«Nosotros somos como los granos de quinua si estamos solos, el viento lleva lejos. Pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento. Bamboleará pero no nos hará caer» (Dolores Cacuango) Las nacionalidades y pueblos indígenas tenemos este domingo una importante batalla política y social. El triunfo de uno u otro candidato va […]
«Nosotros somos como los granos de quinua si estamos solos, el viento lleva lejos. Pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento. Bamboleará pero no nos hará caer» (Dolores Cacuango)
Las nacionalidades y pueblos indígenas tenemos este domingo una importante batalla política y social. El triunfo de uno u otro candidato va a definir el escenario para la defensa y el respeto de nuestros derechos y también va influir de manera importante en el futuro de nuestras organizaciones.
En la primera vuelta electoral, el triunfo de Álvaro Noboa de la derecha fue acompañado de los «triunfos» provinciales de Sociedad Patriótica de los hermanos Gutierrez. «Ganaron» en todas las provincias de la amazonia y en la mayoría de la sierra, donde perdió Luís Macas (No el movimiento indígena), obteniendo a nivel nacional el 2,19%. Rafael Correa no logró ganar las elecciones en la primera vuelta como esperábamos muchos. Nos sorprendió el triunfo de Sociedad Patriótica en la sierra, aunque lo esperábamos en la amazonia. Correa ganó en Imbabura, en Azuay y en Loja, entre otras provincias. En Imbabura está uno de los núcleos más fuerte del movimiento indígena que tuvo un papel central en las protestas contra la firma del TLC en marzo pasado. Y en Azuay está el Seguro Social Campesino, que apoyó de manera decidida a Rafael Correa desde el inicio. El hecho cierto es que la mayoría de los indígenas y lideres organizados en la CONAIE, votamos por Rafael Correa. No se puede caer en el facilismo de decir que todo se debió al fraude, o incluso a un mal candidato designado por la cúpula «indígena». Hay una crisis más profunda que ha contribuido a ponernos como país y como pueblos indígenas frente al peligro de que la extrema derecha gane las elecciones y lleve a Ecuador a la violencia y el caos. Solo el equipo de campaña de Macas, pueden decir algo tan absurdo como que el 2,19% que obtuvieron «ayudó a fortalecer una identidad popular, cultural y de izquierda», para pretender ocultar la profundidad de la crisis de liderazgo del movimiento indígena y las graves responsabilidades de quienes impulsaron al juego electoral y las responsabilidades que tenemos los intelectuales y dirigentes indígenas en no hacer lo suficiente por enfrentar a este grupo y superar esta crisis.
El tercer lugar del Partido Sociedad Patriótica, evidencia esa falta de liderazgo del movimiento indígena y las responsabilidades nuestras. Primero porque no se denunció el dinero que recibieron algunos dirigentes para dividir a las organizaciones en la sierra, la costa y la destrucción de la CONFENIAE, en el gobierno de Lucio Gutiérrez. Segundo y lo mas grave es que no se dio el apoyo necesario y eficaz a los dirigentes honestos de las nacionalidades y las federaciones que enfrentaron a las políticas petroleras, mineras y a la misma mafia indígena en la Amazonía, invirtiendo todo el tiempo en campañas electorales, creyendo que el poder se toma llegando a la Presidencia, lo cual es totalmente falso.
El clientelaje es el principal problema que estamos afrontando con cara a la segunda vuelta electoral. Durante el régimen de Gutiérrez, se desarrollo toda una red de clientelaje y corrupción, bajo la modalidad de falsos proyectos en el Ministerio de Bienestar Social – MBS, en CODENPE y en ECORAE entre otros. Millones de dólares que fueron entregados a varios «dirigentes indígena», que hoy son los principales aliados de Noboa en la segunda vuelta. Se ha destruido prácticamente a la CONFENIAE. La dinámica electoral está llevando por el mismo camino a la CONAIE, ECUARUNARI y CONAICE. Un proceso que no solo se esta dando en Ecuador sino en toda la región como lo muestra la división de la COICA.
Frente a los resultados de la primera vuelta, ha habido una amplia movilización en todas las provincias en especial de la sierra y la amazonia. En la ciudad de Quito como en otras ciudades hay una gran movilización social, y de la misma manera en nuestras comunidades. Se han impulsado talleres de discusión, asambleas en las comunidades, para tomar una posición firme para la segunda vuelta y acordar las medidas necesarias para evitar que se repita el fraude de la primera vuelta. Impedir la compra de votos, la alteración de los resultados en las mesas, poniendo vigilancia en todos los lugares que se pueda. Lamentablemente y hay que decirlo, el compañero Macas mediante nuevas maniobras «regresó» a la Presidencia de la CONAIE. Pero luego de eso, el «indiscutible e histórico líder» se fue del país (a los EEUU según diferentes versiones), en lugar de apoyar el esfuerzo de las federaciones provinciales para impedir el triunfo de la derecha.
Cuales son los escenarios posibles con los resultados de la segunda vuelta.
Si gana Rafael Correa, el movimiento indígena tenemos una responsabilidad muy importante. La convocatoria a la consulta para respaldar la convocatoria a la Asamblea Constituyente sería la primera medida del nuevo gobierno. Junto con la aprobación también de un nuevo estatuto electoral democrático para lograr una amplia participación de todos los sectores sociales. Se van a oponer ferozmente El TSE, el nuevo Congreso Nacional, el Tribunal Constitucional, Corte Suprema y toda la Institucionalidad del Estado capturados por la partidocracia y solo la más amplia movilización social podrá darle fuerzas a ese nuevo gobierno, y evitar que el país caiga en una situación de caos político como va pretender la derecha y los EEUU.
Si gana Noboa, contará con la alianza del Partido Sociedad Patriótica, para destruir al movimiento indígena y hará funcionar la «aplanadora» PRIAN, PSP, PRE, PSC para continuar un programa neoliberal. Se avanzará de manera decidida en la privatización del agua como esta sucediendo en algunas provincias como Tungurahua, Pichincha e Imbabura, entre otros. Seguirán las invasiones de los territorios indígenas de parte de las petroleras, mineras y ONGs «ambientalistas». Para eso necesitan neutralizar la respuesta de las nacionalidades y pueblos indígenas y eso pasa por destruir las federaciones y CONAIE, como lo han hecho con la CONFENIAE. Van a volver las prácticas de comprar dirigentes, corromperlos o amedrentarlos para que no se opongan o peor aún sean sus cómplices. Tendrán todos los recursos del Estado y de las compañías petroleras como en la época de Gutiérrez para hacerlo, además del apoyo de los aparatos de inteligencia militar y de los EEUU. Sus medidas populistas se basarán en entregar dinero a las comunidades para acciones no productivas sin mayor control para extender la corrupción. Lo podrán hacer porque entre otras cosas, desde la caída de Gutiérrez, no se hizo nada para castigar a los dirigentes corruptos (y hoy hacen campaña por Noboa), ni se establecieron mecanismos de prevención alguna.
El TLC a la luz de los resultados electorales en los EEUU no será fácil de firmar, aun que así lo quiera Noboa. Pero acordará otras medidas con los EEUU, para garantizar las «inversiones» de las compañías petroleras y mineras y así asegurar que sean intocables (Y no se repita el caso de la salida de la OXY). Llevará adelante nuevos negociados con la banca para volver a saquear el dinero de todos los ecuatorianos. La contaminación en la amazonia continuara. Nos involucrarán en el Plan Colombia, para lo que contará con la renovación de la ayuda militar de los EEUU como fue anunciado hace unos días. Y como a pesar de todo esto, habrá mucha resistencia de parte de las comunidades, pueblos, nacionalidades indígenas, la respuesta será la represión más brutal usando los métodos de la guerra sucia que ya vimos en la época de Bolívar Gonzáles y que Noboa ha usado contra los trabajadores de sus empresas.
En cualquiera de esto escenarios, es fundamental que logremos una renovación profunda de la CONAIE y el fortalecimiento de nuestras organizaciones. Eso exige una amplia coordinación de los dirigentes de la costa, la sierra y la amazonia que no están comprometidos ni con el clientelaje y la corrupción de la mafia indígena, ni con los intereses de Luís Macas, su universidad y sus asesores. Esa discusión no la pueden evitar más. Controlan el aparato (y lo han inmovilizado para enfrentar a Noboa), pero no tienen el apoyo en nuestras comunidades. Debemos discutir con transparencia nuestros errores y llevar adelante prácticas distintas. Resolviendo problemas en nuestros comunidades, pueblos y nacionalidades. Estableciendo parámetros de eficiencia y eficacia tanto de parte de las instituciones del Estado (en especial las indígenas), como de la acción de nuestras organizaciones autónomas, para lograr un desarrollo productivo sostenible que es la única garantía para el respeto de nuestros derechos y un mejor futuro para nuestros hijos. La experiencia nos muestra que solo siendo fuertes de espíritu podremos usar nuestros conocimientos para beneficio de nuestras familias y nuestros pueblos. Y eso se ve en la vida cotidiana, no en los discursos de los viejos o nuevos políticos tradicionales.
No va ser fácil, porque algunos «líderes» se hayan debilitado, pero como demostramos en marzo en la lucha contra el TLC, tenemos mucha fuerza que viene de nuestra propia identidad. De esa riqueza y esa diversidad que los Kichwa, de los Shuar, de los Tsachilas, de los Achuar, de los Cofán, de los Secoya, de los Huaorani, de los Chachis, de los Awas y de todas las nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador.
Porque nuestros espíritus se juntan a la tierra, al agua, al viento, y estamos unidos con nuestros padres e hijos luchando por ser cada vez más libres y plenos.
* Raúl Llasag Fernández. Kichwa de la Comunidad Cobos, filial de la CONAIE