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El único medio que tiene el campesino para conseguir tierra

Van a aumentar las ocupaciones de tierra en Paraguay

Fuentes: Adital

«Hasta ahora el único medio que tiene el campesino para conseguir tierra es la ocupación», afirma Marcial Gómez, secretario general de la Federación Nacional Campesina, entidad que reúne a pequeños y medianos productores rurales y campesinos sin tierra de Paraguay. En declaraciones prestadas a la regional latinoamericana de la Unión Internacional de los Trabajadores de […]

«Hasta ahora el único medio que tiene el campesino para conseguir tierra es la ocupación», afirma Marcial Gómez, secretario general de la Federación Nacional Campesina, entidad que reúne a pequeños y medianos productores rurales y campesinos sin tierra de Paraguay. En declaraciones prestadas a la regional latinoamericana de la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación (Uita), Gómez anuncia que las ocupaciones de tierra en el país van a aumentar, porque sin esta «medida de presión» no hay como extraer cualquier «decisión en el gobierno» para la situación de los 30 mil campesinos agrupados por el organismo.

«El 80% de la tierra está acaparado por el 1% de la población, y hay miles de trabajadores y de campesinos sin posibilidades productivas», aclara el campesino sobre las condiciones de la población rural de Paraguay. Delante de este cuadro, el gobierno ni siquiera cuenta con una política amplia de reforma agraria e incluso ha rechazado recientemente el «programa de reactivación nacional» propuesto por la federación campesina por involucrar la redistribución de la tierra.

La devastación producida por la soya transgénica

El plan de la entidad prevé la reestructuración de la banca pública, que debe orientarse hacia la financiación del sector productivo, y también exige el procesamiento de la materia prima en el propio país, «para poder desarrollar una industria nacional y generar empleos en este momento tan necesarios como escasos», señala Gómez. Eso porque a causa de la agricultura volcada exclusivamente para la exportación, como en el caso del cultivo de la soya, tanto se pierde puestos de trabajo en el campo como no se promueven empleos en la zona urbana, ya que los recursos destinados al sector productivo del país se concentran sólo en estas actividades suministradoras de materia prima para el extranjero.

Pero la soya posee efectos todavía más graves para el campesinado. De los 2 millones de hectáreas de soya plantadas en el país, 90% son de la variedad transgénica de la transnacional Monsanto, que sólo se cultiva en asociación con el veneno glifosfato, el mismo usado en las fumigaciones de las plantaciones de coca por el Plan Colombia. En Paraguay, el veneno es conocido como «mata todo», porque destruye las plantaciones de mandioca y maíz que sirven para la subsistencia de los campesinos que viven cercanos de los latifundios sojicultores.

El resultado es que los campesinos acaban por vender las tierras a los grandes propietarios para fugarse de las fumigaciones y no morir de hambre o intoxicado, ampliando todavía más la concentración agraria y dejándolos sin perspectivas de trabajo. «Esta es una política sistemática que se está aplicando en varias regiones del país. Ellos contaminan todo, eliminan los bosques y crean un enorme problema social y económico del cual nadie se hace cargo», denuncia Gómez..

Así, el dirigente campesino sostiene que la FNC intensificará las ocupaciones de tierra en todo país, para ver si el gobierno cumple no sólo promesas de asentar trabajadores rurales sin tierra así como también garantizar a través de créditos la continuidad de los asentamientos. El blanco de las ocupaciones son las propiedades con más de 3 mil hectáreas, consideradas por los campesinos como latifundio. La organización pretende además promover bloqueos para impedir el avance de la soya transgénica en áreas del campo todavía libres de los problemas relacionados a este cultivo.