El clima de protesta en Perú se eleva ante las políticas que adelanta el gobierno del presidente Alan García, consideradas por la masa obrera como «neoliberales». Miles de trabajadores peruanos marcharon este jueves en la ciudad de Lima hasta llegar al Congreso para exigir respeto a los derechos laborales, salarios justos y rechazar la implementación […]
El clima de protesta en Perú se eleva ante las políticas que adelanta el gobierno del presidente Alan García, consideradas por la masa obrera como «neoliberales».
Miles de trabajadores peruanos marcharon este jueves en la ciudad de Lima hasta llegar al Congreso para exigir respeto a los derechos laborales, salarios justos y rechazar la implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
La movilización convocada por la Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP) reunió a miles de obreros quienes exigieron al gobierno del presidente Alan García que actúe en contra de las empresas privadas, transnacionales de la minera y el sector textil, que no ofrecen un salario justo y no permiten a los trabajadores organizarse en sindicatos.
La presidenta de la CGTP, Carmela Sifuentes, explicó que la marcha hasta el Congreso es motivada a que las empresas privadas vienen incumpliendo los acuerdos laborales.
«Las empresas privadas no han cumplido los acuerdos que buscan salarios adecuados, así como los concernientes a los horarios atípicos que cumplen los trabajadores», señaló la dirigente gremial.
Otro dirigente de la CGTP, Oscar Alarcón Delgado, dijo que «este Gobierno en una clara alianza con los empresarios (…) No quieren el cambio favorable de los trabajadores».
El corresponsal de TeleSUR en Lima, Alonso Gamarra, detalló en su reporte que las principales demandas de los gremios laborales movilizados apuntan a promesas incumplidas por el presidente Alan García.
«Antes de entrar al Gobierno (Alan García) dejó bien claro que se iban a cumplir las ocho horas laborables de trabajo, que se iba a respetar el derecho al obrero. Sin embargo, trabajamos más de doce horas diarias, trabajamos domingo y feriados, y no se cumple», expresó Débora Tapia Vicente, dirigente textil.
Por su parte, los representantes del partido de Gobierno admitieron que muchas de las promesas electorales no han podido ser concretadas, sin embargo, explicaron que la responsabilidad no es del Presidente.
Según el congresista de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Wilder Calderón » el doctor Alan García quisiera que todo lo que él proponga se hiciera de acuerdo a su oferta electoral pero recuerde que acá en el Congreso de la República el partido de Gobierno no tiene mayoría absoluta».
«Medios peruanos buscan silenciar el rechazo»
Pese a la magnitud del evento, los manifestantes denunciaron el silenciamiento por parte de los medios de comunicación local, que decidieron restarle importancia a esta movilización en contra de las políticas impulsadas por el gobierno peruano.
Según los participantes de la protesta, la mayoría de los canales de televisión decidieron fijar sus cámaras en la actividad que grupos de derecha decidieron realizar a las afueras de la embajada de Venezuela en Perú.
Daniel Vásquez, trabajador sindicalizado indicó que «en este momento acá hay diez mil trabajadores o cerca de diez mil. Solamente ustedes están cubriendo esta movilización tan enorme», aseguró en referencia al equipo de TeleSUR.
La manifestación en la embajada que reunió a unos 200 periodistas peruanos fue con el objetivo de expresar el rechazo a la decisión soberana del gobierno venezolano, de no renovar la licencia de la televisora opositora RCTV.
La protesta fue convocada por la Sociedad Nacional de Radio y Televisión de Perú, bajo las consignas: «Sin libertad de prensa no hay democracia» y «Ni silenciosos, ni silenciados».
Por su parte un grupo de 700 personas aproximadamente, quienes expresaron estar de acuerdo con al decisión del gobierno venezolano, decidió contrarrestar la medida opositora.
Entre tanto, el Congreso peruano rechazó este jueves una moción para «protestar oficialmente por la salida del aire de la televisora venezolana RCTV», que había sido presentada por la oposición conservadora.