Tras años de tiras y aflojas, Serbia mueve ficha entregando a La Haya a uno de sus sonados prófugos, Radovan Karadzic. Lo hace tras la entrada en el Ejecutivo de los herederos de Slobodan Milosevic y la remodelación de los servicios secretos. El futuro del general Ratko Mladic, que completa el triángulo de presuntos criminales de guerra, definirá el momento de la partida de ajedrez que Serbia juega con la UE y, de paso, con su pasado.
El recién formado Gobierno serbio se ha apuntado un tanto al anunciar la detención de Radovan Karadzic, jefe político de los serbios de Bosnia y el presunto criminal de guerra de los Balcanes más buscado junto el general Ratko Mladic.
Desde la sede de la UE en Bruselas, a donde acudió presto horas después de que su Ejecutivo diera la noticia, el ministro serbio de Exteriores, Vuk Jeremic, reivindicó que «no llevamos en el poder dos semanas pero somos serios en lo que concierne a nuestro futuro europeo. Ahí tienen la prueba».
El Gobierno serbio se formó el pasado 11 de julio, gracias a una sorprendente coalición entre los pro-occidentales del presidente, Boris Tadic, líder del DS; y el SPS, de los herederos de Slobodan Milosevic, detenido a su vez en 2000 a instancias del mismo tribunal que aspira a juzgar a Karadzic y muerto en 2006 en su celda de La Haya.
Cambio en los servicios secretos
El anuncio de la detención del conocido como «el carnicero de Bosnia» tiene lugar tras el relevo al frente de los servicios secretos serbios, que dependen directamente de la Presidencia, en manos de Tadic. Este último nombró hace días nuevo director de la BIA a Sasa Vukadinovic, quien habría dirigido la operación de arresto en Belgrado.
El SPS, del difunto Milosevic, se apresuró a señalar que el Ministerio del Interior, a cargo de su máximo dirigente, Ivica Dacic tras la negociación del reparto de carteras, no participó en el operativo. Excusatio non petita. accusatio manifesta.
Analistas apuntan a que algo se mueve en Serbia con este nuevo Gobierno entre el DS y el SPS, otrora enemigos jurados. «Es indudable que algo ha cambiado. Serbia ha decidido suprimir los obstáculos a su retorno a la comunidad internacional», asegura Vojin Dimitrijevic.
Un cambio que reconoce, a su manera y para lamentarlo, la oposición del SRS, partido panserbio que ha sido el más votado en todas las elecciones legislativas tras la caída del régimen de Milosevic, El secretario general del SRS, Alexandar Vucic, auguró apocalíptico que «lenta, pero inexorablemente, Serbia va camino de su desaparición» tras un anuncio que, añadió, «ha entristecido a todo el mundo en el país». Una exageración, si tenemos en cuenta que medio centenar escaso de jóvenes, pertenecientes al movimiento panserbio Obraz, se concentró en la madrugada del martes tras anunciarse la detención.
Eso no quiere decir, en modo alguno, que parte de la opinión pública serbia haya dejado de considerar a Karadzic como un «héroe de guerra». En este sentido, el analista Djordje Vukadinovic pone el acento en el momento elegido. «Es evidente que la coalición en el poder ha estimado que era mejor proceder a este arresto al inicio del mandato, en espera de que sea un asunto olvidado antes de las próximas elecciones». Todo ello en un país, Serbia, en el que lo excepcional del adelanto electoral se ha convertido en norma.
Versiones contradictorias
Sobre las circunstancias que rodearon al arresto, primaban ayer las especulaciones sobre cualquier información veraz. La versión oficial, que mostró una imagen actual de Karazdic pintando canas y con una luenga barba y gafas -no concretó las circunstancias en las que habría sido tomada esta imagen-, asegura que fue detenido el lunes a la tarde en Novi Beograd, el barrio nuevo de la capital. Siguiendo con esta versión, el «prófugo» utilizaba una identidad falsa, a nombre de Dragan Dabic, y trabajaba en una clínica privada en el área de medicina alternativa. Según la televisión B92, Karadzic habría llegado incluso a dar conferencias sobre temas como la bioenergía y la meditación y publicado varios artículos en el periódico «Zfrav zivot» (Vida sana) firmando con su identidad falsa.
Por contra, su abogado, Svetozar Vujakic, aseguró en declaraciones a Beta news que su defendido habría declarado durante su interrogatorio que fue detenido el pasado viernes cuando viajaba en un autobús en Belgrado y que permaneció desde entonces recluido en una celda. Karadzic habría calificado de «farsa» el interrogatorio al que fue sometido ayer por un juzgado de instrucción como un primer paso para su extradición al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), con sede en La Haya.
Siempre según la legislación serbia, el magistrado tiene tres días para decidir si el inculpado cumple o no las condiciones para ser transferido a La Haya. Este último tiene asimismo tres días de plazo para interponer recurso. Un panel de jueces del tribunal de crímenes de guerra tiene el mismo plazo para pronunciarse sobre el recurso.
Diversas informaciones que circulaban ayer por internet elucubraban sobre el estado de salud del inculpado y llegaban a apuntar que sufriría una enfermedad terminal o que no estaría en posesión de sus facultades mentales, lo que podría suponer su no entrega a la jurisdicción del TPIY.
Dónde está Mladic
13 años prófugo del TPIY, Karadzic, siquiatra de profesión nacido en Montenegro, afronta acusaciones similares a las que pesaron sobre Milosevic hasta su muerte: así, está acusado de alentar desde su posición política las masacres cometidas contra la población bosnia. Destacan, entre estas últimas, el sitio durante 1.000 días de Sarajevo (13.000 muertos) y la matanza de Srebrenica (8.000 muertos).
En este sentido, sigue prófugo del TPIY el brazo militar ejecutor de estas matanzas y de la brutal agresión contra Bosnia, el general serbio (de Serbia) Ratko Mladic.
Su entrega a La Haya se anuncia más complicada. La versión oficial apunta a su experiencia militar. Se recuerda, en este sentido, que cuando era comandante de la guarnición de Knin (Croacia), se rodeó de oficiales especializados en la inteligencia y la seguridad. Entre ellos destacó el general Zdravko Tolimir, entregado al TPIY en mayo de 2007 y que habría creado un dispositivo para hacer imposible la captura de Mladic.
Versiones extraoficiales ponen el acento, por contra, en que la entrega de Mladic podría provocar fricciones graves en el seno de las Fuerzas Armadas serbias. Pese a su inculpación en 1995, el Gobierno serbio ha reconocido que el «prófugo» vivió tranquilamente en Belgrado al menos hasta junio de 2002.
Desde entonces, insistentes rumores lo han situado en la mismísima capital serbia o en la región occidental de Valjevo.
No falta quien augura que Mladic no se dejaría atrapar sin resistencia y que preferiría suicidarse a acabar sus días, como Milosevic, en una oscura celda de La Haya.
El anuncio de la detención de Karadzic da aire al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), que planeaba su desaparición en 2010 tras años de fracaso en su intento de llevar ante él a algunos de sus principales fugitivos. «La tenacidad da frutos», se felicitó Ana Uzelac, que sigue los trabajos del tribunal para la ONG Impunity Watch.
«Es importante juzgar a los dirigentes, no sólo a los de menos graduación. Lo que cuenta es llegar a la cúspide y eso es lo que ha supuesto un problema durante demasiado tiempo», coincide la experta en justicia internacional Heikelina Verrijn-Stuart.
Fundado en 1993 por el Consejo de Seguridad de la ONU, el TPIY fue concebido para tranquilizar la mala conciencia occidental por los horrores de la guerra en Bosnia. Fue duramente criticado en 2006 tras la muerte de Milosevic antes de ser juzgado.
El TPIY ha procesado hasta la fecha a 114 acusados y ha juzgado de forma definitia a 55 personas. 47 siguen en búsqueda y captura.
La entrega de Karadzic alargará la vida de este tribunal.