31.08.2005 El Tribunal Internacional Antiimperialista, constituido en la Ciudad de Caracas, República Bolivariana de Venezuela, en el marco del XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, durante los días 13 y 14 del mes de Agosto del año 2005, se reconoce heredero de los tribunales de conciencia que le han precedido tales como […]
31.08.2005
El Tribunal Internacional Antiimperialista, constituido en la Ciudad de Caracas, República Bolivariana de Venezuela, en el marco del XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, durante los días 13 y 14 del mes de Agosto del año 2005, se reconoce heredero de los tribunales de conciencia que le han precedido tales como el Tribunal Russell, Tribunal Permanente de los Pueblos, el Tribunal Benito Juárez, el Tribunal de Bruselas y los que en ocasión de anteriores festivales de la juventud han tenido lugar.
Este Tribunal, si bien no tiene un carácter vinculatorio jurídico constituye una expresión del reclamo de los pueblos en la búsqueda de la justicia y la verdad, ante la fragilidad del orden jurídico internacional.
Este Tribunal Internacional Antiimperialista conoció de los cargos imputados y las pruebas practicadas que permiten aseverar la comisión de graves crímenes contra la humanidad que se manifiestan en:
• Guerras de agresiones, invasiones y de ocupación colonial y neocolonial.
• Actos de terrorismo, que comprenden además guerras biológicas, sabotajes.
• Atentados a Jefes de Estado o Dirigentes Políticos.
• Guerra económica.
• Instalación y proliferación de bases militares para garantizar la hegemonía imperialista.
• Genocidio: planes de destrucción contra la población civil.
• Delitos de lesa humanidad y de género.
• Atentados a la biodiversidad y la apropiación de recursos naturales, principalmente del agua.
• Uso de armas nucleares, químicas y biológicas.
• El derrocamiento y desestabilización de Gobiernos democráticos y legítimamente constituidos.
Todo lo anterior ha ocasionado incontables y penosas muertes, desaparecidos, torturados, atentados a la dignidad plena del ser humano y sus derechos civiles, malformaciones genéticas, hambre, desplazamiento de la población, pandemias, migraciones, explotación de los trabajadores, deformación de las economías de los Estados e imposición – con la complicidad de oligarquías y gobiernos sometidos – de políticas neoliberales, que generan una enorme deuda externa, saquean sus recursos, profundizan la inequidad y la exclusión social y degradan el medio ambiente.
Esas políticas fomentan el crecimiento de la pobreza, de las grandes desigualdades entre ricos y pobres, la carencia de servicios de salud, el analfabetismo y la falta de acceso a la educación.
Este Tribunal constató el papel que desempeñan los grandes monopolios de la información y de cultura, los cuales imponen una visión enajenada del mundo en concordancia con los intereses del Imperialismo, caracterizada por el darwinismo social, el lucro individual, la banalidad y la concepción de la cultura como simple mercancía.
De estos hechos este Tribunal hace responsable al Imperialismo en todas sus manifestaciones, incluida su fracción hegemónica estadounidense, sus gobiernos aliados, las transnacionales que controlan las finanzas, el comercio y las tecnologías en estrecha asociación con Organismos Internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), que condicionan las políticas internas y vulneran la soberanía de los Estados.
Este Tribunal, aplicando:
Primero: Las normas de Derecho Internacional:
– Carta de Naciones Unidas.
– Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
– Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
– Pacto Internacional de los Derechos Sociales.
– Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales.
– Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
– El Convenio para la Prevención y Represión del Crimen de Genocidio.
– La Convención contra la Tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
– Estatuto de la Corte Penal Internacional.
Segundo: Aplicando los principios de imprescriptibilidad de los delitos contra la humanidad y la obligación de persecución universal contra dichos crímenes; así como la obligación de la comunidad internacional de cooperación en la persecución y en la represión de los mismos.
Tercero: Aplicando la jurisprudencia de los Tribunales de conciencia mencionados anteriormente.
Declara culpable al Imperialismo de todos los hechos delictivos antes mencionados y le condena por sus crímenes contra la humanidad, por su agresión permanente contra los pueblos y por constituir una real amenaza contra la supervivencia de la especie humana.
En particular, declaramos culpable al Presidente de Estados Unidos, George W. Bush y exigimos su inmediata puesta a disposición de la justicia internacional por ser responsable directo de la comisión de los referidos crímenes.
Esta sentencia es una expresión de que los pueblos desarrollan una activa resistencia y reivindican todas las formas de lucha para alcanzar sus ideales de justicia social, libertad y democracia, y luchan por construir un mundo mejor: el Socialismo.
Por último, este Tribunal decide remitir esta sentencia a los siguientes Organismos Internacionales para que conozcan los criterios aquí expuestos: a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la Secretaría de la Organización de Estados Americanos y a la Organización Amnistía Internacional y a las organizaciones del movimiento obrero, juvenil y popular de todo el mundo.
Dado en Caracas, Venezuela, los días 13 y 14 de agosto de 2005.
Suscribimos la presente sentencia:
– José Vicente Rangel, Presidente
– Gilberto López y Rivas, Juez
– Osvaldo Martínez, Juez
– Virginia Díaz, Juez
– Adnan Arbash, Juez
– Ri Il Gwon, Juez
– Tran Dac Loi, Juez
– Hon. S. Kasukuwere, Juez
– Allan Woods, Juez
– Miriam Morales, Juez
– Claudia Camba, Juez
– Juan Barreto, Juez