De África poco se habla. Es un continente casi olvidado ,incluso por la mayoría de aquellos que luchan contra la barbarie imperialista que amenaza a la humanidad. Pero África esta presente en las grandes luchas de nuestro tiempo. Dos acontecimientos importantes vienen a confirmar la participación creciente de los africanos en el combate al imperialismo […]
De África poco se habla. Es un continente casi olvidado ,incluso por la mayoría de aquellos que luchan contra la barbarie imperialista que amenaza a la humanidad.
Pero África esta presente en las grandes luchas de nuestro tiempo. Dos acontecimientos importantes vienen a confirmar la participación creciente de los africanos en el combate al imperialismo y en rechazo de la globalización capitalista, el flagelo que un sistema de poder monstruoso intenta imponer en el desarrollo de una estrategia de dominación planetaria.
Bamako, la capital de Malí, fue la sede del VI Foro Social Mundial, del 19 al 23 de Enero, que precedió al de Caracas, iniciado el 24 del mismo mes. El día 18, también en Bamako, promovida por el Foro del Tercer Mundo, por el Foro de las Alternativas y por el Foro para Otro Malí, hubo una jornada internacional con características inéditas. Fue de cierta manera un prologo al Foro.
Casi una centena de personalidades progresistas, venidas de Europa, de Asia, de América y de diferentes países africanos se reunieron para debatir temas indisociables de una intensificación de la lucha contra el imperialismo y de reconstrucción de solidaridad real de los pueblos del Sur, en fidelidad al espíritu de la Conferencia de Bandung cuyo 50 aniversario se conmemoraba.
La necesidad de pasar del rechazo al neoliberalismo y de la condenación de las acciones criminales del imperialismo a acciones inmediatas que traduzcan la conciencia del peligro mortal que amenaza la propia continuidad de la vida en la tierra marco la atmósfera de las intervenciones en las diez mesas redondas realizadas después de la sesión plenaria. Muchas propuestas interesantes fueron formuladas en los trabajos en la perspectiva de la construcción de un mundo multipolar autentico que responda a las aspiraciones permanentes de la condición humana.
Temas como la retirada de los ejércitos de EEUU de Irak y de Afganistán, el desmantelamiento de las bases militares y de los campos de prisioneros, la disolución de la OTAN, la gestión democrática de las sociedades, la gestión de los recursos naturales, la construcción del frente unitario del trabajo, la perversión y el control del sistema mediático mundial y la organización económica de la globalización alternativa merecieron atención especial.
Samir Amin, que fue con el belga Francois Houtart y el francés Remy Herrera, el gran arquitecto de la Jornada Internacional del día 18, definió con claridad el espíritu de los objetivos a abordar por las iniciativas de Bamako. Se trata de pasar a la elaboración de una conciencia social a la construcción de un actor social.
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea del Poder Popular de Cuba, fue saludado con una cariñosa ovación.
Un Foro Diferente
La apertura de los trabajos del Foro fue precedida de un desfile por las calles de Bamako. Más de diez mil personas participaron en esa manifestación. Gente llegada de los cuatro puntos del mundo, hombro con hombro con los malianos, contribuyo para la atmósfera internacionalista. Hasta Tuaregs del desierto, montados en sus camellos, se integraron en la manifestación que terminó en el Estadio Nacional donde la Comisión Maliana del Foro promovió un espectáculo bellísimo de canto y danza, iniciado con una vibrante salutación de la juventud a los participantes extranjeros.
Los temas constantes del programa del Foro fueron debatidos en múltiples lugares, desde el Centro de Conferencias Internacionales, la Universidad, la Biblioteca Nacional, los Museos, Palacio de la Cultura, etc.
Los grandes problemas que preocupan a la humanidad en el contexto de la actual crisis de civilización resultante de la globalización neoliberal y de la estrategia imperial de ella inseparable fueron discutidos durante tres dias. De todo se hablo, desde las criminales guerras «preventivas» de los EEUU, la defensa del ambiente, las cuestiones de la agricultura y el trabajo. La América Latina, el Medio Oriente, la China, el rumbo de la Unión Europea, multiples desafios colocados por la marginación de África sucitaron debates muy participativos en las oficinas dedicadas a esos asuntos.
Como es la tradición, no hubo Declaración Final. Más, por iniciativa del Foro del Tercer Mundo y del Foro de las Alternativas, fue lanzado despues de la clausura de los trabajos, el Llamado de Bamako, suscrito por los representantes de decenas de organizaciones presentes.
En ese documento- ya publicado en Rebelion- se afirma la voluntad de construir la solidaridad de los pueblos de Asia, de África, de Europa y de las Americas frente a los desafios del desarrollo del Siglo XXI, y un consenso político, economico y cultural alternativo a la globalización neoliberal y militarizada y al hegemonismo de los EEUU y sus aliados. Segun la organización maliana, aproximadamente 30 000 personas participaron en el Foro.
Atmosfera humanista en un país olvidado
La selección de Bamako para sede del Foro Social Mundial sorprendio a millones de personas.
Mali es un país de África Occidental, simultaneamente enorme y muy pobre. Con una superficie de 1 240 000 km2, casi igual a la del Peru, tiene una población de 14 millones, oriunda de muchas etnias, concentrada en las zonas de sabana, semihumedas, del Sur. El resto, cuatro quintas, es arido o desertico, cubriendo una amplia faja del Sahara.
Un rio gigante, el Niger, con 4200 kilometros, es el pulmon de esta tierra olvidada.
Olvidada, pero con una grande historia. El Mali fue el inicio de los imperios medievales de África Sub sahariana. Islamizado muy temprano -90% de los habitantes son musulmanes- por pregonadores venidos en el Siglo XI del Maghreb- fue allí que se construyeron los primeros estados organizados del Bafour, nombre originario de África ocidental. Los cronistas arabes le llamaban Bilad Sudao, «el país de los negros», famoso por el espiritu guerrero de los habitantes.
Los contactos con el Egipto y con los estados del Maghreb contribuyeron decisivamente para que en el Sahel subsahariano surgiesen imperios medievales donde florecieron -la opinión es del eminente historiador Joseph Ki Zerbo- las civilizaciones de la «grande epoca de África Negra». Tres de esos imperios, el de Mali, el de Gahna y el de Songhay tuvieron por epicentro las tierras del valle del Niger pobladas por tribus islamizadas del antiguo Sudan Occidental. Ciudades como Tomboctu y Gao fueron entonces centros culturales de prestigio mundial y polos del comercio caravanero con el Mediterraneo y el Oriente. De la region salio más oro durante la edad media que de México despues de la conquista española.
Allí nacieron y lucharon contra todos los conquistadores extranjeros personajes cuyos nombres figuran hoy en el panteon de los heroes de África: Sundjata, el fundador del imperio de Mali, en el siglo XIII; Kankan Moussa, el emperador en la Edad Media se impuso como poderoso interlocutor a los arabes, Soni Ali Ber, el creador del imperio del Songhay, desmantelado en el final del siglo XVI, y Samory Toure, el jefe que durante dos decadas resistio a la ocupación de Francia.
Del Antiguo Mali, dividido en pedazos, casi a regla y compas, por el colonialismo frances, sobro un territorio sin acceso al Atlantico, parte del antiguo Sudan occidental.
Fue de ese país, heredero de un nombre venerado por los africanos, que mujeres y hombres progresistas, unidos por la esperanza en un mundo diferente, lanzaraon ahora el Llamado de Bamako, como contribución humanista a la emergencia de un nuevo sujeto popular histórico.
Los malianos hicieron prodigios para que el Foro Social Mundial en su primera venida a África correspondiese a la expectativa generada. Asumieron con dignidad sus responsabilidades, supliendo con entusiasmo y sentido de responsabilidad la escasez de recursos materiales y la inexperiencia en iniciativas del genero.
Y el Foro fue un acontecimiento maravilloso. Gracias sobre todo al pueblo maliano.
Hace casi medio siglo pase unas semanas en Guine Conakry y estuve en Dakar, en Senegal. Tenia una idea muy vaga de los que iria a ver y sentir en Mali, que en la memoria me aparecia ligado a Modibo Keita, uno de los más puros revolucionarios de la generación que lucho por la independencia de las antiguas colonias francesas.
El encuentro con la realidad maliana fue gratificante. Descubri un pueblo diferente.
Diferente talvez por la conmovida fidelidad a un gran pasado cuya herencia asume en una perspectiva humanista. La primera sorpresa vino de la fraternidad en el relacionamiento. En un mundo donde la violencia crece -África no constituye la exepción- el Mali me aparecio como una tierra en la cual todo forastero hasta prueba en contrario es tratado como un amigo potencial.
En Bamako, la capital, la tasa de criminalidad es bajisima. El extranjero puede perderse de noche en las calles sin correr riesgos.
Bamako es posiblemente una de las capitales más pobres de África, para lo que habra contribuido la interioridad del país, territorio sin acceso al mar. La ciudad que tenia unos escases millares de habitantes cuando los franceses en ella se instalaron en el final del siglo XIX rebasa hoy el millón. Pero, contrariamente a otras capitales del continente, conservó la atmosfera de una gran aldea africana. Un puñado de grandes edificios modernos, como el Banco Central, el Centro Internacional de Conferencias y el hotel insignia de un grupo trasnacional, situados en el centro, se insertan en un panorama de casas bajas alineadas en calles arbolizadas que de la mañana al anochecer semejan serpientes ondulantes por el movimiento de los que compran y venden cosas a cualquier hora, o conversan, beben y comen en restaurantes populares.
El rio tutelar del país, el Niger, que a pocas centenas de kilometros de las serranias guineenses en donde empieza ya tiene más de un kilometro de ancho , mantiene con Bamako una relación de intimidad profunda. Todo en aquella arteria liquida presenta el toque de exepcional, desde la multitud de islotes verdes que lo obligan a dividirse, a peces gigantes como el capitan que alcanza los cien kilos.
El Níger atraviesa esa ciudad donde la vocación del convivio es fuente de alegria, como si fuera un ser vivo, en dialogo con las cosas y las personas.
El Foro sintio la atmosfera de Bamako y se integro en ella. Al caminar por las calles en pequeños grupos multinacionales, los invitados extranjeros eran abordados a cada paso por jovenes y viejos. Las conversaciones brotaban espontaneas de una primera e inesperada pregunta y daban la vuelta a un mundo de temas.
En las sesiones de trabajo, la natural diferenciación de mundivivencias y opciones ideológicas de intelectuales de decenas de países se daba en el debate sobre las grandes cuestiones que desembocavan en convergencias de solidaridad a los pueblos de Palestina, de Cuba, de Irak y de Afganistan. El nombre de Chávez y la firmeza de Venezuela bolivariana amenazada por la arroganicia del imperialismo norteamericano fueron repetidamente aclamados en mesas redondas en que la condenación de la estrategia de barbarie de Bush y compañia fue unanime.
El espiritu del Llamado de Bamako marco el Foro del inicio al fin en sesiones muy participadas con intervenciones en que el frances sucedia al arabe y al ingles en cuanto alguien en la sala hablaba en persa, turco o bambara, el idioma vehicular de los malianos.
Los que tuvieron la oportunidad de vivir las jornadas fraternales del Foro Social Mundial de Bamako regresaron a sus países de origen fortalecidos en la convicción de que otro mundo es posible si, juntos, lucharamos, para pasar combatiendo -repito la exhortación de Samir Amin- «de la elaboración de una conciencia social a la construcción de un actor social».
Traducción Pável Blanco Cabrera
El original portugués de este arrticulo se encuentra en resistir.info