Informe del Movimiento Egipcio para el Cambio ‘Kefaya’ sobre los deleznables actos de violencia cometidos con alevosía por el personal de la seguridad del Estado contra el Movimiento el miércoles 25 de mayo de 2005 , día del referéndum-farsa sobre la enmienda relativa al artículo 76 de la Constitución El Movimiento Egipcio para el Cambio, […]
Informe del Movimiento Egipcio para el Cambio ‘Kefaya’ sobre los deleznables actos de violencia cometidos con alevosía por el personal de la seguridad del Estado contra el Movimiento el miércoles 25 de mayo de 2005 , día del referéndum-farsa sobre la enmienda relativa al artículo 76 de la Constitución
El Movimiento Egipcio para el Cambio, Kefaya («Basta», N. de la Tr.), organizó tres concentraciones silenciosas en el Cairo y un par de capitales de gobernorado, un derecho garantizado por la Constitución a todos los ciudadanos, y reconocido por la ley (¡y prohibida por la leyes de emergencia bajo las cuales el presidente nos ha estado gobernando a todos desde 1981!). Los organizadores de la concentración eran conscientes del altísimo nivel de seguridad el día de los hechos, día en el que el partido del Presidente (Partido «Democrático» Nacional) esperaba darse un baño de popularidad y aprobar la enmienda por los medios no-democráticos que han hecho famosos al PDN y su gobierno.
La enmienda significa limitar los movimientos populares, partidos de oposición que hayan boicoteado el referéndum y a las organizaciones civiles, por medio de recortes constitucionales. Los organizadores de las concentraciones en seguida se dieron cuenta del inusual nivel de efectivos de la seguridad, que incluía la disposición de oficiales y soldados de la Seguridad Central en los lugares que el Movimiento había declarado a los periódicos se realizarían las concentraciones. La organización también se percató que el personal de la Seguridad también se dedicaba a evitar y acosar agresivamente a quienes se juntaban en grupos.
En el lugar también había autobuses repletos de energúmenos vestidos de civil, algunos de ellos visiblemente fuertes (parecían karatekas o luchadores) , al lado de los efectivos policiales. Los buses estaban fletados por el PDN, su Comité Político y su Secretaría de la Mujer, así como por organizaciones afiliadas de ésta última, que aseguran ayudar al progreso de la mujer egipcia.
Los organizadores de la concentración decidieron entonces trasladar la concentración a un lugar próximo a la tumba de Saad Zaghloul, donde dio comienzo la protesta, cuando aún se contaba con poca asistencia de gente. Las fuerzas de seguridad se dieron cuenta de esto, y antes de que llegaran más participantes atacaron a los concentrados de acuerdo con lo planeado, ejerciendo una premeditada y durísima violencia, incluyendo agresiones inmorales sobre los participantes. A continuación relatamos los hechos e incidentes más destacados:
– Todos los efectivos de los diferentes cuerpos de Seguridad ejercieron una represión extrema desde el primer momento que atacaron a los manifestantes.
– Así mismo, rodearon -desde el principio- a los concentrados, y empujándoles con dureza contra la pared los dividieron en pequeños grupos aislados, con la ayuda de los soldados de la Seguridad Central.
– El personal de la Seguridad se apresuraron entonces a actuar sobre los grupos pequeños, haciendo que individuos vestidos de civil emplearan técnicas de kárate y defensa personal bajo órdenes directas de los oficiales. Estos mismo oficiales dieron la orden a estos energúmenos para que atacaran igualmente sin piedad a chicas y mujeres, al mismo tiempo que las agredían con un lenguaje especialmente obsceno. Luego dieron la orden de que se localizara a las personalidades más relevantes hombres y mujeres- para arrastrarlos a calles apartadas de la concentración, arrastrándoles por el suelo y golpeándoles con saña antes de meterlos en los camiones policiales o en comisarías cercanas.
– Los grupos de camorristas alquilados, algunos de ellos conocidos criminales de gran peligrosidad con un expediente policial, llegaron en autobuses y furgonetas después de que el personal de Seguridad los hicieran llamar. Gritaban lemas a favor de Mubarak, como si fueran simpatizantes suyos , pero en realidad habían sido alquilados por 20 liras egipcias (unos 3 euros, N de la Tr.), de las que 4 iban a la bolsa de quien ofrece sus servicios. Estaban liderados por un dirigente del PDN, miembro de la Asamblea del Pueblo (el Parlamento). Tan pronto como llegaron, las fuerzas de seguridad les permitieron rodear la concentración desde fuera del cordón policial, armando escándalo para acallar los lemas de los concentrados. Después la policía les permitió atravesar el cordón, a sugerencia de los oficiales al mando, para asaltar golpeando con pies y puños a los manifestantes, sin mirar si el golpeado era mujer, hombre, joven o anciano. Los intentaban huir fueron atrapados por los efectivos policiales de la zonas, quienes los entregaban a los soldados a los «civiles» para que completaran el trabajo. Si alguien perdía el conociemiento, era llevado a los furgones o comisarias de policía.
– Los efectivos de seguridad, ya fueran soldados de la Seguridad Central o estuvieran vestidos de paisano, se centraban en agredir sexualmente a chicas y mujeres, manoseando con violencia sus cuerpos, rasgándoles la ropa y dejándolas desnudas, o arrancándoles el velo de la cabeza, arrastrándolas por el suelo tirándolas del pelo. Las mujeres que conseguían escapar eran perseguidas por la policía o por los esbirros, quienes las rodeaban y seguían con la tarea. Se detenía a los taxis que las mujeres conseguían parar y ocupar, sacándolas a rastras del vehículo y amenazando al conducto. Las mujeres que se refugiaron en edificios o comercios de la zona fueron rodeadas y atacadas por orden directa de los mandos.
– El mismo escenario se repitió cuando el Movimiento Egipcio para el Cambio consiguió reorganizar la manifestación en las escaleras del Sindicato de Periodistas, en la calle Abdel Jalel Zarwat. Las fuerzas de seguridad llegaron, rodearon y presionaron a los manifestantes. Eran seguidas por los matones y los dirigentes del PND, de la Secretaria de la Mujer, de la Asamblea del Pueblo y de las diversas asociaciones de mujeres, que fueron llamados por la Seguridad. Los mismos autobuses y furgonetas vinieron, para cometer los mismos vergonzosos actos que condenan las normas, la religión y las enraizadas tradiciones egipcias. Esto indica que todo era un plan premeditado por los responsables de la Seguridad, y aprobado por sus superiores, destinado a atacar violenta e inmoralmete a los manifestantes. Existían pautas y esquemas de ataque que eran los mismos en todas partes, aunque los oficiales al mando variaran de un sitio a otro.
– Después de que el Movimiento Egipcio para el Cambio se trasladara al segundo lugar (las escaleras del Sindicato de Periodistas), las fuerzas de seguridad comenzaron a bloquear todos accesos a la calle (desde la calle Ramses hasta el lugar en donde se encuentra el Club de la Judicatura), evitando que ningún ciudadano se acercar al lugar de la concentración, y quizá para evitar que la manifestación se acabara trasladando a un tercer lugar. Los viandantes fueron intimidados y se les evitó el paso con la excusa de que no portaban carnets de prensa. Vinieron todavía más soldados, camiones blindados, furgones con cañones de agua y camiones de bomberos. El último y despreciable acto de la masacre se preparaba, y se ejecutó contra los manifestantes rodeados en las escaleras del Sindicato de Periodistas. A los matones se les permitió el paso para golpear y abusar de los manifestantes.
– La policía se centró en arrestar a los cámaras, golpeando y humillando sexualmente a las mujeres periodistas, destruyendo las cámaras. Se diría que había cierta experiencia aprendida de las fuerzas de ocupación en Iraq cuando intentan esconder sus crímenes de la opinión pública.
– La policía se negó a recibir las denuncias en varias comisarías, demostrando con su negligencia que respondían a órdenes de arriba. Al mismo tiempo, no dudaban en tomar registro de los testimonios de los agresores, quienes denunciaban haber sido objeto de agresiones por parte de los manifestantes, como viva muestra del dicho egipcio: «Me pegó y echó a correr llorando para quejarse el primero». La policía redactó informes sobre los falsos incidentes. La policía también se negó a recoger los testimonios de las personas heridas que estaban en hospitales públicos o privados, añadiendo así un nuevo delito a la lista.
– Las acciones de la policía y de la Seguridad no se limitaron a someter a los manifestantes a tan vergonzosa violencia. También siguieron a algunas personas, arrestándolas en distintos lugares, imputándoles falsos cargos. Algunos de los detenidos han denunciado haber sufrido torturas que parecen inspiradas en las prácticas de EEUU en la cárcel de Abu Graib. Por ejemplo, el ciudadano Jairy Mohamed Omar que fue llevado a las dependencias de Interrogación de la Seguridad del Estado de la calle Gaber Ibn Hayyan, en el barrio de Doqqi. Jairi Mohamed Omar fue totalmente desnundado y torturado a base de golpes con las manos, puños, zapatos, pies y porras, golpeando áreas sensibles del cuerpo. También fue colgado y electrocutado en zona sensibles del cuerpo. Se le introdujo una gruesa porra por el ano. Perdía constantemente la consciencia, y sus torturadores le reanimabam para seguir maltratándole. Tras asegurarse que la dignidad de Jairy Mohamed Omar había sido destruída (si bien en realidad permanece pese a sus represores), fue liberado con el fin de que su testimonio sirviera como disuasión para todos aquellos que no hbieran experimentado miedo todavía.
Lista de nombres de los auténticos agresores:
- 1. Sr. Mohamed Hosni Mubarak, presidente de la República, en calidad de responsable directo de todas las acciones de la policía, según indica la propia Constitución en sus artículos 184 y 141.
- 2. General Habib al-Adly, ministro de Interior
- 3. General Hassan Abdel-Rahman, jefe de la Seguridad del Estado.
- 4. General Nabil el-Ezaby, responsable de la Seguridad en El Cairo.
- 5. General Ismail el-Sha’er, responsable de Interrogatorios de la capital.
- 6. Brigadier General Hossam Salama, mando de la Seguridad del Estado, sección de El Cairo
- 7. Capitán Ahmed el-Azzazy, encargado de relaciones con los sindicatos.
- 8. Comisarios y oficiales de la comisaria de Kasr el-Nil.
- 9. Abdallah Al-Watidi, funcionario de la Seguridad del Directorado de El Cairo.
- 10. Oficiales de la Seguridad en sus oficinas de la calle Gaber Ibn Hayyan, en Doqqi.
- 11. Oficiales, soldados, miembros de la Seguridad vestidos de paisano, y los matones de quienes se han tomado fotos. El ministerio de Interior, y el propio ministro, deberían desvelar sus nombres, cargos y rangos, así como los de los que no se ven bien en las fotos
- 12. General Safwat al-Sherif, secretario general del PDN.
- 13. Zoraya Labina, miembro de la Asamblea del Pueblo.
- 14. Imán Bibars, presidenta de la directiva de la Asociación para el Desarrollo de la Mujer.
- 15. Magdy Allam, miembro del Comité Político del PDN y ayudante secretario del comité del PDN de El Cairo.
- 15. Magdy Ibrahim, representante de Azbakiya en la Asamblea del Pueblo
- 16. Ali al-Saghir, de la Asociación de Juristas y del PDN.
- 17. Mohamed al-Deeb (Compañía Al-Radwa)
- 18. Maged al-Sherbini, secretario de las juventudes del PDN
- 19. Mohamed Hanafi, miembro de PDN.
- 2. General Habib al-Adly, ministro de Interior
Todas las personas aquí denunciadas están acusadas de cometer violencia premeditada contra los manifestabtes. También están acusadas de reclutar, trasladar, dar órdenes e incitar a matones criminales contra los manifestantes y los representantes de los medios de comunicación (periodistas, corresponsales, fotógrafos, cámaras y operadores), pegándoles, arrastrándolos por el suelo, abusar de ellos, robarles su dinero, teléfonos móviles y pertenencias personales..
Lista de víctimas
1. Nashwa Talaat, actriz. Fue golpeada y sus agresores intentaron desnudarla. 2. Nawal Mohamed Ali, periodista en Al-Geel. Fue arrastrada por el pelo, golpeada violentamente hasta perder el conocimiento y sometida a abusos sexuales. Le fueron sustraidos sus abalorios, su móvl y 600 libras egipcias. 3. Iman Taha. Fue arrastrada por el suel, golpeada en áreas sensibles del cuerpo y sujeta a abusos sexuales. 4. Iman Ouf. Fue golpeada, maltratada físicamente y detenida durante dos horas. 5. Profesora Dra. Laila Suweif 6. Shaimaa Abul-Kheir, periodista de diario Al-Dustour. 7. Sarah Alaa al-Deeb, corresponsal de Associated Press. Fue golpeada. 8. Rania Mohamed al-Ashqar, funcionaria. Fue golpeada y se le arrancó el velo. 9. Abeer al-Askari, periodista de diario Al-Dustour. 10. Rab’a Fahmy, abogada. Fue golpeada y la dejaron desnuda antes de devolverle la ropa. 11. Lina al-Ghadban, corresponsal de Al-Jazeera. 12. Jailan Zayyan, corresponsal de Los Angeles Times. 13. Ranwa Yehia, corresponsal de German News Agency 14. Lamiaa Radi, de la agencia France Presse (AFP) 15. Hagga* Zeinab 16. Hany Riad. Le rompieron la nariz. 17. Diaa al-Sawy 18. Akram Irani 19. Mohamed Mahmoud 20. Tamer Wagih 21. Issam Zakaria 22. Sayed Abdel-Qader, coordindor del Movimiento Egipcio por el Cambio «Kefaya» en Ismailiya. 23. Hossam Reda 24. Abdel-Kader Hashem, abogado en la ciudad de Ismailiya. 25. Mohamed Helmy, abogado. 26. Salah al-Sayegh, del Partido ‘Wafd’. 27. Mohamed Al-Masry, del Partido ‘Tagammu’. 28. Akram Helmy 29. Ahmed al-Bardi 30. Sameh Reda 31. Mohamed Malek 32. Khaled Abdel-Hamid 33. Gamal Fahmy, periodista, miembro del Sindicato de Periodistas. 34. Abdel-Halim Qandil, editor jefe del diario Al-Arabi.
(*): Título que se otorga a quien hace el peregrinaje a La Meca
Con estas manifestaciones, el Movimiento Egipcio para el Cambio «Kefaya» realizaba un derecho legal y constitucional, que en la actualidad se encuentra manipulado por las Leyes de Emergencia, que se alargan en el tiempo a pesar de las demandas del pueblo, de los partidos de la oposición, personalidades, periodistas, intelectuales, etc El movimiento Kefaya ha ejercid pacíficamente este derecho para realizar una manifestación que se determinó silenciosa, pero que no puedo ser así por las provocaciones de la Seguridad, sus matones y los esbirros del PDN. Kefaya ejerció este derecho, rechanzado el referéndum-farsa, cuyos resultados se sabían de antemano. El presidente Mubarak, su régimen y su partido político que monopoliza el ejercico de autoridad (y prohibe ilegalmente la renovación democrática del poder, de acuerdo con la voluntad del pueblo) intentó con este referéndum vaciar de contenido real la necesidad popular de cambio, restringiéndolo a la Constitución , usando la herramienta prefabricada de la mayoría en la Asamblea Popular, un método habitualmente criticado por la judicatura y por el pueblo.
El Movimiento Egipcio para el Cambio «Kefaya» ejerció su derecho y no hubo justificación para la violencia brutal y despreciables que se ejerció contra los manifestantes y periodistas, corresponsales y representantes de agencias de noticias y de canales por satélite que acudieron a cubrir la manifestación.
Kefaya proclama tan en voz alta como sea posible que no cesará de oponerse al régimen ni de realizar manifestaciones pacíficas hasta romper -con ayuda de militantes de partidos políticos, organizaciones civiles,sindicatos, asociaciones- el monopolio de autoridad que le ha sido tomada por la fuerza a su verdadero poseedor, el pueblo egipcio. Kefaya afirma que perseguirá y demandará legalmente a los criminales en Egipto, frente a la Corte Internacional de Justicia y frente a las organizaciones internacionales de derechos humanos, ya que Egipto a firmado y ratificado todos los tratados de derechos humanos y los tratados internacionales sobre persecución de criminales. No dejaremos de enfrentarnos al régimen y de denunciarlo, usando todos los medios pacíficos, hasta que cada criminal reciba su justo castigo.
Traducción para CSCAweb de Natalia Litvina