«Madre, en tu día, tus muchachos barren minas en Haiphong…» Madre, Silvio Rodríguez Ho Chi Minh y Vo Nguyen Giap fueron artífices de la liberación de Vietnam, que luchó durante siglos contra la ocupación extranjera aliada a las oligarquías locales. Ho Chi se nos fue antes de ver el triunfo de las fuerzas revolucionarias. El […]
Madre, Silvio Rodríguez
Ho Chi Minh y Vo Nguyen Giap fueron artífices de la liberación de Vietnam, que luchó durante siglos contra la ocupación extranjera aliada a las oligarquías locales. Ho Chi se nos fue antes de ver el triunfo de las fuerzas revolucionarias. El general Vo, recién nos acaba de dar hoy, el último adiós.
Tio y padre, Ho Chi Minh y Vo Nguyen Giap fueron artífices de la liberación de Vietnam, nación que luchó durante siglos contra la ocupación extranjera aliada a las oligarquías locales. El Tio se nos fue antes de ver el triunfo de las fuerzas revolucionarias que dieron al traste con el imperialismo norteamericano, sucesor de sus homólogos japoneses y franceses. El general Vo, recién nos acaba de dar hoy, 4 de octubre y a los 102 años, el último adiós.
Si el Tio Ho fue el ideólogo, organizador y constructor del Partido Comunista de Vietnam, director de la Revolución y la Liberación del país, el general del pueblo Vo se constituyó en el ariete blindado que derribó a innumerables columnas de peleles armados hasta los dientes, que asesinaron a millones de humildes y aguerridos campesinos con bombas de NAPALM y fósforo blanco, con odio convertido en plomo injusto y brutal que no pudo, sin embargo, contra la voluntad de ser libre de un pueblo milenariamente rebelde.
Hijo de labradores, Vo fue detenido ya siendo estudiante por organizar una manifestación anticolonial en Hue. Cuando quisieron otorgarle una beca para estudiar en París, la rechazó, porque ya apostaba su vida en el combate contra el invasor y el opresor. En 1943, de regreso a su país desde China, organizó cien guerrilleros que destruyeron, en Pac Bo, norte de Tonkin, dos puestos de vigilancia francesa. Artífice de la derrota de los colonialistas franceses en Dien Bien Phu, tomó como lema, basándose en su experiencia de combatiente, el «evitar al enemigo cuando es fuerte, atacarlo cuando es débil; la guerra no es solo un asunto de los militares sino de todo el pueblo. El campesino debe estar armado pero cultivando su tierra».
El «volcán bajo la nieve», como alguien lo caracterizó, escribió en 1972: «Nuestro país, rico y bello, dotado de muchos recursos naturales, ocupa en el sudeste asiático una posición de importancia estratégica y está en el cruce de vias de comunicación importantes, tanto terrestres como marítimas…(…) Por eso nuestro país fue codiciado a menudo por poderosas fuerzas de agresión que creian dominar y explotar a nuestro pueblo, utilizar nuestro territorio como trampolín para su expansión en diferentes direcciones» (» Vo Nguyen Giap, «Fuerzas Armadas Revolucionarias y Ejército Popular», Hanoi, 1972, Edc. La Rosa Blindada , Buenos Aires, páginas 8 y 9).
Y mas adelante sostuvo: «Nuestro Partido, desde sus comienzos, se asignó la misión histórica de dirigir la revolución de liberación nacional en una nueva epoca, inaugurando la mas sorprendente de nuestra historia, la de la independencia, la libertad y el socialismo. (…) Nunca como ahora, nuestro pueblo llevó a cabo una lucha tan larga con insurrecciones armadas y guerras revolucionarias que se extienden a decenas de años.
Tampoco nunca nuestro pueblo enfrentó como en la actualidad a agresores tan feroces, a los japoneses, esos poderosos fascistas asiáticos; al imperialismo francés, vieja potencia colonialista europea; luego a los imperialistas norteamericanos, cabeza del imperialismo, enemigo número 1 de la humanidad». (página39).
El general campesino Von Nguyen Giap enfrentó y derrotó a estos tres exponentes de la barbarie colonialista e imperialista, con la dirección de la clase obrera vietnamita, el tio Ho y el Partido revolucionario.
Gran estratega militar y dirigente revolucionario, Vo supo diferenciar, de acuerdo con Lenin, el carácter de las guerras: «Todas las guerras engendradas por los intentos rapaces de los reyes y los capitalistas son, según nuestra apreciación, criminales, porque son funestas para las clases trabajadoras y traen a la burguesía enormes ganancias», había dicho el revolucionario ruso en 1918.
Sin embargo, las guerras contra los opresores son justas, aclararía juto a Lenin Vo. Tomando al marxismo-leninismo como guía, el combatiente vietnamita sostenía que era incorrecto el concepto de definir la guerra tomando como eje el análisis del estudio de las armas: «Reclaman su estudio tomando como base el análisis del desarrollo de las armas y no el de la clase y el de la lucha de clases, pues, cuando estalla la bomba, todas las personas ubicadas dentro de su radio destructivo resultarán muertas o heridas.
Pero ¿Por qué estalla esa bomba?. ¿Quién hace estallar esa bomba? Y estalla ¿Para servir los intereses de quien?. Este es el problema clave.» («El Hombre y el Arma», Vo Nguyen Giap, La Rosa Blindada, Buenos Aires, 88)
«Nuestro Partido afirma que el hombre es el factor decisivo, y critica enérgicamente la teoría burguesa según la cual el arma es lo decisivo» refirió más adelante (107) «/(…) Las armas nucleares influyen en el desarrollo de las hostilidades y la victoria pero no son el elemento determinante de la victoria y tampoco hacen cambiar la perspectiva de desarrollo de la sociedad.
En la guerra el factor decisivo es y será siempre el hombre; las masas populares son y seguirán siendo las forjadoras de la historia. (…) Los hombres de las fuerzas armadas de nuestro Partido y pueblo no son más que el obrero, el campesino y el pueblo trabajador». (108-109)
Sus concepciones sobre el papel de clase del Ejército Revolucionario y Antiimperialista, la relación dialéctica no antagónica entre el hombre y el arma en aquel, y el papel dirigente del hombre en relación con su material bélico, serían las bases de la victoria sobre los enemigos de clase y nación, victoria que Giap organizó y logró con la participación de la clase obrera y el pueblo vietnamita.
Su larga y azaroza vida, su creencia absoluta en el poder del pueblo a la hora del combate, su vocación socialista y comunista en el marco del reconocimiento de la bella y heróica historia vietnamita, hacen de Vo Nguyen Giap un ejemplo a seguir por las viejas y nuevas generaciones, que todavía creen y luchan por un porvenir venturoso de la humanidad, libre de las ataduras del capital y sus lacras.
Compañero general Vo Nguyen Giap, como internacionalista y aún sin haberte conocido, soy uno de tus «muchachos». Uno de los que barren las minas del olvido y la falsedad para liberar el puerto florecido y blindado de tu memoria, hoy cubierto de lágrimas ante tu partida.
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