La Aviación yemení lanzo ayer una serie de ataques aéreos contra Al-Qaeda al este de Sana’a, mientras que Gran Bretaña anunció la suspensión de los vuelos directos con Yemen. Los ataques aéreos se registraron durante la mañana y la tarde de ayer en el entorno de la ciudad de Ma’rib, a 170 kilómetros al […]
La Aviación yemení lanzo ayer una serie de ataques aéreos contra Al-Qaeda al este de Sana’a, mientras que Gran Bretaña anunció la suspensión de los vuelos directos con Yemen.
Los ataques aéreos se registraron durante la mañana y la tarde de ayer en el entorno de la ciudad de Ma’rib, a 170 kilómetros al este de la capital, según fuentes militares y tribales y testigos y provocaron muertos.
Los objetivos atacados son una granja y un naranjal, que albergarían, según las autoridades, a combatientes de Al-Qaeda, y la casa de un supuesto líder de la red.
Fuentes tribales precisaron que la Aviación atacó la casa del líder de Al-Qaeda en la provincia de Ma’rib, Ayed al-Chabwani, que se encuentra en la aldea de Irk al-Chabwane, a cinco kilómetros de la ciudad de Ma’rib.
Una fuente militar sobre el terreno precisó que la casa recibió tres impactos después de que un avión de reconocimiento sobrevolase la zona.
Las autoridades yemeníes anunciaron la semana pasada la muerte de este supuesto líder de Al-Qaeda en un ataque aéreo, lo que ha sido desmentido por la red islamista.
En Londres, el primer ministro británico, Gordon Brown, anunció la suspensión de los vuelos directos entre Gran Bretaña y Yemen, a la espera de la aplicación de nuevas medidas de seguridad tras el intento de atentado contra el vuelo Amsterdam-Detroit.
«Hemos decidido, junto a la compañía Yemenia Airlines, mientras esperamos que se refuercen las medidas de seguridad, que suspenderán sus vuelos directos desde Yemen hacia el Reino Unido con efecto inmediato», declaró Brown.
Esta decisión, anunciada ante la Cámara de los Comunes, se produce una semana antes de la reunión internacional sobre Yemen prevista para el 27 de enero en Londres, un foro impulsado por Brown después del intento del nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab, el 25 de diciembre, de atentar contra un avión que viajaba a Detroit.
El joven de 23 años habría sido entrenado en Yemen, donde se habrían asentado grupos islamistas extremistas, antes de llevar a cabo el atentado frustrado, que fue reivindicado por Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), un grupo instalado en Yemen.
Por otra parte, el imán radical Anwar al-Aulaqi, buscado por EEUU por sus supuestos vínculos con este atentado, señaló que no tiene intención de entregarse.
Según el periodista Abdulelah Shaea, amigo del imán, con el que asegura haber contacto recientemente, las recientes manifestaciones de la autoridades de Sana’a de que están negociando la entrega de Al-Aulaqi son falsas. El imán estaría en un lugar seguro bajo la protección de su tribu.
El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, James Jones, se reunió con el ministro yemení de Exteriores, Abu Bakr al-Qirbi, para tratar, entre otros asuntos, «la lucha contra el terrorismo», según informó su portavoz, Mike Hammer.
El secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, afirmó ayer que «terroristas afiliados a Al-Qaeda intentan desestabilizar el sur de Asia con un ataque contra India que podría desencadenar una nueva guerra contra Pakistán».
Reflejando las inquietudes que existen en la región sobre el modo en el que Nueva Delhi reaccionaría si padeciera un nuevo ataque similar a los atentados de Mumbai de finales de 2008, Gates declaró que no podía garantizar un reacción moderada por parte de India.
Según Gates, los insurgentes vinculados a Al-Qaeda, como los talibán afganos y paquistaníes y el grupo islamista paquistaní Lashkar-e-Taiba (LeT), «constituyen una amenaza para el conjunto del sur de Asia».
«Buscan desestabilizar no sólo Afganistán, no sólo Pakistán, sino potencialmente el conjunto de la región generando un posible conflicto entre India y Pakistán mediante provocaciones», declaró a la prensa ayer en Nueva Delhi.
Gates llegó a la capital federal india para una visita de dos días destinada a promover los lazos estratégicos bilaterales. «Es importante reconocer la amplitud de la amenaza que pesa sobre la región», declaró a la salida de una entrevista con su homólogo indio, A.K. Antony.