La VII Cumbre Social por la Unión Latinoamericana y Caribeña, finalizó este sábado sus deliberaciones y entre las conclusiones acordó condenar las acciones conspirativas y planes de golpe de Estado contra la revolución venezolana, así como el intento de magnicidio contra el presidente Hugo Chávez. Los representantes de movimientos sociales, académicos, parlamentarios, dirigentes políticos, sindicales […]
Los representantes de movimientos sociales, académicos, parlamentarios, dirigentes políticos, sindicales y juveniles, que participaron en el evento, consideran que existen factores internos, grupos políticos y oligárquicos, que apoyados por factores internacionales intentan desestabilizar el proceso de cambios que se vive en Venezuela.
Igual rechazo suscribieron en el caso de Bolivia, donde condenaron «los actos terroristas de la derecha boliviana, apoyados por el gobierno de los Estados Unidos, y el genocidio perpetrado en la provincia de Pando».
El evento, que se desarrolló en varios puntos de la capital, y se instaló el 24 de septiembre, contó con intervención de un grupo de personalidades nacionales y del exterior, entre ellos, el profesor de la Universidad de Ottawa Michel Chossudovsky, para quien las acciones opositoras en Venezuela y Bolivia forman parte de la injerencia de los Estados Unidos en los asuntos internos de los países.
«Estados Unidos apoya operaciones de financiamiento y reclutamiento de grupos terroristas y organizaciones paramilitares, como ha sucedido en muchos países y ocurre recientemente en Bolivia».
Chossudovsky manifestó que la administración Bush está inmersa en una guerra sin fronteras, mediante la cual está creando conflictos en distintas partes del mundo, especialmente en Irak, Palestina y Afganistan, donde además de tropas norteamericanas, hay presencia también de sus aliados, Israel y los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan).
Expresó que lo que ocurre en Bolivia no es un hecho aislado: «allí está actuando John Negrponte, quien ha estado involucrado en acciones desestabilizadoras en varias naciones. La idea es destruir y fragmentar estas naciones, sobre todo aquellas que tienen petróleo como Irak e Irán».
Como pretexto para generar estas guerras, afirmó que Estados Unidos esgrime que está combatiendo al terrorismo calificado sus acciones como humanitarias. «Así personas como Bin Laden se convierten en ese enemigo externo que amenaza la seguridad de ese país y del mundo».
Chossudovsky, quien también es director del Centro de Investigaciones sobre Globalización, se refirió a la crisis económica actual que atraviesa el país del norte, señalando que es una de las más graves en la historia de la humanidad.
No obstante, señaló que esta recesión económica no es muy real, sino que es producto de una manipulación que busca apropiarse de las riquezas y de las economías de los países pobres.
Es un proceso de reordenamiento del poder económico y financiero del capitalismo, al costo de la población de Estados Unidos, y sus repercusiones se harán sentir en todas partes del mundo, puntualizó.
Afirmó que el proceso político que se vive en Venezuela, con todos sus problemas, abre las esperanzas aquellos pueblos que como el de Irak, están imbuidos en una cruenta guerra. El reconocimiento de Venezuela a la resistencia iraquí es muy importante y habrá otros países que lo harán también.
A juicio del profesor de economía de la Universidad de Ottawa, si no fuera por la presencia de Estado Unidos en la Asamblea General de las Naciones Unidos, «y por su poder y amenazas a otras naciones», hubiesen ya declarado como ilegal la ocupación de Irak, por parte de los Estados Unidos y reconocido a la resistencia del pueblo iraquí.
El documento aprobado en este encuentro, hace un alerta a la actual crisis del capitalismo y los eventuales efecto que podría tener en sobre las economías de los pueblos emergentes.
«Instamos a proseguir en la construcción de una nueva arquitectura financiera de la integración (Banco del Sur, Banco del Alba), e incentivar programas comunes de combate a la pobreza y de inclusión social.
Asimismo, advierten sobre la grave crisis alimentaria y el saqueo de las riquezas naturales del África en el contexto neocolonial, e instan a intensificar acciones de integración entre gobiernos, parlamentos y pueblos del continente africano, de América Latina y del Caribe.
Finalizan considerando a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (Alba), como plataforma para la construcción del socialismo indoamericano del siglo XXI y medio de interacción y acercamiento entre los Estados, gobiernos y movimientos sociales.