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¿Son las ONGs la industria de la solidaridad?

Fuentes: Eutsi/Ekintza Zuzena

Los conceptos Organización No Gubernamental (ONG) y Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD) nos son comunes desde, sobre todo, principio de los años 90. Bajo estas denominaciones trabajan grupos ligados a la Iglesia, a partidos de la hace tiempo llamada izquierda extraparlamentaria vasca y demás.La aparición de las mismas supone en muchos casos la […]


Los conceptos Organización No Gubernamental (ONG) y Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD) nos son comunes desde, sobre todo, principio de los años 90. Bajo estas denominaciones trabajan grupos ligados a la Iglesia, a partidos de la hace tiempo llamada izquierda extraparlamentaria vasca y demás.La aparición de las mismas supone en muchos casos la reducción a la mínima expresión de históricos organismos, como Komite Internazionalistak. Revolución nicaragüense, Iglesia católica, partidos políticos, sustitución de militancia activa y revolucionaria por políticas de adhesión son términos y circunstancias que nos aparecen mezcladas en numerosas ocasiones. Telemaratones y otros programas con supuestos fines benéficos que cuentan con la participación de famosos, publicidad estática de ONGs en series tipo «Al salir de clase» son parte de la publicidad que estos grupos tienen, haciéndoles aparecer ante el gran público como benefactores altruistas, según unos, o disidencia tolerada y patrocinada por el estado, en opinión de otras. Llegan desde América Latina críticas y denuncias sobre las ONG. EUTSI os presenta algunos textos recibidos en nuestra redacción.

Memoria histórica

En la historia del movimiento indio es necesario hablar de las personas y organizaciones indias que tuvieron un rol dentro de nuestro movimiento y que fueron los que comenzaron a «acomodarse» en el sistema de las ONGs. Actualmente debo aclarar que después del gran fracaso de los llamados movimientos populares (ej. Frente Sandinista de Liberación) y muchos otros, la mayoría de las ONGs están encuadradas y han sido refuncionalizadas por las instituciones estatales. Estas las han convertido en un instrumento más del sistema de reparto, decenas de ellas tienen nuevos nombres y cada día salen como hormigas para construir su propio hormiguero. Lo hacen con ingenio y muchos de sus miembros con el título académico de antropología bajo el brazo, y acompañados de científicos e intelectuales de la solidaridad. Ellos son los actuales «salvadores» de los indios del mundo, padrinos protectores, que están marcando una nueva «ruta» de la esclavitud.

Circulan con el billete verde, mientras presumen de tradición humanitaria e inventan palabras con tal de no llamar a las cosas por su nombre. Es decir, no mencionar jamás genocidio, tortura, empobrecimiento, oro y plata, conquista, explotación ni sangre. Estos son los más buenos. Los otros hacen un trabajo admirable con sus estudios y se lo entregan a los gobiernos, para que luego ellos hagan su política con los indios, provocando un estancamiento dinámico de nuestras comunidades.

Por ello, un/a indi@ jamás debe estar a la defensiva. Debemos mostrar quiénes somos, sacar fuerzas, ir pueblo por pueblo, familia por familia. Tenemos que hacerlo nosotr@s porque hemos elegido el camino de l@s que «no» tienen miedo; Respecto a l@s que elijan no hacerlo, no pasa nada, habrán elegido el camino del miedo. Esto lo aprendí de mis mayores.

Hay una reflexión que comienza en el año 1988 cuando, junto a hermanos indios de otros lugares, tomamos el «Congreso Mundial Americanista» en Amsterdam-Holanda. Desde allí lanzamos una proclama -aún vigente- sobre nuestros pueblos, el ejército, los gobiernos y un actor que a la larga se fue convirtiendo en un serio problema que debemos resolver. Me refiero al papel de las ONGs, organizaciones que nacen al amparo de los Estados Unidos en la posguerra como freno de la expansión comunista. Esta estrategia tenía como guía el Plan Marshall, que propone el modelo de cooperación y distribución de proyectos asegurando su autoridad y un desarrollo de tipo occidental. Que nadie piense que en el movimiento indio reivindicamos la teoría materialista de Marx. Al contrario, Marx le quitó el carácter espiritual a la obra de Hegel, y así los europeos conciben su teoría como el futuro potencial revolucionario de Europa. Nosotros lo vemos como el viejo y repetido conflicto entre la existencia y la ganancia. La existencia es una propuesta espiritual; la ganancia un acto material. Esto me obliga a pensar en algunos hermanos que están a la deriva en las universidades, en las ciudades, en los suburbios y en otras instituciones europeas; aunque si están ahí para aprender a resistir al opresor, bienvenido sea. Que tengan cuidado de no comenzar a creer que el mundo europeo ofrece soluciones a los problemas con que nos enfrentamos. Tengan cuidado de no permitir que las palabras de la gente nativa sean distorsionadas por ventajas de nuestros enemigos. Una cultura que confunde regularmente revolución con continuación, que confunde ciencia con religión, rebelión con resistencia, no tiene nada útil para enseñar, nada que proponer como forma de vida. Por eso debemos sentirnos a gusto con lo que somos.

En la reunión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra en el 2001, siendo presidente Leandro Spouy, éste señaló que en España las ONGs se están convirtiendo en «donantes protectores» y que las mismas con sus acciones rompían el lazo de las organizaciones indias, que no están organizadas por los principios de intercambio y competencia sino por los de redistribución y reciprocidad.

La crisis en la llamada Latinoamérica contribuye a la prosperidad de las multinacionales españolas y estadounidenses en busca de sus «tesoros empresariales» (bancos, energías, telecomunicaciones, hoteles y otros sectores estratégicos), como lo define el Financial Times. El señor Emilio Botín, presidente del BSCH, nombrado banquero más influyente en Latinoamérica, convertido hoy en la familia más rica de España y que con afán expansionista se fusiona con la banca francesa, italiana, alemana y escocesa, suele decir que en los negocios siempre hay que jugar con ventaja, con un as en la manga, «Hay que devorar antes de que te devoren», como se vio en el caso de los ahorristas argentinos. Está claro que el papel de los organismos financieros internacionales reemplaza a las dictaduras militares.

El consejo de gobierno actual de la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador) hizo saber a los gobierno español y ecuatoriano que la venta de la hidroeléctrica de ese país a España sería un volcán imparable para el gobierno y cuyas consecuencias estarían por verse. Aquí vemos el papel del gobierno ecuatoriano y español, cambiando los métodos de «colonización»: Antes con la cruz y la espada; ahora con un talonario de cheques, traje y corbata; y amparados por los gobiernos cipayos de turno.

¿Y cuál es el papel de las ONGs en este sistema? Son ellos los que entran a jugar a la confusión colonizadora entre la caridad y la redistribución y son a ellas los que nos toca desenmascarar.

Las  ONGs son el caballo de troya del movimiento indio

Se han hecho diversos estudios sobre el concepto de solidaridad y la reciprocidad. El sociólogo francés Dominique Temple, que vivió 20 años en los Andes, escribe acertadamente y con intensidad sobre las ONGs cómo forman parte del negocio de la ayuda unas veces y otras hacen para las instituciones un trabajo sucio y colonial que éstas ya no están en condiciones de hacer.

El concepto de solidaridad debe romperse con relación a lo que ha supuesto hasta ahora. La solidaridad siempre se ha llevado a cabo desde un punto de vista dialéctico y pragmático. Es decir desde la óptica de «vamos a ayudar, vamos a ser solidarios, a ver qué es lo que ellos necesitan y cuánto dinero cuesta». Esto ha originado en los últimos años una terrible confusión y ha provocado lo que nosotros llamamos «La parálisis de la lucha de nuestros pueblos». Nosotr@s, los hombres y mujeres que militamos en el movimiento indio, nos planteamos siempre la posibilidad de poder desembarazarnos del colonialismo, de cómo seguir luchando para volver a conquistar un lugar en la sociedad, para volver a hablar de lo que queremos y volver a escribir lo que sentimos. Para nosotr@s eso es la cuota de libertad. Y eso nos costó muchísimas arrogancias de todos los gobiernos. Primero con los gobiernos europeos, la colonia; después con l@s descendientes de los europeos, que fueron igual o peor que la colonia. Ese dolor de siglos, nosotr@s lo seguimos manteniendo.

Cuando alguien quiere «trabajar» con los pueblos indios, debe hacerlo pensando que debe ser todo lo contrario de lo que han hecho las ONGs hasta ahora. Las ONGs trabajan por l@s indi@s, para l@s indi@s, pero sin l@s indi@s. Debemos romper ese proceso y que se empiece a trabajar, por l@s indi@s, para todos los seres humanos y con l@s indi@s.

Entiéndase la solidaridad como un concepto de despegue, en el sentido de que cuando una persona está caída se le da la mano de igual a igual y se le mira a la cara, pero siempre consultando. Intentar hacerlo sin llegar realmente a las bases, sin llegar a tener una relación directa, es el agua en el vacío, un grano de arena en el desierto; no sirve para nada. La solidaridad no puede entenderse desde el punto de vista económico, desligado del punto de vista filosófico, recíproco.

Me gustaría que el concepto de solidaridad no fuera el del patrón cultural occidental, el del pensamiento único, el de la dádiva y la limosna. Se debe, (con el consentimiento previo, libre e informado), trabajar con quien se consulta. Sólo así tiene validez alguna la solidaridad, si no es paternalismo.

No hay que olvidar que las ONGs y los donantes protectores lo que han hecho es reciclar viejos esquemas. Son los «caballos de Troya» del movimiento indio por ser los ejecutores que ejercen de donantes protectores, idealizando al indio. Entonces cada ONG tiene su propio indio («Yo con los lakota, yo con los toba, yo con los mapuches») y ése es el pensamiento único.

Es necesario, no sólo el respeto al diferente, sino un diálogo con el diferente. Pero esto debe darse con las bases, con sus verdaderos representantes. La figura del mono simboliza el padre de la cultura del arte indio. En los Andes el Kuentoquepi, es quien lleva las cosas de un páramo hacia otro. Nosotros los que hemos salido de nuestra comunidad sólo somos eso en un río, un puente. Nosotros ponemos las piedras para que nuestros hermanos no caigan al río y puedan cruzarlo. Es necesario y fundamental ponerse en contacto directo con las organizaciones de base de forma colectiva. Ellas son las depositarias del espíritu de un pueblo.

La industria de la solidaridad

Centrándome en la España de hoy, plantearé cuál es el rol de algunas ONGs que «trabajan» con los indios. Una de ellas es muy significativa. Mientras ninguna organización quiso aceptar dinero de las tabacaleras, por lo que representan las mismas, la Fundación de Artistas e Intelectuales por los Pueblos Indígenas de Iberoamérica (FAIPI), liderada por la cuestionada Adriana Arce, de nacionalidad argentina, sí aceptó el dinero que le ofrecieron. En su organización de presidencia perpetua, tiene como presidente honorario a Baltasar Garzón, conocido juez, que bendice las andanzas de esta señora. Ella, a cambio se dedica a promocionar al juez como candidato a Premio Nobel de la Paz, utilizando todos los medios a su alcance y mezclando pueblos indios, pobreza y miseria con difusión y promoción. Este juez no salió elegido y sin embargo la «señora» declaró que seguiría adelante con su empeño. Utilizó todos los medios del estado y, con la aprobación del partido político de turno, se lanzó a pedir la colaboración con la televisión de artistas conocidos para así recaudar fondos para los indios. La suma concedida a esta organización asciende a la friolera de más de 800 millones de pesetas. El dinero que emplea esta señora lo maneja en forma despótica. En una de sus teorías de distribución, aconseja a los indios que deben comportarse como ella lo dicte o, en caso contrario, serán sancionados. Asimismo en su página web utiliza la pobreza de los indios como método de atraer a sus patrocinadores con un descaro total, ya que sus mensajes son de una ignorancia total. Afirma que somos 40 millones de indios, y nos describe como «iberoamericanos», colocándose al lado de los colonialistas, ya que Abya Yala (América) es india, fuertemente africana e «iberoamericana» en sus aspectos colonialistas. Sus mecenas le salen por todos, lados a saber: RENFE, Comunidad de Madrid, (corridas de toros de beneficencia) Ayuntamiento de Madrid, Fondo Solidario de la Tabacalera Fortuna, Xunta de Galicia, AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional), Junta de Castilla la Mancha. O sea, izquierda y derecha. Lo importante es el Dios dinero. Nosotros hablamos con los responsables del AECI, para saber si hubo alguna auditoría a esta organización y con la responsable del ayuntamiento de Madrid, puesto que la misma recibe dinero para las comunidades de Ecuador en Saraguro. Nos manifestaron que no habían hecho ninguna auditoría, «porque no podían estar en todos los lados».

Estamos a la espera del juicio que, según FAIPI, llevará a los tribunales de justicia a los responsables de una revista que les acusa de entregar dinero a fondo perdido a grupos indígenas en Colombia que realizan una labor de contrainsurgencia. Esta acusación es muy grave, ya que en la historia del movimiento indio se vieron siempre enfrentados entre la «izquierda y la derecha», con la lección de que l@s que pierden son nuestr@s herman@s, que confunden liberación con opresión.

Nosotr@s quisiéramos saber qué hace el señor Garzón entre l@s indi@s y en reuniones internacionales con el Grupo de Trabajo en Nueva York. Conocemos la labor de asesores y personajes intelectuales enviados por las ONGs en Ginebra y Nueva York para «observar» qué dicen o hacen nuestros hermanos a nivel internaciona. Y no debemos olvidar que hay ONGs que realizan informes para los estados, para que luego estos apliquen sus políticas con nuestros pueblos. No hay derecha a menos que haya una izquierda. Una y otra se refieren a un cuerpo único, y este cuerpo único es la civilización de Occidente; y la afirmación de la humanidad en singular.

¿La gente de las ONGs vive de la cooperación? ¿Son sus proyectos positivos para el desarrollo de nuestros pueblos? ¿Se extorsiona a los indios? Si yo te ayudo y te pago un billete de avión y hotel, ¿cómo vas a cuestionar nuestro proceder?. Si reciben dinero de las entidades, ¿no están haciendo el trabajo sucio a los gobiernos? ¿Se envician cada vez más porque necesitan dinero y pasan a ser empleados de los gobiernos con sueldo discontínuo? ¿Cuánto dinero va a los proyectos realmente? ¿Cuánto dinero queda en las ONGs? ¿Quién costea l@s viajes de evaluación de los emplead@s? ¿Por qué no dejan de una vez de ser «intermediari@s» y dicen la verdad del modelo de cooperación y entregan todos los medios a su alcance para que ningún pueblo tenga relación de dependencia de las ONGs y trate directamente con las administraciones? Realmente este sistema está podrido, huele mal. La intermediación de las ONGs para cumplir con un proyecto, por ejemplo, de viviendas en el Amazonas ¿necesita un arquitecto? ¿Un indio del Amazonas necesita la metodología de un arquitecto para construir su hogar en la selva? Las ONGs quitan el espacio al desarrollo. Es como obligar a un español a interpretar la Danza del Sol de los lakota. A esto le llamo «Economicidio». Si una organización de cooperación envía leche en polvo y cereales en forma gratuita con el fin de competir directamente con la producción de leche de la comunidad, utiliza el arma alimenticia, que es muy eficaz para arruinar la autosubsistencia de las comunidades. Con ello se impide la reconstitución de los sistemas de reciprocidad comunitaria. Es aquí que los defensores del libre intercambio y de las teorías monetaristas dejan utilizan a las ONGs para sus propósitos. Estas utilizan capitales tomados de la «ayuda al Tercer Mundo», capitales que no son tributarios y escapan a los obligaciones de la producción capitalista. Gracias a esta independencia, la inversión de las ONGs puede ser asociada a la economía de la reciprocidad, mejor todavía que el crédito. Es decir, el DON. La sustitución de poder es evidente. Ninguna ONG declara abiertamente sus fines, pero todas, tienen como fundamento de su poder, el DON. Por lo tanto, las ONGs llegan a ser «Donantes Protectores».

En una reunión de un grupo de trabajo de la ONU en Ginebra tuve la oportunidad de conocer a integrantes de la ONG vasca Mugarik Gabe, y no me sorprendió ver su actitud de observadores y donantes de bebidas y comidas. Las ONGs suelen enviar a sus delegad@s y mensajer@s para realizar una evaluación. Para ello cuentan con el billete de ida y vuelta asegurado, hotel y comida, un sueldo y la protección de su embajada, por las dudas. Esto lo suelen hacer la mayoría de los viajeros que quieren conocer de cerca a l@s indi@s. Sienten una atracción inútil porque no se traduce en una solidaridad real; y así confunden y viven confundidos en su caminar. No saben que hacer con sus vidas. Maquinan todo tipo de alternativas para seguir con el cuento de la solidaridad y, si alguien les cuestiona, éste se convierte en su enemigo.

Muchos pseudointelectuales pretender robar el alma de nuestros pueblos con cámaras de cine al hombro y tonterías de marketing. Un ejemplo es el documental «Elkarri Begira / Miradas Cruzadas», dirigido por Marcelino Pinto. ¿A quién se le ocurre retratar al pueblo vasco (que no tiene culpa de su insensatez) filmado por l@s indi@s?. Es como si un francés interpretara la danza de las ceremonias quechuas. ¿Nadie es capaz de decirles que la productora CEFREC no es de cineastas indi@s y que no sólo existe cine en Bolivia? Este documental habla sobre l@s indígenas en España, busca comparaciones entre nuestras civilizaciones y los europeos y lo hace desde las orillas del mar. Y no se le ocurre mencionar, aunque no sea más que por rigor histórico, el gran problema de la guerra de la triple alianza y la salida al mar en Kollasuyo. Sólo malgastan tiempo y dinero y nos meten en un desaguisado sin comerlo ni beberlo. Esta es la deuda de CEFREC con sus padrinos, el aceptar todo lo que se les proponga a cambio de prestaciones económicas. Aquí vemos claramente la mano del «padrino». Esto es ser anti-indi@. Muchas de estas ONGs suelen mariposear alrededor de los grupos políticos, sin importarles su ideología. Basta con conocer sus programas de cooperación que se traducen en muchos miles de euros que reciben de los respectivos gobiernos. Realizan proyectos de cooperación (revistas, talleres, videos…) y manejan fondos de ayuda al Tercer Mundo de forma paternalista. Estos proyectos además acaban yéndose a pique en no pocas ocasiones. Declarándose organizaciones de pensamiento global y actuación local, manejan la dialéctica de la contradicción. Afirman realizar programas de cooperación con América Latina y en eso si tienen razón, ya que trabajan con l@s latin@s y no con l@s indi@s. La Cumbre Internacional en Kimberley-Johannesburgo, por ejemplo, contó con la presencia de cuatro personas de Asuntos Sociales del Gobierno Vasco, dos de la cinematográfica CEFREC y tres representantes de la ONG vasca Mugarik Gabe. Tratar de justificar este gasto impresionante esto es algo vergonzoso. Sólo estadía y billetes de avión suponen una fortuna para cualquier comunidad, ¿es que no saben o fingen no saber que uno de los aspectos que más dificultó la realización de esta cumbre fue la ausencia de verdaderos representantes de base, que no pudieron asistir al encuentro por no contar con ningún tipo de subvención?. Si alguna organización quiere filmar o saber lo que acontece en Río, Kari Oca o Kimberley, no tiene más que pedirlo y nosotros le facilitaremos el material sin gastos de ningun tipo. Una vez más vemos como las ONGs, que dicen trabajar a conciencia, no consultan a nadie, se lanzan a producir encuentros de vídeo con dinero ajeno y al final reproducen los esquemas de siempre. El/a antropólog@ cultural, por su parte, se beneficia al adquirir autoridad sobre la propia cultura indígena.

Un@ pretende ser un@ especialista de la cultura, el otr@ de la economía. Se reparten la comunidad tomando un@ el cuerpo, el otr@ el alma, cada un@ según su competencia. A esto se le llama «política de la flor cortada». Las ONGs se engañan en primer lugar a sí mismas y engañan doblemente a las demás, a los donantes occidentales y a las comunidades indígenas. Alguien puede pensar que las ONG actúan de buena fe y que sus acciones no están inscritas en un plan concentrado de etnocidio. Felipe Quisque Huanca, aymara, declara abiertamente cuál es el papel que debe desempeñar el movimiento indio en Abya Yala: «Es por todo ello que hemos expresado que tenemos tres enemigos que son: Las ONGs, las Sectas religiosas y los partidos políticos, ellos son los que nos dividen. Y ahora ¿qué hacer? Yo he nacido en el movimiento indio Tupaj Katari (MITKA) y voy morir tal cual estoy. Aquí hay una república del Qullasuyu, donde estamos nosotros y no tiene luz eléctrica, no tiene caminos, no tiene hospitales, no tiene tractores. Vivimos como si fuéramos animales, quizás un poco mejor que nuestras llamas. Así nos considera esta Bolivia. Porque fundirnos en el crisol de la bolivianidad nunca podremos. De aquí a un tiempo va a haber lucha de naciones, la lucha territorial, y eso poco a poco está dándose. La autodeterminación de los pueblos indígenas se va a dar, quiérase o no. Eso está escrito y va a ser así.

En la llamada Bolivia el 90% del dinero destinado a la cooperación va a parar a organizaciones no gubernamentales que no son indias (para conocer quienes reciben los fondos: www.fondoindigena.org o a http://www.aeci.es).

Alienación misionera

Antiguamente, los misioneros dependían de la administración o de los colonos para hacerse de los bienes materiales que redistribuían: hachas de hierro, machetes, ganado, telas, etc. En la actualidad distribuyen parte de la ayuda (dispensarios, escuelas, hospitales, talleres, imprentas, aserraderos, etc) pero el mismo principio les permite usurpar la autoridad política y espiritual. Un ejemplo en el Amazonas: un jefe indio comenta «este sacerdote vino aquí hace diez años trayendo consigo un barco; más tarde trajo un dispensario y después un aserradero. Para que siga viviendo aquí, ha llegado el momento de que nos dé otra cosa, ¿Podrías sugerirle que traiga láminas acanaladas para los tejados? Desde que nos instalamos aquí, han cortado todas las palmeras de los alrededores y no tenemos palmeras para renovar los tejados de las casas». Los misioneros no se dan cuenta que su poder proviene de sus donaciones, y cuando estas desaparezcan, su poder se desvanecerá y no quedará huella de sus pasos.

El economicidio consiste, por lo tanto, en destruir las bases económicas de reciprocidad de las comunidades, ya sea para imponer la privatización o para imponer la colectivización. Este economicidio es hoy el arma más secreta, pero tal vez la más eficaz, en todo caso la más maquillada de Occidente frente al llamado Tercer Mundo.

Ninguna copia libera

El hermano Reynaga del Kollasuyo dice: «El poder pensar con el cerebro propio es un requisito básico para fijar con precisión y claridad los objetivos liberadores por los cuales se lucha, se mata y se muere. Por ello toda liberación comienza despejando la confusión creada y alimentada por el opresor. Sólo la verdad libera. Existe todavía la confusión entre los movimientos del Tercer Mundo y la revolución europea, entre las luchas anticoloniales y la lucha de clases. La relación entre estas realidades y conceptos se perfila como el tema ideológico-político central para el futuro y debe ser analizado y resuelto por todo el pueblo oprimido y combatiente.

Por haber sufrido más de tres siglos de opresión europea sólo en su versión virreinal los pueblos indios confundieron la opresión monárquica con la opresión colonial. Creyeron que la caída del virrey era el fin de la opresión europea. Esta falta de claridad, como tenía que ser por fuerza, ayudó a las fuerzas enemigas de la libertad. Criollos y españoles, al percibir este error mayúsculo, se juntaron y formaron una sola fuerza: los ejércitos republicanos. Cayeron los virreinatos españoles y nacieron las repúblicas criollas. El eco de la triología francesa, «libertad, igualdad y fraternidad» se convirtió en los Andes en opresión, desigualdad y dictadura racial.

En los tiempos actuales la tragedia sufrida por los Andes se repite en mayor escala. La copia colonial de la Revolución francesa troncó la culminación victoriosa de la guerra anticolonial del indio en los Andes y Abya Yala (América). Hoy también en los Andes y en el mundo muchos confunden liberación anticolonial con internacionalismo clasista. Ambos conocen, respetan y sacralizan sólo a pensadores europeos. Por ello sus frases ideológicas son extranjeras. Así las «banderas de alianza-obrero-campesina-dictadura del proletariado», al cruzar el océano se convierten en mordazas para silenciar a los indios y negros rebeldes. El primer paso para liberarnos y para sobrevivir como planeta es ver al enemigo como realmente es. Como un todo homogéneo gracias a su aparente heterogeneidad, estable y permanente gracias a sus aparentes convulsiones, coherente gracias a sus aparentes contradicciones internas, unido y dinámico gracias a la interacción de sus diferentes partes. Los pueblos del tercer mundo y las naciones oprimidas nos liberaremos solamente si confrontamos al colonialismo en forma total, global, definida y definitivamente. Si lo golpeamos en su centro para golpear así a todos sus tentáculos al mismo tiempo.»

Dice un proverbio árabe: «Sé que tienes la fuerza para destrozar la piedra, pero tiraré un pañuelo al aire, para ver si puedes hacer lo mismo con él.»

* Mario Agreda. Resumen de Ekintza Zuzena n°31.