La IV Conferencia Internacional de Vía Campesina, que concluyó el 19 de junio en Itaicí, Sao Paulo, ratificó la oposición radical del movimiento al modelo neoliberal que mata y destruye pueblos y culturas campesinas, aprobó reforzar las campañas por la reforma agraria, defensa de la semilla y soberanía alimentaria; y acordó un plan de acción […]
La IV Conferencia Internacional de Vía Campesina, que concluyó el 19 de junio en Itaicí, Sao Paulo, ratificó la oposición radical del movimiento al modelo neoliberal que mata y destruye pueblos y culturas campesinas, aprobó reforzar las campañas por la reforma agraria, defensa de la semilla y soberanía alimentaria; y acordó un plan de acción que arranca con una semana de lucha contra la OMC. Estos acuerdos están contenidos en la Declaración Final de la Conferencia, en la que se hace un recuento histórico de los primeros esfuerzos por constituirse como movimiento internacional, allá por los años de 1992, hasta llegar a Itaicí, pasando por las Makarrech, Tlaxcala y Bangalore, que fueron marcando los hitos de la lucha que hoy libra la Vía Campesina por los derechos de los campesinos, indígenas y pequeños agricultores de todo el mundo.
«Hemos visto como nuestras organizaciones y nuestro movimiento ha crecido, se ha fortalecido y ha logrado poner al movimiento campesino en el centro de las luchas populares», señala el documento; y se refiere luego a las principales batallas libradas por la Vía Campesina, como la lucha por la Reforma Agraria, la soberanía Alimentaria, por la protección de las semillas campesina como patrimonio de los pueblos al servicios de la humanidad, las históricas experiencias de Seatle en 1999, hasta llegar a Cancún en setiembre del 2003, en la que se le asestó la más grande derrota de la OMC.
Sin embargo, pese a estas luchas y el fortalecimiento del movimiento campesino, el modelo económico neoliberal avanza sin escrúpulo alguno y sus políticas agrícolas causan la desaparición de las familias campesinas en la Unión Europea, en Canadá y EEUU; desapariciones que se suman a la represión y muerte contra los campesinos de Africa, Asia y América Latina; regiones donde crece la pobreza, la guerra para reprimir al movimiento social y apoderarse de los recursos fundamentales, y generando ejércitos de mano obra sobrante y barata.
El documento remarca que los campesinos ven con indignación como los organismos de la ONU, como la FAO, asumen también el rol de guardianes del capital como lo hacen el FMI, el BM y la OMC. Al mismo tiempo, repudian el intento de la FAO de legitimar los cultivos transgénicos y la utilización de la bío tecnología con el único propósito de garantizar las mayores ganancias a las transnacionales de la agricultura. Asimismo, se refieren a los Tratados de Libre Comercio, como una de las mayores amenazas para los pueblos tanto del Norte como del Sur; y a través de esos instrumentos se están imponiendo cambios jurídicos que han destruido principios básicos de protección de los derechos humanos y sociales, y quieren criminalizar la vida campesina y de los pueblos indígenas.
En este contexto, agrega el documentos, las mujeres y los jóvenes son los que más sufren las consecuencias, pues «son los marginados entre los marginados y son las víctimas principales de los procesos de privatización de los servicios básicos, la concentración de la tierra, y la destrucción de las formas locales de alimentación, agricultura e intercambio». Sin embargo, pese a esa realidad, las mujeres y los jóvenes siguen garantizando la alimentación, la continuidad de la agricultura y la cultura campesina.
Frente a esta realidad , la Vía Campesina está convencida que debe responder con mayor movilización social, la convergencia de las luchas y sumando fuerzas en defensa de la vida de los pueblos campesinos e indígenas. Por ello, además de rechazar de manera radical al modelo neoliberal, se propone hacer el mayor esfuerzo para combatir «sus expresiones más perversas como los tratados de libre comercio, la guerra, la privatización del planeta, de la vida, las semillas, el agua, la atmósfera, la bío diversidad y el conocimiento y lucharemos por una redefinición de las políticas públicas al servicio de las agriculturas campesinas, donde los mecanismos de apoyo o subsidio no causen destrucción social, ambiental, y productiva que hoy causan».
El documento final la Conferencia también reitera el compromiso de lucha contra el sistema patriarcal y por hacer realidad la equidad de género, continuar adelante con las campañas por la reforma agraria, soberanía alimentaria, defensa de las semillas y la defensa de los derechos humanos campesinos. De igual manera, anuncia las principales acciones que se impulsarán como la semana de lucha contra la OMC que se realizará del 19 al 24 de julio; se declara el 10 de setiembre como el Día de las luchas campesinas y movilizar a un millón de campesinos en Seúl en homenaje al compañero Lee -inmolado en Cancún- y llevar adelante del 4 al 8 de diciembre del 2004 la Conferencia por la Reforma Agraria.
«Nos comprometemos a seguir luchando por el bienestar y la dignidad de nuestros pueblos. Deberemos articular todas las luchas y construcciones, desde lo global a lo local, articular nuevas formas de alianzas que nos permitan exigir nuevamente el respeto y la protección de nuestros y nuestras culturas», remarca el documento que concluye con la consigna que se escucha ya por todos los rincones del mundo: Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!!!.