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Líderes afganos califican la ofensiva de EE.UU. de «imbécil y trágica»

Fuentes: Veterans Today/ICH

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El año pasado una serie de contratistas fueron expulsados de Afganistán por el infame vídeo que muestra a imbéciles desnudos involucrados en una ceremonia malsana. Lo que no sabíamos es que debe de haber sido la gente que planificó la ‘oleada’ estadounidense con el fin de estabilizar Afganistán, que suministró la inteligencia para el general McChrystal, que en realidad podrían haber escrito su informe. Altos dirigentes del pueblo afgano se refirieron a nuestra operación en la provincia Helmand con marines estadounidenses y tropas británicas. La llamaron «imbécil» y «trágica,» criticando casi cada aspecto como mal informado, desorientado o simplemente erróneo.

Los «Jirgas» (consejos) tribales, el verdadero gobierno de Afganistán, los verdaderos gobernantes de ese Estado fraccionado, apoyan una cosa ahora: que EE.UU. se vaya de Afganistán y librarse de Karzai, a quien ven no sólo como títere estadounidense sino como uno de los seres humanos más inútiles. No hay necesidad de escatimar las palabras. En realidad lo estoy haciendo. Sus verdaderas expresiones son mucho peores que cualquier cosa que se pueda imprimir, su furia, sus palabras y sus lágrimas.

UN ENORME DISPARATE

Las noticias salen de Afganistán. Cada acción que emprende EE.UU. llega a blogs de todo el mundo a través de una red de expatriados afganos que están en continua comunicación. Ya se sabe: Nuestra «invasión,» que combinó fuerzas afganas con estadounidenses y británicas, no se ha orientado en nada contra bastiones talibanes sino que más bien ha atacado áreas controladas por oponentes a Karzai que estaban dispuestos a negociar un gobierno legítimo.

Para el pueblo de Afganistán, el gobierno de Karzai fue establecido por extrema idiotez en primer lugar, por la incapacidad del gobierno de Bush de comprender que Afganistán no iba a ser gobernado por brutales señores de la guerra de la «Alianza del Norte» que son los enemigos étnicos de la mayoría de la población de Afganistán. El que se haya colocado al débil Mohammed Karzai como presidente y que se le haya apoyado mediante una elección fraudulenta sólo ha empeorado las cosas.

UTILIZACIÓN DE LA «CONTRAINSURGENCIA» PARA RECLUTAR TERRORISTAS

Estadounidenses, británicos y el «Ejército Afgano» simplemente no son muy buenos en muchas cosas. Afganistán lo ha demostrado. Parece que no somos capaces de ver la diferencia entre una planta de adormidera y el trigo, no podemos encontrar a Osama bin Laden, muerto o vivo, y no conocemos la diferencia entre un talibán y nuestro propio trasero. Los informes sobre las operaciones son claros. Nos las arreglamos para atemorizar, tratar brutalmente e indignar a cientos de miles de personas que no tienen nada que ver con los talibanes, o por lo menos no tenían nada que ver.

Ahora, «ellos» lo están repensando. Es el mensaje que se está recibiendo en todo el mundo.

Los dirigentes tribales dicen:

Tenemos a millones de jóvenes que llegan a la mayoría de edad. EE.UU. no se da cuenta de ello. Cada uno se convertirá en un combatiente con un propósito en la vida: liberar va su país y expulsar a los invasores extranjeros. Cada niño que ves será un soldado entrenado, con una Kalashnikov. Combatiremos un siglo si es necesario. Preguntad a Gran Bretaña, preguntad a Rusia, ellos lo saben.

¿Por qué tenía que venir EE.UU., unirse a elementos criminales, a señores de la guerra brutales, a asesinos en masa, a gente cuya única historia es brutalidad hacia su propia gente? ¿Por qué fue tan estúpido EE.UU. como para pensar que los respetaríamos cuando ellos y sus secuaces hacen llover las bombas sobre nuestros hijos?

LA ‘OLEADA’ FRACASADA EN IRAQ, LA AUTÉNTICA VERDAD

EE.UU. la llama «la oleada» o «el despertar suní.» De todos modos fue un engaño. El general Petraeus pagó millones en sobornos a señores de la guerra, en su mayoría suníes, y puso a los miembros de las milicias que combatían a EE.UU. en su nómina. Los combates se extinguieron, la mayor parte de las tropas estadounidenses se retiraron a áreas seguras y reivindicamos una victoria. ¿Qué logramos en realidad?

Bueno, años más tarde seguimos allí e Iraq se hace menos estable cada día que pasa. Los «dirigentes» que pagamos reconstruyeron el viejo partido baasista, ahora sin Sadam para dirigirlo; es simplemente una masiva organización criminal involucrada en asesinatos diarios, secuestros y en el crimen organizado. Creamos un país plagado por una mafia que construimos; ahora ya nadie pide que nos vayamos, todos están muertos de miedo.

Gracias, general Petraeus. Como con el general Westmoreland en Vietnam, «dirigimos las noticias» y «nos ajustamos al guión» pero nuestra estrategia fue una ficción, fue simplemente una manera de admitir el fracaso y mentir al respecto. Nos proponemos hacer exactamente lo mismo en Afganistán pero no era simplemente necesario que fuera así.

LO QUE PODRÍA HABER HECHO UN DIRIGENTE MILITAR COMPETENTE Y BIEN INFORMADO

Es difícil obtener buenas informaciones y tomar buenas decisiones si se está sentado en Kabul o Washington, rodeado de narcotraficantes y ladrones, incluso por gente peor en Kabul. Todos los contactos tienen sus propias intenciones, todos mienten. ¿Quiénes son nuestros consejeros? Bueno, en primer lugar, todo el mundo sabe que la familia de Karzai ayuda a dirigir el mayor cártel de droga del mundo. De hecho, el mayor proyecto civil que EE.UU. ha hecho en Afganistán fue la reparación de una represa que produce electricidad para Kandahar, una represa que también suministra irrigación para la mayor parte de los cultivos de opio de Afganistán. Estadounidenses mueren para proteger su seguridad. «No se preocupen, ninguna planta de adormidera será dañada al componer este cuadro.»

EE.UU. tuvo la oportunidad de sentarse con Pakistán y otras potencias regionales, algunas con las que no hablamos, y presentar una solución económica que podría asegurar una estabilidad duradera para las regiones tribales que están primordialmente dentro de Pakistán. No comprendimos que 25 millones de pastunes viven al otro lado de la frontera en Pakistán. Con la ayuda correcta para Pakistán, los programas económicos y el liderazgo adecuado, se podría haber ayudado a ambos países y se podría salvar vidas, tal vez millones de vidas, sin invertir miles de millones de dólares inútiles en los bolsillos de contratistas de la defensa que plagan las salas del Congreso, algunos con la arrogancia y la flagrante insensibilidad de nuestros actuales dirigentes elegidos.

IMRAN KHAN DE PAKISTÁN, EL ÚNICO DIRIGENTE RESPETADO DE LA REGIÓN

Si se combinan a Michael Jordan, Antonio Banderas y a John F. Kennedy se obtiene a Imran Khan, o por lo menos es cómo muchos en Afganistán y Pakistán lo ven. Cricket es «el» deporte en Pakistán y él es el jugador más famoso en la historia de ese juego. También es un dirigente político, sincero, carismático y en un país donde la mayor parte de los demás dirigentes son punjabíes o sindhis, Khan es pastún.

Khan es conocido por sus francos comentarios en los que advierte a Occidente contra el extremismo islámico y propugna el desarrollo económico en lugar de soluciones militares que según Khan sólo alimentan el terrorismo. Khan dice:

Mi generación creció en tiempos en los que el trauma colonial estaba en su apogeo. Los de nuestra generación mayor habían sido esclavos y tenían un inmenso complejo de inferioridad ante los británicos. La escuela a la que fui era similar a todas las escuelas de elite en Pakistán, que a pesar de la independencia producían, y siguen produciendo, réplicas de muchachos de las escuelas privadas inglesas en lugar de paquistaníes. Leí a Shakespeare, lo que estaba bien, pero no a Alama Iqbal.

La clase islámica no se consideraba seria, y cuando abandoné la escuela me consideraban parte de la elite del país porque podía hablar inglés y usaba ropa occidental. A pesar de gritar periódicamente Pakistan Zindabad en funciones en la escuela, consideraba atrasada mi propia cultura y al Islam una religión obsoleta.

En nuestro grupo, si alguien hablaba de religión, oraba o portaba barba, era inmediatamente calificado de mullah. Debido al poder de los medios occidentales, todos nuestros héroes eran estrellas de películas de vaqueros o de la música pop.

En la Universidad no sólo el Islam, sino todas las religiones, se consideraban un anacronismo. La ciencia había reemplazado a la religión y si algo no se podía probar mediante la lógica, era la demostración de que no existía. Todo lo sobrenatural se limitaba a las películas… Además, la historia europea había tenido una terrible experiencia con la religión. Los horrores cometidos por el clero cristiano en nombre de Dios durante la Inquisición habían dejado un poderoso impacto en la mente occidental.

Para comprender por qué Occidente insiste tanto en el secularismo, hay que ir a sitios como Córdoba en España y ver los aparatos de tortura utilizados por la Inquisición española. También la persecución de científicos como heréticos por el clero convenció a los europeos de que todas las religiones son regresivas.

Sin embargo, el mayor factor que alejó a gente como yo de la religión fue el Islam selectivo practicado por la mayoría de sus predicadores. En otras palabras, había una inmensa diferencia entre lo que practicaban y lo que predicaban. También, en lugar de explicar la filosofía tras la religión, se ponía un énfasis exagerado en los rituales.

Pienso que los seres humanos son diferentes de los animales. Mientras que a éstos se les puede adiestrar, a los seres humanos hay que convencerlos intelectualmente. Por eso el Quran constantemente apela a la razón. Lo peor, por cierto, era la explotación del Islam para obtener ventajas políticas por parte de diversos individuos o grupos.

De ahí, fue un milagro que no me haya convertido en ateo. El único motivo por el que no lo hice fue la poderosa influencia religiosa ejercida por mi madre desde mi infancia. Seguía siendo musulmán no tanto por convicción como por amor a ella.

En primer lugar, el complejo de inferioridad heredado por mi generación desapareció gradualmente mientras me desarrollaba como atleta de clase mundial. Segundo, tenía una singular posición de vivir entre dos culturas. Comencé a ver las ventajas y desventajas de ambas sociedades.

En las sociedades occidentales las instituciones eran fuertes mientras se derrumbaban en nuestro país. Sin embargo, existía un área en la cual éramos y seguimos siendo superiores, y es nuestra vida de familia. Solía observar la soledad de los pensionados mayores en el campo de Hove Cricket (durante mis años en Sussex). ¡Imagínense! ¡Enviar a sus padres a residencias de ancianos!

Incluso los niños no tenían allí el tipo de amor y calor con los que crecimos aquí. Se pierde por completo la manta de seguridad que provee un sistema de familia conjunta. Sin embargo, comencé a comprender que la mayor pérdida en la sociedad occidental es que al tratar de liberarse de la opresión del clero sacaron de sus vidas a Dios y a la religión.

EL PAPEL DE KHAN

Con el derrumbe del gobierno civil en Pakistán en medio del escándalo y con un gobierno en Kabul que controla una pequeña parte del país y del que desconfía la vasta mayoría de sus ciudadanos, y con la OTAN, dirigida por EE.UU., temerosa ante el terrorismo y el extremismo islámico, Khan es el único individuo bien conocido que cuenta con la confianza y el respeto del Islam y de EE.UU., y sin embargo es conocido por su franca independencia. Khan no ha sido un amigo de EE.UU., todo lo contrario. Ha sido uno de los mayores críticos de EE.UU. en una época conocida por los mayores fracasos de ese país.

Su papel duro de resistencia a Occidente y a fuerzas corruptas en su propio país, y sus fuertes vínculos con Afganistán lo convierten en la clave vital para terminar el ciclo de terrorismo y extremismo en la región, una región cuyo potencial para conflicto puede ser mucho más amenazante que la actual guerra en Afganistán.

Las tensiones entre India y Pakistán han aumentado a diario, mientras se acusan mutuamente de patrocinar a grupos terroristas. Ataques terroristas, tiroteos, atentados con bombas, ocurren a diario en Pakistán e India y siguen aumentando. Las dos potencias nucleares regionales, ambas aliadas de EE.UU., están en una situación de continua «preparación para la guerra.»

ENCONTRAR AL ENEMIGO CORRECTO

Actualmente, ningún dirigente respetado en Afganistán hablará bajo ninguna circunstancia a un dirigente militar o diplomático estadounidense. EE.UU. cree que está negociando con los talibanes y que avanza siguiendo un «plan», pero opera según una serie de conceptos erróneos. Nunca se permitirá que fuerzas no islámicas operen en Afganistán. Sólo causarán levantamientos tribales, crearán terrorismo, no lo eliminarán. Es extraño que dirigentes como el general McChrystal, quien lo sabe perfectamente, siga ignorando intencionalmente ese hecho.

Las regiones fronterizas entre Afganistán y Pakistán son áreas sin ley que pueden servir de refugio a terroristas extranjeros y que lo han hecho. Nunca sabremos cuán limitada es la cantidad. En la misma región también viven millones de personas que pueden ser insurgentes armados y «yihadistas» radicalizados o vivir en una paz relativa, en gran parte dependiendo de factores que ahora están controlados por EE.UU.

VIVIENDO CON LOS ERRORES DEL PASADO

En los años ochenta, cuando el gobierno pro soviético de Kabul pidió ayuda rusa contra la oposición tribal, EE.UU. intervino, armando a insurgentes muyahidín, exactamente la misma gente a la que combatimos ahora, la misma gente, los mismos dirigentes, las mismas creencias, sólo una generación más adelante. Cuando tuvimos una oportunidad de ir a Afganistán como amigos después de la retirada de las fuerzas rusas y construir una nueva economía por unos centavos, no nos interesó. La Unión Soviética se había derrumbado y perdimos interés. Ahora estamos pagando esos errores.

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Gordon Duff es marine veterano de Vietnam, 100% discapacitado. Ha sido diplomático de la ONU, contratista de la defensa y un experto ampliamente publicado sobre temas militares y de defensa. Es activo en la industria financiera y especialista en comercio global. Gordon Duff actúa como asesor político y económico para varios gobiernos en África y Oriente Próximo.

Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article24677.htm