Una bomba atómica de Estados Unidos, 260 veces más poderosa que la que devastó Hiroshima, casi estalló en 1961 sobre Carolina del Norte, según un documento desclasificado que fue publicado el viernes por un periódico británico. El diario The Guardian dijo que el documento, obtenido por el periodista Eric Schlosser bajo la Ley de Libertad […]
Una bomba atómica de Estados Unidos, 260 veces más poderosa que la que devastó Hiroshima, casi estalló en 1961 sobre Carolina del Norte, según un documento desclasificado que fue publicado el viernes por un periódico británico.
El diario The Guardian dijo que el documento, obtenido por el periodista Eric Schlosser bajo la Ley de Libertad de Información, ofrece la primera prueba contundente de que Estados Unidos estuvo al borde del desastre en enero de 1961. El periódico publicó el documento el sábado (http://bit.ly/1fi4Y2S).
El incidente ocurrió cuando dos bombas de hidrógeno Mark 39 cayeron accidentalmente sobre Goldsboro, Carolina del Norte, después de que un bombardero B-52 se destruyera en pleno vuelo.
Han existido especulaciones persistentes sobre la gravedad del incidente y el Gobierno de Estados Unidos ha negado reiteradamente que su arsenal nuclear haya puesto en riesgo las vidas de los estadounidenses debido a fallos de seguridad, dijo el diario.
Pero el documento recientemente publicado dice que una de las dos bombas se comportó exactamente del modo en que lo hace un arma nuclear en tiempos de guerra, su paracaídas se abrió y su mecanismo de detonación se activó. Sólo un interruptor de bajo voltaje evitó la catástrofe.
La contaminación radiactiva pudo haberse extendido sobre Washington, Baltimore, Filadelfia e incluso la ciudad de Nueva York, dijo el diario, amenazando la vida de millones de personas.
En el documento, Parker Jones, un ingeniero de alto rango del Laboratorio Nacional Sandia responsable del mecanismo de seguridad de las armas nucleares, concluyó que «un simple interruptor de tecnología de dinamo y de bajo voltaje se interpuso entre Estados Unidos y una enorme catástrofe».
El escrito aparece en el nuevo libro de Schlosser sobre armas nucleares «Command and Control», según el cual y mediante la Ley de Libertad de Información descubrió que por lo menos 700 «accidentes importantes» e incidentes con 1.250 armas nucleares fueron registrados entre 1950 y 1968.