No es fácil afrontar una huelga con un sueldo, que, en el mejor de los casos, no supera los 6.000 pesos al mes (175 euros), porque es evidente que las reservas económicas brillan por su ausencia. Pero si el conflicto llega a los 47 días, y el gremio se mantiene firme y luchando, con apoyos […]
No es fácil afrontar una huelga con un sueldo, que, en el mejor de los casos, no supera los 6.000 pesos al mes (175 euros), porque es evidente que las reservas económicas brillan por su ausencia. Pero si el conflicto llega a los 47 días, y el gremio se mantiene firme y luchando, con apoyos que nunca llegan de la dirigencia de otros sindicatos, o de la mayoría de los sectores denominados progresistas, soportando el odio y el insulto por parte de la prensa reaccionaria de todas las horas, o la entrega en el Parlamento de 180.000 firmas de apoyo, ya empieza todo a tener un aire de heroísmo, en esta época de renuncias y entregas vendidas como modernismos .
Los 1600 trabajadores de Correos del Uruguay, acaban de terminar una huelga con un contundente triunfo, esto es, la paralización de los expedientes de despidos masivos, el cobro de atrasos, el reconocimiento de sus funciones, y dando a conocer a la opinión pública la verdadera situación del Correo Nacional, esto es, la existencia de 52 jerarcas con sueldos astronómicos y prebendas varias, la presencia de más de 90 empresas que compiten con el correo público desde que se desmonopolizara, el engaño de una empresa llamada Maudi, que opera dentro de Correo, y que recibía de éste 458.000 pesos (13.470 euros) al mes, ya que decía que tenía que abonar 12.000 pesos (350 euros), cuando en realidad esos 33 trabajadores de contrata, cobraban la bochornosa cantidad de 2000 pesos (58 euros), los intereses oscuros de más de un político en acallar el conflicto, y así un suma y sigue.
Los trabajadores de Correos, han puesto las cartas sobre la mesa en este conflicto, las consecuencias que acarrea para los débiles las privatizaciones, hijas del neoliberalismo más terrible, auténtico terrorismo que se aplica contra los pueblos, pero también han enseñando que los caminos de lucha de la clase obrera, -tan denostados por los nuevos apostatas de huelgas pérdidas antes de iniciarse, por los que han renunciado a entender las relaciones económicas entre empresas y obreros, como unas relaciones de clase, por los que se abrazan al enemigo con la intención de que le perdonen sus ideales juveniles y le den un puesto a la sombra-, no se han olvidado, sino que muy al contrario, han demostrado, por enésima vez, que es la única herramienta que tienen los trabajadores para arrinconar a patronales y siervos, a temerosos y candidatos al sillón perenne.
En medio de ese silencio cruel, que exige unas razones muy sólidas y una conciencia de clase muy integra para no desfallecer, es justo reseñar el papel que ha tenido en este conflicto una emisora de radio, que se erigió en verdadera portavoz de los trabajadores, ganándose la ira de los de siempre, y la consideración fraternal del gremio de Correos. El apoyo recíproco de los huelguistas a CX 36 Radio Centenario, quedó de manifiesto al terminar el conflicto, con una larga marcha de los trabajadores postales hasta la emisora, para ofrecer su reconocimiento y agradecimiento, en unas imágenes que serán imborrables para los que hacen del periodismo, una trinchera en defensa de las condiciones de vida de los más débiles. Los cantos y el flamear de banderas de cientos de trabajadores de Correos, en la calle, al pie de la emisora, pone a las claras el papel que deben jugar los medios de comunicación que se definen de izquierda y que están dispuestos a practicarlo.