La gira latinoamericana que inicia mañana en Brasil el presidente de Estados Unidos George W. Bush, alentado por las voces de alerta de viejos sectores republicanos sobre la urgencia «de recuperar los espacios perdidos» en la región y aislar al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, no sólo no logrará ese objetivo sino que complicará […]
La gira latinoamericana que inicia mañana en Brasil el presidente de Estados Unidos George W. Bush, alentado por las voces de alerta de viejos sectores republicanos sobre la urgencia «de recuperar los espacios perdidos» en la región y aislar al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, no sólo no logrará ese objetivo sino que complicará la situación, aumentará las diferencias y contradicciones y el rechazo popular evidente en los países del Cono Sur, según analistas locales.
Bush visitará también Uruguay, Colombia, Guatemala y México entre el 8 y 14 de marzo para «reafirmar» las políticas neoliberales a pesar del fracaso que se advierte, en un intento por contrarrestar la nueva ola política que «desafía en diferentes niveles la hegemonía estadunidense en la región».
Políticos cercanos al gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva señalaron en las últimas horas que «una cosa es un acuerdo sobre el tema del etanol» y similares, y otra el intento de alianzas contra Chávez, rechazado no sólo en círculos oficiales sino en diversos sectores y muy especialmente a nivel popular, dentro del propio gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
El contexto del viaje es el escepticismo y los rechazos múltiples, por lo que se deduce que no será una gira de placer ante las manifestaciones contra la presencia del mandatario estadunidense que se expresa en los «fuera Bush, terrorista número uno» o «Bush genocida no pasarás», entre otras frases que se leen en paredes aquí, en Uruguay y Brasil.
Las palabras de Bush en las últimas horas provocaron una reacción más negativa aún, y hubo severas condenas a sus expresiones como la de que su viaje tiene como objetivo «continuar la lucha estadunidense en favor del libre comercio», recordar la «generosa ayuda» a los países de la región y sumarse a «la causa de la justicia social» en América Latina.
«Nos parece una falta de respeto, un cinismo increíble que este hombre que ordenó el genocidio en Irak y Afganistán, cuyo gobierno sigue asesinando día tras día a miles y miles de personas, al que no le importan sus propios soldados, hable de compasión, de democracia y de justicia social. Ellos que sembraron de dictaduras a nuestro continente y luego nos sometieron al genocidio neoliberal de la pobreza», señalaron aquí las Madres Fundadoras de Plaza de Mayo.
Analistas de Brasil estiman que Lula difícilmente «renunciará a su papel y al proceso de integración latinoamericana a cambio de alguna apertura en materia de etanol» y que en Uruguay, Tabaré Vázquez, deberá meditar profundamente «si cambia al Mercado Común del Sur (Mercosur) por una relación con Estados Unidos», que está disparando un conflicto fuerte en la coalición de izquierda Frente Amplio que lo llevó al poder.
Brasil es el segundo productor de etanol y junto con Estados Unidos producen 70 por ciento de la producción mundial; ya Bush había enviado a Brasil a los subsecretarios de Estado de Asuntos Políticos y Adjunto para el Hemisferio Occidental Nicholas Burns, y Thomas Shannon respectivamente, para avanzar en el tema. También estuvieron en Buenos Aires, Argentina, donde las cosas no salieron tan bien. El presidente Néstor Kirchner firmó acuerdos estratégicos con Venezuela, además de rechazar las acciones del embajador Earl Wayne advirtiendo que su país «no es una republiquita, y no aceptamos presiones», cuando éste intentaba favorecer un fondo de inversiones para la compra de la empresa eléctrica Transener.
Terminados los tiempos del neocolonialismo, concepto ambiguo y superado después de la invasión colonial de ambos países, se estima que Bush necesita esta ofensiva ante su fracasado intento de imponer el acuerdo para el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que naufragó en noviembre de 2005 en la Cumbre de Mar del Plata, Argentina, cuando los socios del Mercosur no dejaron pasar la iniciativa, señalan aquí.
Tanto en Brasil como en Uruguay, donde permanecerá entre la noche del 9 y el 11 de marzo próximos, la visita de Bush ha originado una rebelión a nivel popular que puso en jaque al gobierno de Vázquez al provocar fuertes roces en el Frente Amplio y una movilización que ya comenzó con una marcha hacia la colonial ciudad de Colonia, donde transcurrirá el encuentro.
Esta tarde el panorama en Uruguay era tenso, ya que a nivel legislativo se planteó como anticonstitucional el arribo de tropas, aviones, helicópteros y equipos de radares de Estados Unidos al territorio nacional sin permiso del Congreso.
Estas tropas ocuparán no sólo el aeropuerto de Carrasco en Montevideo, sino también los de Laguna del Sauce y de Colonia, para el despliegue de 12 aviones de la fuerza aérea estadunidense, cinco «tanqueros» que transportan combustible, seis Galaxy de carga de materiales, un C-17 de transporte de tropas, y helicópteros de combate, que controlarán las zonas de exclusión.
En Sao Paulo, Brasil, donde se desplegará un enorme dispositivo de seguridad, un centenar de organizaciones convocadas por la Coordinadora de Movimientos Sociales marcharán mañana bajo la consigna «fuera Bush y su política de Brasil y de América Latina».
Además, participarán la Central Unica de Trabajadores, el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, la Confederación Nacional de Asociaciones de Vecinos, las bases del PT, la Pastoral del Migrante y el Grito de los Excluidos. También la Red Social de Justicia y Derechos Humanos, vinculada al Foro Social Mundial, entre otros.
De acuerdo con Rubens Diniz, representante de la Alianza Social Continental, las actividades contemplan ejes políticos que van «desde la inmediata retirada de las tropas estadunidenses de Irak, el retiro de sus bases militares de América Latina, hasta las justas reivindicaciones de la lucha de los trabajadores, campesinos y de las mujeres».
Por su parte, el ex sacerdote Luis Bassegio, secretario general de la pastoral del Migrante de la Confederación Nacional de los Obispos de Brasil, dijo que una de las ideas creativas es «cercar con azufre el área donde Bush va a estar para exorcizar el diablo», iniciativa inspirada en las palabras de Hugo Chávez, quien hablando en Naciones Unidas el año pasado advirtió que el lugar olía a azufre, porque por ahí había pasado el Diablo.
En Bogotá, estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia salieron a las calles a expresar su rechazo a la presencia de Bush en el país, la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y la continuidad al Plan Colombia.