Suiza ha dado un paso más para tratar de luchar contra su imagen de país protector del dinero de los dictadores al anunciar la devolución a la República Democrática del Congo de la fortuna depositada en cuentas helvéticas por Mobutu Sese Seko, fallecido en setiembre de 1997, poco después de ser derrocado. En su visita […]
Suiza ha dado un paso más para tratar de luchar contra su imagen de país protector del dinero de los dictadores al anunciar la devolución a la República Democrática del Congo de la fortuna depositada en cuentas helvéticas por Mobutu Sese Seko, fallecido en setiembre de 1997, poco después de ser derrocado.
En su visita oficial al país africano la semana anterior, la presidenta helvética, Micheline Calmy-Rey, aseguró a su homólogo congolés, Joseph Kabila, que se restituirán de forma inmediata los 8,3 millones de francos (unos cinco millones de euros) que Suiza tiene bloqueados desde 2003.
Es una más de las acciones que últimamente han emprendido las autoridades helvéticas para combatir esa imagen ampliamente extendida de que en Suiza se encuentra todo el dinero negro del mundo, tópico sobre el cual han abundado best-sellers como «El Código Da Vinci», de Dan Brown, o la última película de James Bond, «Casino Royale».
En los últimos cuatro años, las autoridades helvéticas han restituido en torno a 1.600 millones de dólares de procedencia ilícita pertenecientes a dictadores o políticos corruptos y han desarrollado mecanismos para detectar el dinero negro, según informaron a Efe fuentes del Gobierno.
Históricamente, Suiza ha sido cobijo de grandes fortunas, principalmente por las singulares condiciones que ofrecen sus bancos, como el secreto bancario, aunque, según el asesor legal del ministro de Asuntos Exteriores suizo, Paul Seger, ese concepto «de ninguna manera protege el dinero ilícito».
No obstante, han sido muchos los casos de corrupción en los que los procesados han guardado grandes sumas de dinero en bancos suizos, como es el caso del dictador nigeriano Asini Abacha o del filipino Ferdinand Marcos, así como de Vladimiro Montensinos, el polémico asesor gubernamental del ex presidente de Perú Alberto Fujimori.
Para evitar esos fenómenos, se han introducido numerosas reglas de control sobre la procedencia de los fondos que deben aplicar los intermediarios financieros y las entidades bancarias, sobre todo cuando se trate de líderes políticos extranjeros.
Asimismo, se han llevado a cabo numerosas restituciones, entre ellas las de Montesinos, Abacha y Marcos, una tarea que en muchos ocasiones ha sido ardua y llena de complicaciones, tanto por las lagunas legales que tiene la legislación suiza como por la poca colaboración que ofrecen las autoridades del país víctima del delito.
Sólo bloqueo
La inmunidad que tienen algunos ex dictadores, así como las débiles infraestructuras judiciales que presentan algunos estados impiden que se pueda hacer una restitución eficaz, según Paul Seger. Además, el Gobierno suizo no tiene el poder legal para incautarse de los fondos de líderes corruptos, sino que sólo los puede bloquear temporalmente, lo que limita su poder de actuación.
Para el asesor ministerial, «la restitución del dinero ilícito no sirve de nada si las cantidades devueltas desaparecen en oscuros bolsillos para ser de nuevo recicladas en otros círculos financieros internacionales».
Es lo que podría suceder en el caso de los cinco millones de dólares del ex dictador haitiano Jean Claude Duvalier, sobre los cuales Suiza mantiene un bloqueo que expirará el próximo setiembre, lo que permitirá que sus familiares los recuperen.
Suiza no ha logrado la restitución de esos fondos al Gobierno de Haití, como era su intención, porque las autoridades judiciales del país caribeño no han entregado pruebas de que esos fondos tengan origen criminal.
En cambio, sí consiguió una buena salida a los 84 millones de dólares bloqueados tras un caso de corrupción en Kazajistán, que irán destinados a un fondo especial para los niños más desfavorecidos de ese país.
En su visita a la República Democrática del Congo, Micheline Calmy-Rey explicó a Joseph Kabila cómo proceder para recuperar «los millones de Mobutu» e insistió en que espera encontrar «rápidamente» una solución. Sin embargo, la entrega hace unos años de cerca de 500 millones de dólares de fondos «robados» por el ex dictador de Nigeria, Sani Abacha, por parte de Suiza demostró ser un proceso a la vez lento y legalmente complicado.
Se estima que los millones de las cuentas suizas congeladas representan un pequeña parte de la fortuna robada por el ex dictador de Zaire y su familia. Las autoridades congoleñas esperaban encontrar varios miles de millones de dólares de los fondos de Mobutu sólo en cuentas en los bancos suizos y, por lo tanto, se vieron decepcionados cuando conocieron los números oficiales suizos de «sólo» 8,3 millones de francos.