra de ETA. Trabajo en la calle hemos hecho mucho y lo seguiremos haciendo, no hay más que darse una vuelta por nuestra web para comprobarlo. Ese es nuestro objetivo porque actuamos bajo la consigna «de la red a la calle». Si algunos activistas de La Haine prefieren llevar con discreción su militancia, esa es una opción personal que respetamos y entendemos perfectamente, ya que desgraciadamente vivimos en una sociedad en la que ser anticapitalista es motivo de «sospecha».
D. Vuestra web combina una publicación semi-abierta con otra cerrada, incorporando las dos modalidades de los medios alternativos en Internet. ¿Pensáis que combinarlas es lo más adecuado?
LH. En La Haine llegamos a la conclusión de que el formato de Indymedia, que utilizaba un espacio para la publicación totalmente abierta, tenía importantes deficiencias. No vivimos en una sociedad libre donde todos respetan las formas comunicativas horizontales y las usan con responsabilidad. Por el contrario, vivimos en una sociedad donde el que pretende construir formas de relacionarnos libremente es cuestionado y acosado (en el mejor de los casos). Así, el espacio de publicación abierta de Indymedia ha sufrido el boicot permanente de fascistas y policías, algo denunciado en varias ocasiones por los mismos editores de esa red. Nosotros no sólo quisimos minimizar esto, además quisimos profundizar en la forma de construir una comunicación anticapitalista y transformadora. Pensamos que los medios son instrumentos de lucha de clases y por esta razón deben estar en manos de los que llevan a cabo tal lucha. Al igual que la televisión y los medios empresariales están controlados por los grandes bancos, los medios alternativos deben tender a estar controlados por los movimientos sociales anticapitalistas. En este sentido, lo que hemos hecho es dar claves a organizaciones, colectivos y personas activas en la lucha social (hasta el momento hemos dado alrededor de 130), quienes publican libre y autónomamente la información que genera su propia actividad antagonista. De esta forma, los protagonistas de la lucha en la calle son los legítimos responsables de la acción de informar y construir realidad a través de los medios alternativos. Para continuar avanzando en este camino (y hacer realidad el lema «los medios para los que luchan»), estamos preparando remodelaciones técnicas que permitirán aumentar significativamente la presencia de los movimientos sociales en la web, reduciendo el espacio para la publicación cerrada y destacando más la publicación con clave. En pocos meses será visible en nuestra página.
D. ¿Cuál creéis que debe ser el papel de los medios de contrainformación en su relación con los movimientos sociales?
LH. Los medios de contrainformación, además de ofrecer información general, deben intentar plasmar lo que los movimientos sociales hacen en la calle. Se trata de ser sus canales de comunicación. El monopolio informativo que ejerce el estado y el capital no permite a estos movimientos expresarse. Este cerco mediático, que imponen los ricos, los poderosos, es tan grande que ni tan siquiera los propios militantes de una ciudad nos enteramos de lo que otros militantes hacen a escasos kilómetros, ya no digamos el resto de la sociedad… Y si alguna vez informan es para criminalizar sus actos y distorsionarlos. De ahí surge la contrainformación, para romper esas barreras, para que todo el mundo conozca lo que los movimientos anticapitalistas hacen en la calle y cuáles son sus análisis de la realidad. Se trata de trasmitir su lucha para mostrar a la gente que existe otra forma de entender la vida y que es posible tomar las riendas de nuestro propio futuro. Pero los medios de contrainformación no deben constituir un ente aislado que realiza exclusivamente el papel de informar sobre lo que otros hacen. Nosotros nos fundimos con los movimientos sociales porque somos parte de ellos, somos militantes de esos movimientos y nos vemos en la necesidad de crear nuestros propios canales de comunicación internos y externos para burlar los oficiales; transmitimos lo que hacemos, lo que hacen nuestros compañeros u organizaciones afines. La información no puede ser un producto comercial, ni puede cotizar en bolsa, ni puede estar sujeta al dinero que esté en juego. Sentimos la necesidad de construir otras formas de comunicación, lejos de la actual concepción mercantilizada, con el objetivo de contribuir a la transformación social. La participación directa de las organizaciones en lucha fortalece al medio, ya que un ataque contra un medio alternativo supondría un ataque contra una de las estructuras del movimiento. Y sin un movimiento que lo defienda, el medio no podrá sobrevivir. No son los colectivos de información alternativa de forma aislada sino los movimientos sociales en su conjunto los que pueden romper el cerco comunicativo en un sentido profundo.
D. ¿Qué límites veis a la contrainformación en Internet?
LH. Siempre decimos que Internet es una herramienta más para informar y comunicar, como lo pueden ser las ondas, el papel o las paredes. La red ofrece muchas ventajas, pero también limites, claro está. El principal es la dificultad que mucha gente tiene para acceder a un ordenador con conexión, sobre todo en ciudades pequeñas y en los países pobres (que constituyen la mayoría del planeta). Otro gran problema es que dependemos de empresas capitalistas (servidores, proveedores de Internet, telefónicas) para llegar al público, y seguramente en algún momento van a intentar quitarnos definitivamente este espacio. Por ambas razones es importante ir fundiéndonos cada vez más con los movimientos sociales y encontrar juntos alternativas de comunicación.
D. Vosotros os identificáis con la izquierda anticapitalista. Pero apoyáis a familias políticas claramente diferenciadas: el castrismo, las diversas guerrillas latinoamericanas, la izquierda abertzale, el anarquismo… ¿No creéis que es un poco contradictorio?
LH. La introducción a la pregunta contiene su respuesta: son familias diferenciadas pero todas anticapitalistas. Lo contradictorio es pretender ser un medio plural de información alternativa y no dar cabida a las diversas expresiones de la lucha social. Nosotros conformamos un proyecto de contrainformación genérico, es decir, no tenemos una página web exclusivamente anarquista o abertzale (aunque respetamos a quien las tiene). El abertzale, el anarquista y el luchador latinoamericano, tienen en común -cuanto menos- que sus comunicados, sus acciones y sus hechos no son difundidos por la prensa burguesa, que sólo los trata como «terroristas peligrosos». Nosotros lo que hacemos es dar voz a esas acciones y a esos comunicados. Difundimos lo que los medios ocultan, sus realidades sin mezclarlas, cada una está en su sitio. Además existen puntos en común dentro del anticapitalismo, cada uno tiene su forma de verlo, encuadrarlo y superarlo, que pueden tener interpretaciones muy diferentes pero en todas hay una cosa clara: se pretende acabar con el capitalismo, no basta con corregirlo, reformarlo o moderarlo. Por otro lado las personas que hacemos La Haine pertenecemos, conscientemente, a diferentes sensibilidades y eso evidentemente también se plasma en la página de esa manera. Pero si esos colectivos en la práctica son diferenciados o si hay puntos de unión es cosa de esos mismos colectivos en su día a día, no cosa nuestra. Nosotros nos limitamos a trabajar para que se difunda su lucha y avanzar para romper de esta manera el cerco mediático, eso no es una contradicción. Contradictorio es lo que hacen algunos medios, autodenominados de contrainformación, que evitan publicar todo lo que tenga que ver con organizaciones que apuestan por la vía armada para destruir el capitalismo o que ocultan todo lo que tenga que ver con el anarquismo. Nosotros pretendemos dar voz a todas las respuestas anticapitalistas, siempre que las entendamos como tal. En general, lo que intentamos es que La Haine no sea expresión de una organización, partido o línea política concreta, sino de una forma de ver el mundo: aquella que elimina la propiedad privada de los medios de producción.
D. Desde su comienzo, La Haine se ha ido expandiendo físicamente y ha ido incluyendo nuevas secciones que han mejorado la página y fomentado bastante interés, como las coberturas o los debates. ¿Qué valoración hacéis del pasado de la página, y cómo veis su futuro?
LH. La valoración es muy positiva. Lo que pretendemos con esa expansión es descentralizar la web, que los militantes cuenten desde sus ciudades qué es lo que allí pasa. Eso es contrainformación de primera mano. También se han ido implicando cada vez más colectivos y movimientos sociales, y son ellos mismos quienes publican en la web. Las coberturas informativas van en la línea de transmitir fielmente «lo que pasa en la calle», y estamos muy satisfechos con ellas. Están dando muy buen resultado y cada vez más colectivos nos piden que informemos de sus movilizaciones. En el ámbito de las visitas también hemos crecido y nos vamos acercando a los 5000 lectores diarios. Por otro lado, este crecimiento nos ha hecho producir cada vez más información y creemos que ha llegado el momento de reorganizarla. Por eso, y por otros factores, estamos teniendo un intenso debate interno en la actualidad acerca de cómo encarar el futuro. Como hemos comentado, pronto la web tendrá un diseño nuevo, que pretende en primer lugar dar mayor participación a los movimientos sociales, pero también ser más dinámico y claro. Además nos estamos fortaleciendo económicamente. El dinero, a pesar de todo, nos es indispensable para desarrollar La Haine y explorar nuevas vías dentro del terreno contrainformativo: hemos editado y sacado a la venta un CD recopilatorio de rock y camisetas (disponibles en la web). Así que para el futuro habrá cambios y esperamos que, con la ayuda de todos, haya La Haine para rato. Pero no dejamos por esto de tener claro nuestro objetivo: no pretendemos tener la web más bonita y con más visitas, si no que crezca la lucha social.
Un resumen de esta entrevista fue publicado en el número 9 del periódico DIAGONAL (23 de junio de 2005), medio al que agradecemos el apoyo mostrado.