El prestigioso economista estadounidense Robert Gordon de Northwest University (EE.UU.) cree que las economías occidentales están a punto de iniciar la «great reversal», la gran marcha atrás. El crecimiento robusto que ha trasformado el mundo desde los albores del capitalismo en el siglo XVIII ya no va a ser posible. «Antes del 1750 no había […]
El prestigioso economista estadounidense Robert Gordon de Northwest University (EE.UU.) cree que las economías occidentales están a punto de iniciar la «great reversal», la gran marcha atrás. El crecimiento robusto que ha trasformado el mundo desde los albores del capitalismo en el siglo XVIII ya no va a ser posible. «Antes del 1750 no había crecimiento en el mundo y el crecimiento registrado en los últimos 250 años puede que fuese un periodo único en la historia de la humanidad», sostiene en un informe publicado en agosto. Aunque no llegue a tanto, crece un consenso de que Europa y sobre toda las economías post burbuja como España así como EE y EEUU inician ya una larga fase de estancamiento del PIB
Es decir, que estamos a punto de entrar en territorio incógnita en el desarrollo de nuestras sociedades orientados solo por Serge Latouche o Tim Jackson. Pero hay un país que tiene ya dos décadas de experiencia del bajo crecimiento: Japón. El PIB japonés alcanzó su máximo histórico a mediados de los años noventa y jamás ha vuelto a recuperarlo tras años de crecimiento raquítico o decrecimiento En los últimos 20 años la tasa media de crecimiento anual en Japón no llega al 1%. Es más, para gran parte de este periodo, los precios han registrado descensos -la llamada deflación- y la deuda publica ha crecido hasta alcanzar el 200% del PIB. El crecimiento demográfico tocó techo a mediados de los años setenta y Japón encabeza el envejecimiento que afecta ya a todas las economías avanzadas. «Japón es la vanguardia de un nuevo movimiento de downsizing (reducción de dimensiones) enseñando el camino para otros países que inevitablemente seguirán», escribe Norhiro Kato crítico cultural de la Universidad de Waseda en el New York Times» (ver entrevista abajo publicada hoy en La Vanguardia). «Antes mirar a Japón nos daba miedo pero lel panorama en Europa es tan desolador tanto que Japón es ya un buen ejemplo», dijo George Irivine, autor de Super rich: the growth of the inequality en Britain and the US.
Lo cierto es que para una ciudad que ya hace más de 20 años que atraviesa el desierto del crecimiento cero y la deflación, Tokio da muy buena imagen. Hay muchas bicicletas pero son de modelos italianos de moda. La gigantesca red de transporte público es tan eficiente y el sistema de información digital tan amena que hasta un turista europeo la domina en cuestión de minutos. Hay más restaurantes de tres estrellas Michelin que en ninguna otra ciudad del mundo pero los baratísimos bares de noodles udon (fideos) no les tiene nada que envidiar. No hay mendigos ni apenas delincuencia en las calles del centro de Tokio. Los jóvenes que pasean por las tiendas de comic Manga en Ikebukro o las cafeterías en Shinjuko ganan a los neoyorquinos en estilo y moda pero rehuyen marcas ostentosas de status vulgar. «Hay alguna señal de prosperidad sin crecimiento en Japón», Misakazu Matsuda de JMR Marketing durante una entrevista en su despacho en Tokio. «Los jóvenes están disfrutando consumo pero gastando menos; no compran cochazos ni televisores de pantalla grande y les gusta la comida fresca», dijo. ¿Será que, tras dos «décadas perdidas», sin crecimiento económico, Japón ha descubierto el secreto de la felicidad sin materialismo? «Eso es difícil decir», responde Matsuda con una sonrisa traviesa. «Porque hay que tener en cuenta que para el budista , la felicidad máxima es la muerte»
Sin que todos nos convirtamos a la filosofía budista de zen , Japón sí puede ofrecer algunas ideas para sociedades como la español en el umbral del crecimiento cero. Ayuda que el PIB per capita crezca pese al estancamiento del PIB gracias a la menguante población. Pero la clave de la cohesión social es el reparto equitativo de la riqueza y el empleo. La tasa de paro en Japón, a lo largo de las décadas perdidas, jamás ha caído por debajo del 6% gracias a un sistema de elevada protección de empleo. Japón mantiene diferenciales de renta de los más bajos del mundo, junto con los países escandinavos. Incluso consejeros delegados de grandes empresas globales como Toyota o Mitsubishi solo cobran 16 veces más que su trabajador medio frente a 300 veces más en empresas de EE.UU. «La igualdad ayuda a que todos tengamos la misma meta», dijo Norhiro Kato mientras charlábamos en la cafetería del campus de Waseda.
Es más, Japón ha tenido mucho más éxito que España financiando su abultada deuda pública gracias a un sistema bancario controlado por el estados y un enorme banco público, la caja postal, que tiene una cuasi obligación de comprar bonos del gobierno. Japón no depende de inversiones extranjeras para financiar su deuda. Por eso, el tipo de interés sobre el bono del estado japonés oscila en torno al 1% frente al 7% en España. Lo cierto es que economías como España necesitan encotrar un motor de crecimiento para rediseñarse para la era del bajo crecimiento. Como dijo Herman Daly, el economista medioambiental del steady state economy, «no puedes parar mientras vuelas en un avión; hace falta diseñar un helicóptero». Quizás Japón, nos puede ayudar en el trabajo de rediseño porque tras las subidas disparadas de al desigualdad todo indica que vamos por el camino equivocado.
Tras los intentos de desregulación y liberalización en los noventa, algunos de las tradicionales defensas del modelo de protección japonés son menos fuertes, advierte Masayuki Otakila de la Universidad de Tokio: «Muchas empresas han empezado a despedir a trabajadores y esto esta creando mas desigualdad», dice. «Pero la sociedad sigue siendo muy fuerte comparada con EE.UU. y Europa «,dice.
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Entrevista a Nirohiro Kato, critico cultural de la Universidad de Waseda
«Tokio se siente cool sin opulencia»
Nirohiro Kato era uno de los primeros comentaristas en plantear que, quizás Japón estaba enseñando el camino hacia un futuro de bajo crecimiento en todas las economías avanzadas en un artículo en el New York Times en agosto del 2010 La semana pasada en el campus de Waseda, elaboró su tesis
¿Como son las nuevas generaciones de cero crecimiento?
Pues, se sienten cool sin opulencia. En los años burbuja todos mis estudiantes usaban coches. Los padres regalaban coches a sus hijos. De cada doce estudiantes, diez llegaban al campus en coche; ahora mi impresión es que los jóvenes odian los automóviles. En la universidad de Waseda no tengo ya estudiantes que viene en sus propios coches o los de sus padres. Y eso es obvio que es muy caro encontrar espacio para coche. Ahora están más interesados en bicicletas
¿Cree que es un cambio positivo?
Sí. ¿Recuerda la película «Speed» sobre un autobús en el cual se colocó una bomba y si bajaba de 80 km por hora saltaría por los aires?. Nuestra economía ha sido un poco como ese y al igual que en el filme, y si estamos en una curva cerrada hay que desacelerar. Esto es el reto. Deberíamos replantear qué queremos. ¿Cómo podemos lograr a la felicidad sin gran opulencia y sin utilizar tantos recursos. ¿Quizás con innovación inteligente y energía inteligente.
¿Japón esta demostrando ya que puede haber prosperidad sin crecimiento?
No sé. Tiene que haber un camino que nos permite llegar a la prosperidad sin crecimiento. La cuestión es encontrarlo. Pero lo primero es reconocer que es posible. Mire en el fútbol que en Japón siempre pensábamos que sin altura física amas seria posible ser los mejores. Y luego apareció el Barça y la selección española y ahora seguimos ese sistema de juego en Japón y parece la cosa más normal del mundo. De modo que mi respuesta es que habrá una solución si la buscamos.
¿Lo podremos hacer en Europa o es muy japonés?
Todos los países van a afrontar ese reto en el futuro de modo que es un reto universal. Japón puede ser una prueba para España. Y quizás hay que mirar hacia atrás. N el siglo XVIII Tokio se llama aedo y era la ciudad más grande del mundo. Un millón de habitantes. Y Londres 400.000, Pekín 800.000. Y era una ciudad de cero crecimiento económico. Estaba económicamente cerrado y aislado bajo el régimen samurai. Pero durante cientos de años no creció. La vida de la gente era sofisticada, mucha producción cultural, arquitectura preciosa en Edo y las ciudades grandes. No se si eran felcices; era muy controlado desde arriba. Pero sin elevado crecimiento consiguieron disfrutar algo de prosperidad durante al menos 100 años..
¿Es un reto económico o cultural?
Los economistas pueden ayudar pero no es suficiente. El periodo de alto crecimiento los economistas quías era suficiente Pero ahora hace falta gente para buscar resolución tiene elementos culturales, políticos y ecológicos
¿El movimiento antinuclear forma parte de esta nueva tendencia en Japón?
Es una nueva clase de manifestación. Siempre recuerdo que decían que las manifestaciones en Alemania paraban cuando el semáforo esta en rojo. Eso en los setenta en Japón era inconcebible. Pero ahora creo que pasa aquí también. Hay cochecitos de bebes en las manifestaciones contra la energía nuclear. Niños. Padres. Es diferente. Tiene una madures de protestas. Manifestaciones enormes pero hasta los policías son educados. Creo que esto movimiento podrá durar mucho mas que en el pasado
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/diario-itinerante/vida-en-tokio-sin-crecimiento/