La isla antillana de Martinica, paralizada por una huelga general en contra de alto coste de la vida desde el cinco de febrero, temía ayer un empeoramiento de la situación y que se repitieran los disturbios de las dos últimas noches, mientras en Guadalupe, en la misma situación desde el 20 de enero, se […]
La isla antillana de Martinica, paralizada por una huelga general en contra de alto coste de la vida desde el cinco de febrero, temía ayer un empeoramiento de la situación y que se repitieran los disturbios de las dos últimas noches, mientras en Guadalupe, en la misma situación desde el 20 de enero, se estaba cerca de alcanzar un principio de acuerdo en torno a la subida salarial de 200 euros.
Tras dos días de saqueos y motines en Martinica, a donde se envió un centenar de gendarmes antidisturbios de refuerzo, el prefecto Ange Mancini hizo un llamamiento a la calma, calificando la situación de «extremadamente grave», y auguró un «drama» si la situación persiste. También instó al colectivo «5 de febrero» a levantar el bloqueo de las zonas industriales.
En Guadalupe, representantes del Estado, la patronal y el colectivo intersindical LKP estaban a punto de lograr un principio de acuerdo que ponga fin a la protesta que paraliza la isla, pero los huelguistas denunciaron que la «intransigencia» de la patronal Medef impide el pacto.
París acogerá hoy un acto de solidaridad con estas islas antillanas al que acudirán sindicatos de Euskal Herria, Països Catalans, Corsica, Bretaña, Marti- nica y Guadalupe.