El capitalismo, lejos de ser un sistema económico justo, exhibe a diario su indignante e inhumano rostro con hechos tales como el tráfico de seres humanos en calidad de esclavos y de mercancía, en pleno siglo XXI. Hoy en día, de acuerdo con la británica Walk Free Foundation, 29.8 millones de seres humanos son víctimas […]
El capitalismo, lejos de ser un sistema económico justo, exhibe a diario su indignante e inhumano rostro con hechos tales como el tráfico de seres humanos en calidad de esclavos y de mercancía, en pleno siglo XXI.
Hoy en día, de acuerdo con la británica Walk Free Foundation, 29.8 millones de seres humanos son víctimas de este «negocio», que genera ganancias por el orden 32 mil millones de dólares, la actividad ilegal más lucrativa después del tráfico de drogas y de armas.
El tráfico de seres humanos se produce bajo los siguientes esquemas: Trata de personas para someterlas a trabajo forzado, la explotación sexual y el tráfico de órganos.
Estos seres humanos son secuestrados en las naciones más pobres de África, América Latina y de Europa Occidental, y en su mayoría son mujeres y niños. La mitad de las víctimas no alcanza los 18 años, y del 15% al 20% son niños. Las dos terceras partes son mujeres y el 79% de ellas son sometidas a la explotación sexual.
Según el Informe de la Globalización del Crimen publicado por la Oficina contra la droga y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC), los principales países de destino para la explotación sexual de víctimas de la trata que provienen de Suramérica, son: España,Italia, Portugal, Francia, Países Bajos, Alemania, Austria y Suiza.
De acuerdo con ese informe estas personas son deshumanizadas, para tener un trato de mercancía, manejados como esclavos y mano de obra barata. Forzados a trabajar en condiciones miserables, mediante amenazas psicológicas y físicas, imponiéndole restricciones a sus movimientos, mayormente engañados a aceptar un préstamo obligados a pagarlo con trabajo en condiciones paupérrimas para saldar una deuda que quizás jamas como en muchos casos lleguen a pagar, denotando la transformación del eslavismo presente en sistema capitalista en pleno siglo XXI, haciendo mas despreciable esta abominación.
Los principales propulsores incursos en esta actividad son países ricos y de corte capitalista, tal es el caso de Estados Unidos, donde son trasladados entre 45.000 y 50.000 personas anualmente.