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¿Se va Unión Fenosa de Nicaragua? ¿Sueño o realidad?

Fuentes:

El presidente Daniel Ortega, reveló el pasado jueves jueves que la multinacional española Unión Fenosa ha propuesto a su gobierno «la venta de la distribución de energía» como parte de una solución a la crisis que vive el sector. Durante una sesión pública de gabinete, durante la cual el ministro de Energía y Minas, Emilio […]

El presidente Daniel Ortega, reveló el pasado jueves jueves que la multinacional española Unión Fenosa ha propuesto a su gobierno «la venta de la distribución de energía» como parte de una solución a la crisis que vive el sector.

Durante una sesión pública de gabinete, durante la cual el ministro de Energía y Minas, Emilio Rapacciolli expuso los planes del gobierno en ese ramo, el presidente Ortega dijo que aún no ha sido tomada la decisión definitiva.

Una de las opciones es intervenir la eléctrica española y que la distribución de la energía eléctrica vuelva al Estado como antes del año 2000, dijo Ortega.

«La situación del problema heredado por la privatización de la energía eléctrica es algo insostenible y por eso hemos considerado diversas alternativas. Unión Fenosa incluso habla de vender la distribución al Estado», dijo Ortega.

«La privatización es el pecado original», sentenció el líder sandinista. El servicio de distribución de energía eléctrica fue privatizado en 2000 por el gobierno del entonces presidente Arnoldo Alemán, que vendió la concesión a la transnacional española Unión Fenosa por 115 millones de dólares.

La multinacional se niega ahora a enfrentar un arbitraje local por una demanda de incumplimiento de contrato presentada por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), y recurrió a los organismos internacionales.

«Unión Fenosa no cumplió con esto y se fue inmediatamente a demandar a Nicaragua a organismos internacionales por 100 millones de dólares, por 150 millones de dólares, estamos hablando de una demanda enorme que recaería en el Estado nicaragüense», explicó el Presidente.

«Todo esto se está discutiendo y es importante que el pueblo nicaragüense lo sepa. Nosotros quisiéramos tomar el control de la distribución, pero Unión Fenosa recurre a organismos internacionales para demandarnos, donde ellos siempre ganan, a pesar que en el contrato de concesión está incluida una cláusula en la cual se comprometen a agotar primero la instancia del arbitraje», anotó el líder sandinista.

«Estamos buscando un entendimiento, algún tipo de acuerdo y la última propuesta que hace Unión Fenosa es que está dispuesta a vender la distribución al Estado nicaragüense» dijo el mandatario.

Sostuvo que la eléctrica española incluso propone la venta de la distribución «pero sin que se haga un análisis de lo que ellos realmente han logrado sacar ya en el tiempo que tienen de operar en Nicaragua».

«Algunos aseguran que Unión Fenosa ya sacó el doble de lo que invirtió, pero además, quiere venderle al Estado nicaragüense después que sacó el doble de lo que vendió, este es otra parte del problema que estamos discutiendo para resolver esta situación compleja», abundó el mandatario.

Otro problema adicional es las cuantiosas deudas de Fenosa con las empresas estatales y privadas de generación eléctrica. De acuerdo a la información de los gerentes de esas compañías, la deuda suma más de 24 millones de dólares, pero la transnacional alega que no puede pagar porque sus clientes no le pagan.

El presidente Ortega también reveló que los dueños de Fenosa han propuesto subir la tarifa, lo cual el gobierno ha rechazado, puesto que es un contrasentido. «Con esta situación de racionamiento y mal servicio, no se le puede pedir a la gente que pague más», dijo el mandatario.

Bombillas donadas por Cuba

El mandatario estimó que el país tiene «una situación de emergencia» energética ocasionada por la ausencia de una política hacia ese sector en los últimos 16 años, la que estuvo enfocada solo en la privatización sin garantías de mantenimiento al parque instalado ni de nuevas inversiones.

El Presidente también anunció que pronto empezará la distribución masiva de bombillas fluorescentes, donadas por Cuba, para reducir el consumo de electricidad como parte de su política para afrontar el déficit en la producción eléctrica que origina apagones en el país.

La entrega de dos millones de bombillas «ahorradoras» reducirá el consumo eléctrico en 60 megavatios en las horas de mayor demanda lo que ayudará a «reducir los apagones», explicó Ortega.

La distribución se hará en 10 días mediante un plan de entrega a trabajadores con registro en el seguro social y a los miembros del Ejército y la Policía, los que pagarán un precio módico, señaló Ortega.

«El objetivo más que bajar la factura de cada quien es reducir los apagones, porque al haber un ahorro de 60 megavatios/hora significa que no dependeríamos de situaciones tan críticas» de déficit en la oferta eléctrica, manifestó Ortega.

Además de la distribución de bombillos como medida de corto plazo para paliar la crisis energética Ortega, espera la llegada en los próximos meses de generadores eléctricos a base de bunker de Cuba que aportarán al sistema local 60 megavatios.

Con los generadores cubanos y otros aportados por Venezuela a comienzos de año, que ya están en funcionando en el país se aumentará en 120 megavatios de energía al sistema de interconectado nacional, según los proyectado por el gobierno.

El déficit promedio de energía proyectado de junio a diciembre se mantendrá alrededor de unos 22 megavatios mensuales sino ocurren fallas imprevistas en el sistema de generación instalado en el país, de acuerdo con el ministro Rappaccioli.

El ministro enumeró una gran cantidad de proyectos que están en ejecución y que se ejecutarán en los próximos años para generar energía en base a recursos renovables y no renovables, para resolver la crisis energética que afronta el país.

La meta es desarrollar proyectos eólicos, biomasa, hidroeléctricos y geotérmicos, hasta elevar la oferta de energía de 510 a 940 megavatios. Explicó que en estos momentos existen al menos siete proyectos en distintas fase de estudio o ejecución, por parte de empresas estatales y privadas.

Según el funcionario, el objetivo es cambiar «la matriz de generación», donde el 75 por ciento de la electricidad es producida por plantas térmicas que utilizan el petróleo como combustible. La meta para dentro de cinco años será lograr que la mitad de la energía producida en el país sea a partir de fuentes renovables, agregó.

En la actualidad, Nicaragua demanda alrededor de 520 megavatios hora de electricidad, pero por problemas técnicos en las plantas de generación, y en la red de distribución, el déficit ronda en ocasiones los 120 megavatios.

La versión de Fenosa

Antes de las declaraciones de Ortega, ejecutivos de la transnacional informaron de que las pérdidas técnicas y no técnicas -fraudes- sufridas en 2006 fueron de 72 millones de dólares, lo que consideraron algo insostenible.

El gerente de Operaciones de UF, José Lay Lau, durante un foro realizado en un hotel de Managua, explicó que en 2006 se perdieron 698 millones de kilovatios-hora, que tienen un coste de 72 millones de dólares. Sostuvo que parte de estas pérdidas son inherentes del sistema, necesarias porque sino, no se podría llevar la energía a los diferentes sectores.

Añadió que las pérdidas que no son inherentes al sistema y que no son reconocidas para fines de tarifas, que no las paga el consumidor, son 330 millones de kilovatios-hora y que equivalen a unos 34 millones de dólares.

Estas pérdidas, que no son técnicas porque son producto de fraudes, las asumen directamente las empresas distribuidoras Disnote-Dissur de Unión Fenosa, dijo Ley.

Lay Lau dijo que el foro celebrado este jueves fue para compartir la seriedad del problema con todos los sectores de la sociedad civil, el gobierno y agentes del sector.

«El fraude es un problema muy grave y la idea del foro es que este asunto sea discutido por la mayor cantidad de personas, porque es algo que amenaza la sanidad del sector eléctrico en el corto y mediano plazo», enfatizó Lay Lau.

«Si no somos capaces de resolver este problema reduciendo las pérdidas por el fraude por consumo ilegal, muy pronto nos podríamos ver en incapacidad de suministrar la energía que los clientes demandan», añadió el ejecutivo.

Remarcó que la cantidad de dinero que se pierde resta recursos para poder sufragar todos los costos y además da una señal de inestabilidad a los futuros potenciales inversores que quieran venir a Nicaragua y establecer nuevas empresas.

Insistió que el problema no es algo que pueden solucionar las empresas distribuidoras sino que para resolver este asunto deben de intervenir todos: el gobierno, la sociedad civil y los agentes del sector energético.

Añadió que las distribuidoras han hecho lo que está de su parte y que para responder críticas de los que dicen lo contrario, Unión Fenosa está dispuesta a que el gobierno haga una auditoría para que se compruebe lo que afirman.