La última semana de mayo será presentada a las autoridades nacionales la petición «0.7% Juntos contra la pobreza», suscrita por más de 200 mil personas. La misma había sido lanzada un año antes por 70 organizaciones de la sociedad civil suiza. La petición, que demanda que el Gobierno destine el 0.7% del Producto Nacional Bruto […]
La última semana de mayo será presentada a las autoridades nacionales la petición «0.7% Juntos contra la pobreza», suscrita por más de 200 mil personas. La misma había sido lanzada un año antes por 70 organizaciones de la sociedad civil suiza.
La petición, que demanda que el Gobierno destine el 0.7% del Producto Nacional Bruto para la cooperación al desarrollo, no podría llegar en un momento políticamente más oportuno. El Parlamento analizará en la sesión de verano – mayo-junio- el crédito marco cuatrienal (2009-2012) para ese rubro.
Todo esto en medio de un escenario planetario no muy optimista. En el cual los Objetivos del Milenio asumidos por la comunidad internacional para reducir la pobreza a la mitad hasta 2015 parecen avanzar a cuentagotas. Entrevista-balance con Bastienne Joerchel, una de las coordinadoras a nivel nacional de la campaña a favor del 0.7%.
Masivo apoyo ciudadano
P: ¿Cuál es su evaluación sobre el impacto real de la campaña «0.7 %, Juntos contra la pobreza»?
R: Fue fantástica la movilización de las organizaciones de desarrollo, ambientales, asociativas, culturales, sindicatos e iglesias que participaron en la misma. Se logró poner en común miles de esfuerzos con un solo objetivo: conseguir la mayor cantidad de firmas en medio de un debate sobre el tema de la cooperación. Esta movilización y la respuesta positiva lograron reasegurar a toda la gente que trabaja en el mundo de la cooperación y que a veces se siente un tanto desestabilizada por críticas que reciben. Permitió reforzar la convicción de que Suiza debe hacer más en esta esfera tanto a nivel nacional, cantonal como municipal.
P: ¿Y la repercusión hacia fuera, es decir hacia la sociedad civil en su conjunto?
R: Hubo una buena recepción a nuestra iniciativa. Permitió sensibilizar a otros sectores sobre el tema y estimular el debate. Y, en ese sentido, fue también positivo. Sobre todo sabiendo que hay una parte de la prensa, ciertos medios intelectuales y, especialmente, sectores políticos que se expresan críticamente a un aumento de la cooperación al desarrollo.
P: ¿La cifra final de casi 200 mil firmas, responde a las expectativas originales de los promotores de la petición?
R: Responde a un objetivo máximo. Cuando lanzamos la petición se esbozó informalmente la cifra de 100 mil firmas (ndr: cifra mínima exigida por la ley suiza en para promover una Iniciativa Popular). Menos de eso hubiera sido un fracaso. Entre 100 y 150 mil firmas, hubiera sido también un buen resultado, pero tal vez, políticamente, un tanto insuficiente. Las 200 mil firmas representan una cifra excelente. No creo que con los medios y el tiempo a disposición con que contamos hubiéramos podido lograr más que esto.
El impacto en la clase politica
P: La petición está formulada, fundamentalmente, al parlamento y al Gobierno ¿Piensa que en el trabajo de este último año ya se lograron enviar señales a esos dos poderes que deberán, en última instancia, tomar la decisión del presupuesto destinado a la cooperación?
R: Llegamos a la clase política. Y pienso que logramos que hoy haya un escenario más abierto en torno al tema. Gracias a nuestra iniciativa aseguramos que un grupo más amplio de parlamentarios y personalidades de todas las esferas se interesen más en la temática de la cooperación. De no haber existido nuestra campaña, el debate sería hoy más íntimo, discreto, limitado. Todo el mundo estuvo obligado a posicionarse.
P: La pregunta iba también en el sentido del impacto real de esta petición en el mundo de las decisiones concretas…
R: Habrá que ver. Es obvio que hay muchas reticencias en lo que respecta el tema de la cooperación al desarrollo en las esferas del poder. Constatamos que en este tiempo se ponen sobre la mesa de la discusión críticas y preguntas sobre la eficacia y la efectividad de la ayuda. Y es claro que no se pueden esquivar estas cuestiones. Nosotros, las ONG, en tanto que actores del desarrollo, debemos responder a los políticos sobre la calidad y eficacia. Estamos en un momento del debate en que es necesario confrontar esos puntos sustantivos. Pensar qué tipo de cooperación, con qué contrapartes, cuál debe ser el sector que más se beneficie de la misma. Tenemos que avanzar ahora una etapa más.
P: Es decir…
R: Justamente clarificar lo que se hace y cómo se hace…Incluso parlamentarios sensibles al tema piden clarificaciones. Esto es importante porque obliga a todo el mundo a posicionarse.
P: ¿Después de un año de trabajo intenso, luego de presentar la petición, caerá la adrenalina de los que participaron en la campaña?
R: No vamos a descansar. El tema de la calidad y la eficacia de la cooperación al desarrollo, adquirirá una importancia central. Constituye un tema central para buena parte de nuestras ONG. Así como otros puntos de agenda, como los acuerdos bilaterales que impulsa la Suiza. Son todos aspectos que debemos seguir de cerca…
Retrato
Bastienne Joerchel, 42 años, madre de tres niños, es economista. Especializada en política de desarrollo, desde hace varios años es una de las responsables en la oficina de Alianza Sur en Lausana. Desde mayo del 2007 compone el grupo de dirección de la campaña «Juntos contra la pobreza».
Es Consejera Comunal – miembro del parlamento comunal- de Renens y fue candidata al parlamento cantonal de Vaud por «Los Verdes». Se desempeña también animadora de la Asociación de Padres de Alumnos (APE, según las siglas en francés).
Una campaña amplia
Casi 70 organizaciones de cooperación, ambientalistas, de mujeres, jóvenes y sindicales han sostenido la campaña a favor de un aumento considerable del presupuesto suizo para la cooperación al desarrollo. Una experiencia de trabajo común y con actores de diversos horizontes pocas veces visto en iniciativas anteriores.
Una buena parte, actúa en la esfera de la cooperación al sur, en sus dos principales formas, con proyectos o a través del envío de voluntarios suizos.
Entre las primeras, Pan para el Prójimo, Caritas, Acción Cuaresmal, la Obra de ayuda protestante, Swissaid, Helvetas, Intercooperation, Brücke-Le Pont, etc.
Varias de las ONG de UNITE, plataforma para el intercambio de personas en la cooperación internacional, también se movilizaron a favor del 0.7 %. De sus 25 miembros, diez dieron su apoyo directo: Aiuto Medico al Centro America, Bethlehem Mission Immensee, DM-échange et mission, E-CHANGER, Eirene, Groupe Volontaires Outre-mer, Inter-Agire, Interteam, Mission 21, SolidarMed. Otros cuatro, Ejército de Salvación, Interserve, Service Missionaire Evangélique y Schweizerische Mennonitische Mission, la apoyaron a través de la iniciativa StopArmut2015/StopPauvreté2015 (Stop a la pobreza).
Todas las federaciones cantonales de cooperación -establecidas en Suiza de expresión francesa- así como las dos más amplias centrales sindicales del país, la Unión Sindical y Trabajo Suizo, estuvieron entre los promotores. Varios sindicatos de base, como Comedia (de los medios de comunicación) difundieron la petición ampliamente.
Las Brigadas de Paz, el Grupo de trabajo Suiza-Colombia, la Declaración de Berna, así como Amnistía Internacional (Sección suiza), también se sumaron a la iniciativa.
Greenpeace, Pro Natura y el WWF, las tres ambientalistas, adhirieron a esta movilización ciudadana.
Sergio Ferrari, Servicio de prensa E-CHANGER. En colaboración con swissinfo.