Traducido del ruso por Josafat S. Comín
Ucrania en estos días
Hace dos semanas parecía que la crisis de gobierno en Ucrania estaba próxima a su desenlace. Sin embargo la situación se ha agravado y complicado de tal manera, que se hace más difícil pronosticar hoy sus consecuencias, que aquel 2 de abril, cuando el presidente Yuschenko firmara el decreto que disolvía la Rada.
La nueva espiral de confrontación está provocada por el llamamiento público que hizo Victor Yuschenko, en el que exigía a la Fiscalía General que aclarase el comportamiento del Tribunal Constitucional.
«Ha llegado la hora de detener este desorden, y me veo obligado a reconocer, que el TC está perdiendo su legitimidad constitucional, y no puede en las actuales circunstancias cumplir las funciones de defensa de la ley fundamental del estado»,-declaró Yuschenko.
Recordemos que el presidente, por decisión personal, suspendió de su cargo a tres jueces del Constitucional por la «violación de su juramento». En opinión de la mayoría de los juristas, Yuschenko no tiene esas atribuciones. Los propios jueces no reconocieron el decreto y se mantuvieron en sus puestos de trabajo. Posteriormente, tras la dimisión del máximo responsable del TC, Iván Dombrovsky, uno de los jueces que había despedido previamente Yuschenko, Valery Pchenichny, fue elegido para ocupar la vacante.
La víspera de la intervención de Yuschenko, el presidente en funciones del TC informó de que la decisión sobre la constitucionalidad del segundo decreto presidencial sobre la disolución de la Rada está a punto de darse a conocer. Nadie duda de que la decisión no será favorable para Yuschenko. Todo parece indicar, que el presidente ha decidido forzar los acontecimientos, intentando desacreditar al TC antes de que emitan su dictamen.
Las declaraciones de Yuschenko escandalizaron a muchos políticos. El propio Pchenichny habla de que la actuación del poder persigue liquidar al TC como único órgano de legalidad constitucional. Tampoco ha respaldado a Yuschenko el fiscal general Sviatoslav Piskun. Su historia merece capítulo aparte.
Ya en 2005 fue apartado del cargo de fiscal general por Victor Yuschenko, lo que originó una ruptura en la fiscalía general. Desde entonces, unos jueces habían restablecido a Piskun en el puesto, mientras que otros respaldaban al presidente. Finalmente, para superar la crisis, Yuschenko designó nuevamente a Piskun como fiscal general. Posiblemente pensara, que con eso se iba a ganar la lealtad de Piskun. Sin embargo, a juzgar por todo lo visto, esas esperanzas no se han cumplido. Con el trasfondo en torno a los acontecimientos en el TC y en la fiscalía, estaban pasando inadvertidas otras reestructuraciones: la designación como nuevo responsable del Servicio de Seguridad Estatal de Piotr Simonenko, al que prácticamente en 24 horas sustituiría Valery Gueletey. Los cambios no fueron valorados en su justa medida. Por algo Gueletey tiene fama de terrible cuentacuentos: siendo hasta el último minuto responsable del servicio para cuestiones de los órganos de seguridad, adjunto a la Presidencia, divertía al público con sus siniestras historias sobre atentados que se preparaban contra Yulia Timoshenko y demás adversarios del gobierno.
Por lo visto, el nuevo responsable de la seguridad del estado ha querido hacer realidad una de esas terribles historias. La seguridad del estado se dejó notar, cuando contrariamente a todas las normas, intentó evitar la entrada de los jueces en el edificio del Constitucional. Gracias a los esfuerzos de los diputados de la Coalición Anticrisis [1], que interpretaron la situación como la ocupación armada del órgano del poder judicial, los jueces pudieron ocupar finalmente sus puestos de trabajo.
El jueves por la tarde quedó claro que el incidente en el TC, sólo era la antesala de lo que se avecinaba. Para entonces Yuschenko había apartado nuevamente de sus funciones a Piskun, por haber traicionado su confianza. Como es sabido -lógicamente también por Piskun, como jurista- el decreto sólo entra en vigor una vez que se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado, algo que todavía no ha pasado. Sin embargo, los agentes de la seguridad del estado parecían desconocer este hecho, por lo que impidieron a Sviatoslav Piskun acceder a su despacho en la Fiscalía, bloqueando el edificio. No sabemos cómo hubiera acabado esto, pero el ministro del interior Tsushko mandó en auxilio de Piskun a una subdivisión de tropas de elite «Berkut». Los miembros de «Berkut» rompieron el cerco del edificio tras unos más que serios encontronazos con los hombres que se encontraban a las órdenes de Gueletey. Por la noche los funcionarios de la seguridad del estado volvieron a intentar acceder al edificio, siendo nuevamente desalojados, en esta ocasión por la brigada especial «Titan».
Probablemente, debido a la guardia nocturna de los diputados en la Fiscalía General, no pudo celebrarse como estaba previsto la sesión extraordinaria en la Rada Suprema. Durante el día la Rada se dirigió a la Fiscalía General, para que se diese sin más demora una valoración jurídica a los hechos de obstaculización del trabajo del TC por parte de los órganos de la seguridad del estado.
255 de los 258 diputados registrados en la sala de sesiones se pronunciaron por la adopción de una declaración sobre el peligro de usurpación del poder por parte del presidente.
Pero entonces todavía se desconocía que en la fiscalía comenzaba la «dualidad de poderes»
Ahora se dirige al fiscal general (no se sabe a cuál) el propio Valery Gueletey, exigiendo que se presenten cargos contra el ministro Tsushko. El ministro de defensa, Anatoli Gritsenko -fiel a Yuschenko- se muestra solidario con Gueletey. Así que, a primera vista, la absurda situación creada en la maraña de la cadena de mando puede traer consigo consecuencias muy serias, por cuanto se están viendo implicados representantes de los diferentes departamentos policiales y militares.
El jueves por la tarde Victor Yuschenko se reunió con los dirigentes de estas estructuras. En la rueda de prensa posterior, volvió a subrayar que la crisis sólo puede ser resulta por medios pacíficos. De todas formas parecen quedar cada vez menos de esos medios. El propio Yuschenko llamó a los diputados de «Nuestra Ucrania» y el Bloque de Yulia Timoshenko a renunciar, a presentar la dimisión como diputados para deslegitimar a la Rada. Todo esto, cuando en el transcurso de las recientes conversaciones para alcanzar un compromiso, parecían haberse puesto de acuerdo en que la Rada debía adoptar una serie de medidas legales que garantizasen la legitimidad de las elecciones anticipadas. Si obedecen al llamamiento del presidente, eso sería imposible.
Mientras, el presidente no se ha pronunciado sobre la fecha elegida para la celebración de las elecciones. El 24 de junio, como se decía en el segundo decreto presidencial, las elecciones ya no podrían celebrarse. La fecha límite para que los candidatos se registrasen finalizó el pasado 24 de mayo. Además, hasta la fecha sólo se había registrado un partido semi desconocido.
Debido a la agudización de la situación política, Victor Yanukovich tuvo que regresar urgentemente a Kiev desde Yalta, donde se celebraba la cumbre de jefes de gobierno de la CEI. «Hago un llamamiento a todas las fuerzas responsables dentro del estado a hacer todo lo posible por recuperar la tranquilidad y la estabilidad en el país. Debemos concentrar nuestros esfuerzos en que los órganos de seguridad se mantengan exclusivamente en la defensa de la ley, y no cumplan los encargos políticos de la oposición. Debemos actuar de modo que triunfe la calma, el equilibrio y la inteligencia» -declaró el jefe de gobierno en su mensaje televisivo a la nación.
Para el viernes estaba fijada una entrevista entre el primer ministro Yanukovich y el presidente Yuschenko, pues es evidente que van a tener que buscar un compromiso. Aunque no todos lo ven así. Así por ejemplo, la organización «Porá» [2] exige de Yuschenko la inmediata declaración del estado de excepción, la disolución del parlamento y la detención de los insumisos. También se radicalizan los ánimos entre los que respaldan a Yanukovich. Los diputados pueden comenzar en breve el proceso de destitución del presidente, según la diputada por el Partido de las Regiones Anna German. El Partido Comunista llama al pueblo a «desobedecer los decretos criminales del presidente». Los partidarios de la coalición anticrisis de nuevo planean celebrar mítines masivos en apoyo de la Rada y del gobierno.
Notas del Traductor
[1]. La Coalición Anticrisis está formada por el Partido de las Regiones de Yanukovich, por los socialistas y comunistas y tienen el control del parlamento,
[2]. Organización juvenil radical «naranja». Adquirió bastante notoriedad durante la denominada «revolución naranja » en noviembre y diciembre de 2004.
Fuente: http://www.sovross.ru/modules.php?name=News&file=article&sid=608
Josafat S. Comín pertenece al equipo de traductores de Cubadebate y Rebelión.